Los ‘hedge funds’ quieren dejar atrás los escándalos y reclaman su lugar en las carteras

Este tipo de estrategias alternativas sufrió mucho en España a raíz del caso Madoff, que afectó a inversores locales, y no ha ofrecido buenas rentabilidades durante la etapa de tipos bajos

Un operador bursátil frente a una pantalla, en la Bolsa de Nueva York, delante de un cartel del ‘hedge fund’ Citadel.Reuters

Los hedge funds nunca han tenido buena prensa, pero lo ocurrido con Bernard Madoff fue un durísimo golpe para este tipo de inversiones alternativas. Los fondos de inversión libre se pusieron muy de moda en los 90 y los 2000, convirtiéndose en la mejor representación de cómo Wall Street era capaz de generar rentabilidades estratosféricas, sin saber muy bien cómo. Esa faceta de caja negra, de arcano financiero, fue también el talón de Aquiles del vehículo. El supuesto Rey Midas de Nueva York, Bernard Madoff, utilizó esa figura para recabar miles de millones de dólares, con la promesa de grandes retornos, en lo que se acabó destapando como la mayor estafa piramidal de la Historia, dejando un reguero de pérdidas por valor de 64.500 millones de dólares.

Los fondos de inversión libre (FIL, aunque en la jerga siempre se habla de hedge funds) son un vehículo reservado normalmente a grandes clientes, o a profesionales, porque tiene una flexibilidad a la hora de operar mucho mayor que un fondo de inversión convencional. Pueden concentrar su cartera en un puñado de activos (frente a la diversificación que se exige a los fondos normales), pueden utilizar todo tipo de derivados y activos financieros, y jugar con posiciones alcistas y bajistas. Además, no tienen por qué ofrecer liquidez diaria, sino que cuando alguien quiere recuperar su dinero, debe solicitarlo y, normalmente, esperar un mes. Los hedge funds son un juguete financiero no apto para todos los públicos.

Joshua Ross es director de inversiones de la división de hedge funds de Bain Capital, con sede en Boston. El directivo ha visitado Madrid de la mano del banco privado UBP para defender la vigencia de este tipo de inversiones alternativas y lo adecuado de su inclusión en cualquier cartera, incluso de inversores minoristas. “Bernard Madoff fue un delincuente, un estafador, pero no se puede culpar a toda una industria por lo que él hizo”, defiende.

Cada gestor de hedge funds utiliza una técnica diferente para tratar de sacar rentabilidad de lugares donde nadie la ve. A menudo, detectando ineficiencias del mercado. En el caso del Bain Capital Global Equity LS Sustainable, aprovechan los fuerte conocimientos de la gestora, especializada sobre todo en la inversión en mercados privados, para posicionarse en cinco sectores muy concretos, y hacer apuestas tanto bajistas como alcistas, de modo que el fondo pueda conseguir rentabilidad en cualquier momento del mercado. En los últimos 12 meses ha conseguido una revalorización del 15%.

El mencionado vehículo no es un hedge fund puro y duro, sino un fondo de inversión convencional que trata de replicar una de las estrategias más representativas de Bain Capital. Al tener el sello Ucits europeo puede comercializarse a un público minorista, con inversiones desde tan solo 150 euros. El importe mínimo en el hedge fund es de 20 millones de dólares.

Fredrik Langenskiöld, es un veterano inversor del banco suizo UBP y el encargado de traer a Joshua Ross y a otros gestores de hedge funds de gira por toda Europa (Londres, París, Zúrich, Ginebra, Lugano...) para defender la pertinencia de volver a incorporar estas estrategias en cartera. A su juicio, “estas inversiones alternativas han pasado unos años difíciles, pero ahora están volviendo a demostrar que son una fórmula perfectamente válida y adecuada para descorrelacionarse del mercado de bonos y acciones mientras se sigue logrando una buena rentabilidad”.

Unos años difíciles

El descrédito que sufrieron los fondos de inversión libre a causa del caso Madoff —destapado en 2008— fue especialmente grave en España, uno de los países europeos donde hubo más afectados. Los clientes tardaron más de 10 años en recuperar su dinero. Y no todo, tan solo una parte. “Fue un escándalo porque se demostró que la oficina de Nueva York del Banco Santander encargada de seleccionar los mejores ‘hedge funds’ para los clientes de banca privada, falló estrepitosamente a la hora de diversificar entre diferentes estrategias y hacer un adecuada inspección previa de los métodos que supuestamente utilizaba Madoff para invertir”, explica un gestor de un fondo español, que prefiere mantener su anonimato.

Pero no fue solo el caso Madoff. Durante años, las sofisticadas estrategias de la industria no bastaron ni siquiera para superar la rentabilidad de los aburridos índices bursátiles, como el S&P 500. De hecho, el magnate Warren Buffett llegó a ganar una puesta precisamente con esta comparación. Langenskiöld, de UBP, reconoce que el periodo 2010-2019, marcado por unos bajísimos tipos de interés y fuertes inyecciones de dinero público “fue una fase relativamente mala para los `hedge funds’, logrando un nivel de rentabilidades bastante pobre”. Entre el escándalo Madoff y el mal momento de mercado, este tipo de vehículos casi ha desaparecido en España.

Sin embargo, en Estados Unidos esta industria de inversiones alternativas trata de remontar. El inversor de UBP recuerda que algunos de las instituciones más prestigiosas del país siguen utilizando los hedge funds. Por ejemplo, la Universidad de Harvard. Su fondo dotacional (endowment), con más de 50.000 millones de activos gestionados, ha elevado el peso de los fondos de inversión libre en cartera hasta el 32%. Otro 39% son inversiones en capital privado. Y la inversión en bonos y acciones es marginal. Para Langenskiöld, “cualquier inversor particular, que tenga ya un cierto nivel de patrimonio, podría destinar perfectamente un 10% de su cartera a estas estrategias alternativas, y una forma muy fácil de hacerlo es a través de estos fondos convencionales con pasaporte Ucits”, defiende el gestor.

Además del fondo de Bain, en UBP también promueven otras dos gestoras de fondos de inversión libre: Brigade Capital Management (con 27.000 millones de dólares de activos bajo gestión ) y Campbell & Company (5.000 millones). Kevin Cole, director de inversiones de esta última, explica que en su caso utilizan una combinación de estrategias de inversión cuantitativas, que se basan en analizar las correlaciones entre activos y las posibles ineficiencias de mercado que se producen en cada momento del ciclo macroecónomico. “Nuestro fondo bandera ha logrado un 10% de retorno anual, con una volatilidad mínima y totalmente descorrelacionado de los activos financieros tradicionales”. Después de unos años de furor por las tecnológicas y con los Microsoft, Nvidia o Apple generado beneficios a ritmos descomunales, tal vez, esos rendimientos pueden parece poca cosa. Ahora bien, podrían ser un perfecto salvavidas en caso de que se avecinara un nuevo pinchazo bursátil de grandes dimensiones.

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