La economía social paga un 19% menos de media pero lo hace de forma más igualitaria

La OCDE destaca que en España la brecha salarial del tercer sector es ocho puntos inferior a la de la actividad en general

Varias trabajadoras de una cooperativa agraria de Cieza (Murcia).Marcial Guillén (efe)

La economía social —que es la desarrollada por cooperativas, asociaciones, entidades sin ánimo de lucro, ONG, fundaciones o centros especiales de empleo de discapacitados, entre otros— es, por lo general, la gran olvidada de la actividad económica. Sin embargo, algunas de las prácticas de estas entidades podrían servir como ejemplo al resto de la economía productiva de los sectores público y privado.

Así lo pone de manifiesto el último informe de la OCDE titulado Más allá de los trabajos de cuello rosa para mujeres y la Economía Social, que este organismo internacional acaba de hacer público, y que analiza la composición de este tipo de economía, también denominada tercer sector, para concluir que “en muchos países, las entidades de la economía social ofrecen condiciones de trabajo flexibles y a menudo mejores, incluyendo el tiempo parcial (…) Estas modalidades de trabajo —que en España representan el 10% del empleo— pueden favorecer un mejor equilibrio entre la vida laboral y personal de los empleados. Por ejemplo, —añade este estudio— en España, las cooperativas y las sociedades laborales presentan mayores niveles de flexibilidad y estabilidad laboral que otros tipos de empresas”.

Concretamente, el informe de la OCDE analiza cuestiones como los salarios, los puestos directivos o los tipos de contrato en las economías sociales de la treintena de países más desarrollados que forman este organismo. Así, los autores de este documento concluyen que en España los sueldos de la economía social son un 19% inferiores a los de la economía general. Si bien, la brecha salarial por razones de género es ocho puntos menor que en la media de la economía española, ya que los autores estiman unos salarios un 26% inferiores para las mujeres de la economía social y un 34% en el sector privado (incluyendo el empleo a tiempo parcial).

Y esta misma situación de menores retribuciones, pero abonadas de forma más igualitaria, se produce también en países como Estados Unidos o el Reino Unido, donde las mujeres ganan un 16% menos en la economía social frente al 33% menos en la economía general. También en Francia, donde esta brecha es del 22% menos para el tercer sector y del 25% para la economía total; y en el caso de los empleos a tiempo completo en este mismo país, la ganancia femenina es un 15% inferior en la economía social y un 18% en la economía en su conjunto.

¿Por qué se detecta una menor brecha salarial de género en este tipo de actividades? Los autores de este informe lo atribuyen a tres causas principales. La primera es que se trata de un sector fuertemente feminizado: con datos de España, Italia, Bélgica y Portugal, estos expertos indican que las fundaciones están formadas por un 72% de mujeres; las asociaciones, por un 70%; las mutualidades, por un 67% y las cooperativas, por un 54%. Esto hace que exista “una menor discriminación directa por razón de género”, un efecto que en España se ha cuantificado dentro de la brecha salarial en un 15,3% en la economía social y en un 29,1% en la economía en general (según los investigadores Santero-Sánchez y Castro). Una mayor transparencia en las entidades de la economía social y unas estructuras “más planas” sin tantas diferencias salariales por categoría serían las principales causas de esta mayor igualdad salarial.

O, directamente, hay países donde este reparto salarial más igualitario está incentivado fiscalmente. Es el caso de Francia, donde el organismo encargado de otorgar ventajas fiscales a las entidades de la economía social incluye una limitación del salario anual de los cinco empleados mejor pagados a siete veces el salario mínimo francés para poder recibir beneficios tributarios.

Pero no solo los salarios son más equitativos, según la OCDE la presencia de mujeres en los puestos directivos también es superior en la mayoría de los países analizados. Por ejemplo, en Hungría, el 72% de estos cargos de responsabilidad en la economía social son ocupados por mujeres; y en Suecia, el 64% de los puestos directivos en este tipo de actividades son desempeñados también por mujeres. No así en España, donde la presencia de directivas en la economía social es de alrededor de un tercio, igual que en la economía en general del país.

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