M&G apuesta por la deuda soberana europea aunque ve “poco margen de error”
La gestora de fondos británica cerrará 2024 con cerca de 7.500 millones de patrimonio en España
La gestora de activos inglesa M&G se muestra optimista respecto a los mercados financieros y a su negocio en 2025. La firma va a cerrar el presente ejercicio con cerca de 7.500 millones de euros de fondos de inversión distribuidos en España (entre clientes minoristas, banca privada e instituciones). Por cuarto año consecutivo, la entidad acaba el ejercicio con captaciones netas, según explica su máxima ejecutiva, Alicia García Santos. “Estamos muy satisfechos y confiamos en que el año que viene sigamos por la misma senda”, apunta. En cuanto a la visión de mercado, la entidad, muy especiali...
Para seguir leyendo este artículo de Cinco Días necesitas una suscripción Premium de EL PAÍS
La gestora de activos inglesa M&G se muestra optimista respecto a los mercados financieros y a su negocio en 2025. La firma va a cerrar el presente ejercicio con cerca de 7.500 millones de euros de fondos de inversión distribuidos en España (entre clientes minoristas, banca privada e instituciones). Por cuarto año consecutivo, la entidad acaba el ejercicio con captaciones netas, según explica su máxima ejecutiva, Alicia García Santos. “Estamos muy satisfechos y confiamos en que el año que viene sigamos por la misma senda”, apunta. En cuanto a la visión de mercado, la entidad, muy especializada en renta fija, cree que es mejor momento ahora para comprar deuda soberana europea que estadounidense, aunque “tampoco hay mucho margen de error” tras las últimas bajadas de tipos.
Durante 2024, la firma ha vivido dos momentos muy diferenciados. En la primera mitad del ejercicio, las gestoras bancarias españolas seguían lanzando fondos de cartera a vencimiento. Esto es, productos en los que se incluía una cesta de bonos, en las que el gestor no tenía que hacer nada prácticamente, salvo esperar a que vencieran. En la segunda mitad, coincidiendo con el inicio de las bajadas de tipos por parte del BCE, el tipos de interés tocaron techo, y llegó entonces de nuevo el momento de los gestores activos. “Hemos notado que ahora las entidades sí que han empezado a buscar productos más complejos, con algo más de riesgo y gestión, y en eso somos especialistas”, apunta García Santos.
La entidad tiene algunos productos de bonos muy exitosos, con estrategias de inversión en renta fija con cupón flotante, o en deuda privada, que cada vez han acaparado más la atención del mercado, una vez que la inversión en bonos soberanos ya había tocado techo.
Con todo, Ana Gil, directora de renta fija de M&G en España, considera que “en la deuda soberana europea aún sigue quedando algo de valor, más aún que en la de Estados Unidos”. Eso sí, advierte que los precios de mercado de estos bonos ya están muy ajustados y que no “no hay mucho margen de error”.
Un buen ejemplo es el bund alemán a 10 años, que está pagando un 2,2%. “Es el típico activo que nos gusta y lo odiamos a vez”, bromea Gil. Por una parte, explica, se trata de la mayor economía de la eurozona, la más sólida, con una política fiscal responsable.. “pero el retorno que ofrece está tan ajustado, que cualquier inestabilidad política, como la que hemos visto, puede hacer que caiga mucho el precio del activo”.
Desde M&G también consideran que la deuda corporativa europea de alta calidad también sigue teniendo algo de recorrido “con una valoración relativa mejor que la estadounidense”.
Para el próximo año, desde la firma esperan que se movilice mucho dinero que ha entrado en los dos últimos años en fondos monetarios y fondos de renta fija a muy corto plazo, hacia activos con un poco más de duración y riesgo, lo que supondría una oportunidad.
Más allá de las grandes economías occidentales, en la entidad también creen que puede haber alguna oportunidad en ciertos mercados emergentes, aunque dependerá mucho de las política arancelarias que empiece a aplicar la nueva Administración de Donald Trump en Estados Unidos. “Durante el primer mandato de Trump vimos cómo México, después de haber sido señalado, pasaba a convertirse en el primer socio comercial de EE UU, adelantando a China”, apunta Borja González, especialista de M&G. “Trump a menudo usa los aranceles como una herramienta de negociación”.
A su juicio, podría haber muchas compañías mexicanas de calidad, que emitan deuda, y que incluso se puedan ver beneficiadas del nuevo clima más pro empresa que pretende implantar Trump en el país, con bajadas de impuestos y menor regulación.