El hidrógeno rosa, competidor directo (y más barato) del verde
La producción de esta tecnología, clave en la transición energética, es más cara cuando se obtiene a partir de fuentes renovables que de centrales nucleares, según un reciente informe
A día de hoy, el hidrógeno (H2) verde producido a partir de fuentes renovables (sol y viento son las mayoritarias) no es tan rentable como el que se obtiene mediante centrales nucleares. Este tipo de energía, conocida como hidrógeno rosa, abarata los costes de producción de un gas que se postula como la gran esperanza para dar el salto definitivo a la transición energética. Al menos así se desprende de un informe elaborado por Lazard y Roland Berger publicado el pasado abril.
Dicho estudio, enmarcado en el mercado estadounidense, recuerda que en la actualidad esta tecnología se produce de manera mayoritaria a partir de combustibles fósiles (el denominado hidrógeno gris) y obtenido mediante procesos de refinado y separación a base de metano, uno de los principales gases de efecto invernadero (GEI).
I+D. El fomento de la inversión haría más atractivo el hidrógeno renovable
No obstante, esboza escenarios de futuro en los que los costes de producción normalizados de hidrógeno verde y rosa, siempre que estuvieran subvencionados de alguna forma por el Estado, podrían llegar a ser inferiores a dos dólares por kilogramo (kg). Eso en el mejor de los casos y con la técnica de electrolisis alcalina, la más asequible. Incluso, bajo estas circunstancias, el kilo generado de forma nuclear saldría mejor: a 0,48 dólares frente a los 0,83 del coste que tendría hacerlo con fuentes renovables.
La comparativa se ha establecido, además, entre las dos técnicas más populares de obtención de hidrógeno hoy día, como son la propia alcalina (ideal para la producción industrial a gran escala de H2 a baja presión) y la realizada con un electrolizador de membrana polimérica protónica (PEM), preferida cuando se trata de instalaciones aisladas de la red que reciben suministro eléctrico por fuentes renovables de todo tipo.
En todos los hipotéticos escenarios, el kilogramo de H2 rosa resultaría más barato de producir. Para una instalación de entre 20 y 100 megavatios (MW) que usase PEM, el precio estimado sin ayuda alguna estaría entre los 3,47 y los 5,29 dólares. Si esa misma infraestructura optase por H2 verde, los costes ascenderían hasta los 4,77 y los 7,37 dólares. Es decir, algo más de un dólar en la franja más baja, y de dos en la más cara en favor del de origen nuclear (el modelo usado es una central en activo que estuviera totalmente amortizada y solo teniendo en cuenta los gastos de funcionamiento sin contar otras variables, se matiza en el documento).
Por otro lado, recopilaron en otro supuesto los costes derivados de la producción combinada de un 25% de H2 y otro 75% de gas natural en turbinas ya adaptadas para su uso. Así, según el informe, dicha mezcla “es viable y competitiva desde el punto de vista de los costes”, si bien los precios serían considerablemente más caros que en plantas con dedicación exclusiva.
En una instalación de 20 MW, se presentaría una situación similar: la generación de un kilogramo de H2 rosa, en cualquiera de las dos técnicas de obtención de hidrógeno, es más rentable. En la comparativa con mezcla al 25%, se sigue el mismo patrón detectado: una energía verde más costosa, incluso en su franja más barata, que la rosa en su versión más cara.
Da igual mediante qué tipo de tecnología fuese obtenida: si es PEM con subvención alcanzaría 220 dólares en la parte más rentable de H2 verde por los 217 en el escenario más caro del H2 rosa. Sería aproximadamente igual sin subvención alguna. La otra tecnología de referencia, la electrolisis alcalina, sale en todos los escenarios más barata sin variar tampoco aquí la tendencia.
Políticas incentivadoras
De ahí que el grupo de expertos del Foro Mercado Libre, un think tank académico cuyo objetivo es promover el desarrollo de una economía de mercado competitiva en Europa, propiciada además por instituciones sólidas y democráticas, advierta del “desafío” que supone el hidrógeno rosa para el verde. “Ambos tipos comparten el beneficio de ser limpios y con emisiones de carbono prácticamente nulas, pero el costo de producción del hidrógeno rosa es considerablemente menor”, refrendan en base a los resultados del informe.
En paralelo, el grupo de expertos cree que la solución pasaría por destinar más esfuerzos económicos tanto a la investigación como a la innovación tecnológica en fuentes renovables. Eso permitiría reducir lo que cuesta su generación bajo un enfoque “equilibrado y sostenible” encaminado hacia “un futuro energético más limpio y respetuoso con el medio ambiente” en línea con los objetivos de reducción de emisiones de carbono. Al respecto, la Unión Europea se ha marcado el recorte de GEI en al menos un 62% para 2030, y conseguir la neutralidad climática para 2050.
Para lograrlo, será fundamental que tanto industrias como empresas vean en la generación del hidrógeno verde un aliciente por encima del rosa desde el punto de vista económico. Pero si este no llega a ser rentable, “es probable que la inversión en tecnologías de energía renovable disminuya, ya que el excedente de electricidad de origen renovable sería mayor”, insisten desde Foro Mercado Libre.
¿Qué pasaría si el rosa se impusiera?
El grupo de expertos concreta que si el hidrógeno de origen rosa (nuclear) se impusiese en el mercado debido a su “ventaja competitiva de precio”, podría ser un obstáculo para la “adopción masiva del hidrógeno verde”.
Repercutiría, además, en la reducción de las inversiones en proyectos renovables y, por ende, podría ralentizar el cambio hacia un sistema energético más sostenible. “La transición energética podría comprometerse”, alertan, para lo cual “es crucial” implementar políticas que apuesten tanto por la producción como por la adopción a gran escala del H2 verde para “nivelar el terreno de juego” y hacer que este sea más competitivo en el mercado.
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