Portugal solo mantendrá su régimen fiscal especial a investigadores y científicos

El proyecto de Presupuestos pone fin a las jugosas ventajas para residentes no habituales

Manifestantes portugueses que reclaman mejores condiciones para la ciencia, el pasado mes de mayo. GETTYHoracio Villalobos (Corbis via Getty Images)

El Gobierno de Portugal presentó en la tarde del martes su proyecto de Presupuestos Generales del Estado de 2024, un documento que tendrá que ser debatido y aprobado por la Asamblea pero en el que ...

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El Gobierno de Portugal presentó en la tarde del martes su proyecto de Presupuestos Generales del Estado de 2024, un documento que tendrá que ser debatido y aprobado por la Asamblea pero en el que el Ejecutivo luso confirma su intención de finiquitar el famoso régimen fiscal especial para los residentes no habituales. La decisión, que fue adelantada la semana pasada por el primer ministro del país, António Costa, esconde en su letra pequeña una serie de excepciones. Según el borrador, podrán seguir beneficiándose de la ventaja fiscal ciertos perfiles profesionales de alto valor, como son los investigadores científicos y del sector de la innovación que pasen a residir en el país.

La propuesta del Gobierno, explica Maryline Valente, abogada lusa especializada en fiscalidad internacional y directora del departamento de asuntos portugueses de Ejaso, corta casi de lleno los agresivos beneficios fiscales recogidos en este esquema, parecidos a los que tienen otros países como España con la ley Beckham. Sin embargo, en paralelo, “crea un régimen alternativo” dirigido a atraer ciertos perfiles de alto valor. El objetivo, sostiene, es captar profesionales de unos sectores claves en la transformación económica.

En concreto, según el artículo 58 de la propuesta, “se diseña un incentivo para la investigación científica y la innovación”, cuyos profesionales, extranjeros o nacionales, podrán disfrutar a partir de 2024 de las ventajas tributarias en el impuesto sobre la renta prácticamente en los mismos términos que lleva permitiendo el régimen especial desde su creación, en el año 2009.

Estas gangas fiscales, prosigue Valente, consisten básicamente en que las rentas nacionales que procedan de este tipo de sectores profesionales tributan a un tipo único del 20%. Por su parte, las producidas en otros países están exentas, lo que en la práctica libra del gravamen a los dividendos o a las rentas del ahorro provenientes de otras jurisdicciones. En estos casos, recalca la abogada, los ingresos derivados de otro tipo de fuentes internas, como pueden ser las rentas inmobiliarias por tener una casa alquilada en Portugal, tributan según el régimen general. Para acceder a esta nueva ventaja “basta con que los contribuyentes adquieran la residencia portuguesa y que no hayan residido en el país en los últimos cinco años”, añade.

Según el texto oficial, los potenciales beneficiarios serán aquellos contribuyentes que obtengan rentas en “las carreras de docentes de educación superior y de investigación científica, incluido el empleo científico en entidades, estructuras y redes dedicadas a la producción, difusión y transmisión de conocimientos”. También entrarán en el grupo de receptores los profesionales de la investigación y el desarrollo que cumplan con los requisitos establecidos.

Una vez formalizados todos los trámites y la solicitud del estatuto, las ventajas fiscales se prolongarán durante un máximo de 10 años. Con todo, recalca Valente, este nuevo esquema no podrá ser utilizado por aquellas personas físicas que a día de hoy ya estén acogidas al régimen especial vigente y que tiene los días contados.

El borrador para las cuentas públicas, en efecto, confirma que el Gobierno luso quiere acabar con este esquema que permite tributar al 20% por las rentas nacionales y al 10% por las pensiones, a la par que deja exentos los ingresos provenientes de otros países. Para ello, explica Valente, el documento establece que la ventaja fiscal terminará en 2024, de tal forma que, a partir de entonces, ningún contribuyente podrá acceder a ella.

No obstante, matiza la abogada, el Ejecutivo luso otorga un periodo de gracia de algo más de dos meses y medio. En concreto, y siempre que no se haya vivido en Portugal en los cinco años anteriores, los interesados que adquieran la residencia lusa antes del 31 de diciembre podrán solicitar el estatuto hasta el 31 de marzo de 2024. “Es un margen de tiempo demasiado corto, porque hay que adquirir la residencia antes de que termine el año”, lamenta la experta. A su vez, recuerda, el proyecto de Presupuestos también establece que quienes ya disfruten a día de hoy del régimen podrán agotar el periodo de duración, fijado en los 10 años.

La semana pasada, cuando António Costo adelantó la intención del Gobierno, varios despachos de abogados avanzaron que en las próximas semanas se producirá un aluvión de solicitudes para poder acogerse al régimen especial antes de que llegue a su fin. En concreto, creen los expertos, todos aquellos contribuyentes que en los últimos meses tuviesen en mente un posible traslado acelerarán el proceso para poder llegar a tiempo. En opinión de otros expertos, no obstante, el inesperado anuncio del Ejecutivo luso y los cortos plazos que deja para cualquier maniobra harán muy difícil que alguien que no estuviese planificando ya su mudanza proceda a cambiar de país, ya que este tipo de movimientos precisan de cierto margen para poder planificarse correctamente.

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