El rodaje de series y películas se dispara en Euskadi por los incentivos fiscales forales
Las diputaciones permiten la desgravación del 35% al 70% de los costes del proyecto. El escenario tributario está abierto a empresas y profesionales independientes
Los rodajes de producciones audiovisuales se han disparado en Euskadi por las desgravaciones fiscales que ofrecen las diputaciones forales. Al principio llamaban la atención de los transeúntes, que asistían al espectáculo de calles o zonas cortadas, por donde sí circulaban libremente actores y directores.
Ahora forman parte del paisaje cotidiano vasco, que es reconocible en las escenas de múltiples películas y series de televisión. Detrás de estos escenarios está el dinero. La primera que gritó ¡acción! fue la Diputación de Bizkaia, que el año pasado estrenó una fórmula fiscal que atrajo a 151 producciones que generaron un impacto de 58,5 millones de euros en el PIB del territorio. Gipuzkoa y Álava tomaron nota y este año han replicado la iniciativa. Cada ente foral con sus matices, en base a las competencias de las diputaciones vascas en materia de impuestos.
¿En qué consisten estas ventajas? Están centradas en las deducciones por gastos, lo que más llama la atención de los productores de un sector que ve cómo estas se disparan a nada que se estire el calendario de los rodajes. Pueden desgravarse del 35% al 70% de los costes totales del proyecto. Bizkaia impone que los rodajes se realicen únicamente en su territorio, mientras que Gipuzkoa amplía el escenario a toda Euskadi.
Las desgravaciones no solo abarcan los gastos de rodaje, también la emisión de copias y el presupuesto de promoción de la película o serie. El retorno fiscal total está topado en diez millones para los largometrajes y en tres millones por capítulo en el caso de las series.
Esta fórmula fiscal también ha atraído a empresas y profesionales independientes. Desde socios de consultoras a dentistas y abogados, entre otros. Pueden deducirse hasta un 20% de la base imponible, tanto del impuesto de sociedades, en el primero de los casos, como del IRPF en el segundo. Es un incentivo fiscal repartido en varios ejercicios. Así, una inversión de 100.000 euros en un largometraje redunda en varios años en una desgravación final de 120.000 euros.
Compañías y particulares pueden deducirse hasta un 20% de la base imponible
Este encuadre fiscal ya ha provocado movimientos de relevancia en el sector del cine. El director y guionista Álex de la Iglesia y la actriz Carolina Bang han constituido en Bilbao la empresa Pokeepsietexa, con un capital inicial de 3.000 euros. El matrimonio gestiona Pokeepsie, con sede en Madrid y una de las mayores productoras cinematográficas de España. Parte de la denominación de su nueva filial (etxea es casa en euskera) es un guiño a la ciudad natal de Alex de la Iglesia.
Fórmula AIE
También se ha animado Juanma Bajo Ulloa. Ha elegido la fórmula de la agrupación de interés económico (AIE), que es la que más posibilita la participación de empresas y profesionales como inversores para lograr la citada minoración fiscal. El ganador más joven de la Concha de Oro del Festival de San Sebastián, en 1991 por Alas de mariposa, ha constituido en Vitoria, su ciudad natal, El Mal-La Película, una AIE que nace con un capital inicial de 1.000 euros, abierto a la incorporación de socios.
Bajo Ulloa inició en septiembre pasado el rodaje del largometraje El mal, que discurrirá por Álava y Bizkaia. Es un filme de suspense protagonizado por Natalia Tena, Belén Fabra y Tony Dalton. En su producción participan los grupos públicos RTVE y EITB.
Además de las citadas desgravaciones, y en el caso de que la película o la serie de turno logren beneficios, los inversores podrán recibir hasta un 15% del resultado consolidado, en base a su participación en el proyecto.
Una inversión de 100.000 euros puede generar desgravaciones por 120.000 euros
Esta batería de alicientes ha provocado un aluvión de registros de AIE en Bizkaia que ahora se extiende por Gipuzkoa y Álava. Desde el sector audiovisual comentan que “hay mucha efervescencia”, por lo que el volumen de producción en 2024 será seguramente superior al de 2023. Los rodajes se concentrarán en el último trimestre del año, aunque cada proyecto depende del guion, por ejemplo, si la historia discurre en época de verano o en un entorno urbano (se evitan las fiestas locales).
El estreno en el uso de los incentivos fiscales vascos al cine correspondió a Luis Marías. El director y guionista bilbaíno recurrió a ellos para el rodaje del largometraje Fuego, que se comercializó en 2014 con José Coronado de protagonista.
Las comisiones de los intermediarios
Apoyo de la UE. El director Luis Marías, Goya al mejor guión adaptado por Mensaka, señaló el verano pasado que las ayudas fiscales al cine en Euskadi han mejorado mucho, pero se quejó de las “altas” comisiones de los intermediarios que captan a los inversores. Una tarea que era más complicada hace una década, pero el beneplácito de las autoridades comunitarias a este sistema ha facilitado “mucho” la captación de recursos, en su opinión.
ASG. Las empresas han encontrado en el cine una vía para mejorar su nivel de cumplimiento de los criterios ASG (ambientales, sociales y de gobernanza). Los rodajes fomentan la cultura y generan riqueza en la zona donde tienen lugar. Al calor del sistema fiscal de Euskadi, los grupos audiovisuales están comprando productoras vascas porque agilizan los proyectos y facilitan la petición de subvenciones. Según los expertos, cada AIE tiene una duración media de tres años, aunque depende del proyecto. Si financia una serie de éxito, su vida comercial se puede estirar.
Industria. Euskadi quiere aprovechar esta normativa para consolidar una industria audiovisual local de cierto volumen, con técnicos cualificados e infraestructuras de alto nivel técnico.
Competencia. Otras autonomías que han destacado por su trato fiscal al cine, como Navarra y Canarias, pueden reaccionar para no perder un negocio que beneficia a hoteles, restaurantes y compañías logísticas. Sin olvidar que aumenta la recaudación por IVA y los permisos municipales de rodajes, que cierran espacios públicos.
Elkargi. La sociedad de garantía recíproca avala la financiación de proyectos que han iniciado sus rodajes sin recibir los fondos comprometidos por el Ministerio de Cultura (vía subvenciones) o por las plataformas y cadenas de televisión. Avaló con un millón de euros la película 20.000 especies de abejas, Goya a la mejor directora novel.