Banca y mercados apuestan por el blockchain para renovar la fontanería financiera

El sector se vuelca en el desarrollo de sistemas descentralizados que permitan ahorrar tiempo y costes en las operaciones de ‘back-office’. La conversión de activos como depósitos o bonos en tokens a gran escala, uno de los retos futuros de las finanzas

Un ilustración sobre la blockchainPolkadot

En la industria financiera ya saben cuál será su próxima revolución, aunque pocos se atreven a vaticinar cuándo se hará realidad. El pequeño inversor no lo notará pero en un futuro, menos lejano de lo que pudiera parecer, las grandes operaciones que rigen el sistema monetario internacional estarán tokenizadas y las tradicionales anotaciones en cuenta de los bancos darán paso a cadenas de bloque representadas por un código cifrado unívoco que no dependerán de usos horarios. La gran transformación llegará más tarde a ojos de los ahorradores, cuando estos puedan comprar fondos de inversión, acciones o depósitos financieros tokenizados para poder realizar operaciones 24 horas al día, pagos instantáneos o tener incorporada la respuesta a ciertos eventos, programados previamente -como el pago de nóminas o a proveedores-.

Tras la efímera euforia por los NFT y el lanzamiento de los fondos cotizados (ETF) sobre bitcoin y ethereum, hay una tecnología sobre la que bancos centrales, bancos, gestoras de fondos y fintech están centrando sus esfuerzos para mejorar sus tuberías. El blockchain está ligado desde su concepción a los criptoactivos -en ella está basada el bitcoin- y abre la puerta a facilitar la transferencia de un valor o activos de forma gratuita y sin la intervención de terceras partes, algo que es visto como el gran reto de las próximas décadas para la industria financiera. “Hay pocas dudas de que la tecnología blockchain es más eficiente y transparente que la utilizada hasta ahora por el sistema financiero”, apunta Enrique Palacios, director de cumplimiento regulatorio de Onyze y asesor de la Autoridad Bancaria Europea (EBA) sobre prevención del blanqueo de capitales. De paso, su aplicación en la industria financiera supone un ahorro medio de costes de un 95%.

Tras unos años de pruebas piloto, 2024 está siendo el año del despertar de la industria financiera ante el blockchain. Carlos Domingo, fundador de la firma Securitize y ex CEO de Telefónica I+D, reconoce que su interés “ha cambiado mucho con la irrupción de BlackRock, tanto por su entrada en el mercado de los ETF como por la tokenización de activos”. Su plataforma, Securitize, ha logrado atraer a gigantes financieros como Morgan Stanley o la propia BlackRock a sus distintas rondas de financiación, y ha colaborado junto a la mayor gestora de fondos del mundo para lanzar un fondo con activos tokenizados que cuenta ya con más de 500 millones de dólares en activos gestionados.

Los grandes bancos de EE UU y Europa se han lanzado en los últimos años a probar la capacidad de implementación del blockchain en la industria -en España, Unicaja ha entrado en el capital de la plataforma Bit2Me-. Y aunque aún es testimonial, la utilización de las cadenas de bloques para colocar deuda está cogiendo fuerza entre los emisores, tanto gubernamentales como privados, que ven como puntos a favor su seguridad, trazabilidad y rapidez, al mismo tiempo que una importante reducción de costes y de tiempo de liquidación. Hong Kong es hasta el momento el mayor exponente entre los Gobiernos al colocar en febrero 750 millones de dólares en deuda tokenizada, mientras que entre las empresas Siemens ha colocado este mes 300 millones de euros en su segunda emisión de deuda realizada a través de blockchain. En España se han realizado también varios proyectos, como el llevado a cabo hace dos años por BBVA y BME, que participaron junto al Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en la emisión del primer bono regulado registrado con blockchain en España. “La gran disrupción llegará con los activos más líquidos”, comenta Palacios.

Bancos centrales y entidades privadas han optado por apoyarse en el lema de la unión hace la fuerza y están colaborando en el Proyecto Ágora para estudiar el uso de los tokens para mejorar el funcionamiento del sistema monetario en los pagos transfronterizos. En las pruebas, dirigidas por el Banco Internacional de Pagos (BIS), trabajan siete bancos centrales, entre ellos el Banco de Francia, y más de 40 firmas de todo el mundo, entre los que están bancos como Citi, BNP Paribas y Deutsche Bank, así como españoles como Santander, BBVA, CaixaBank. “La colaboración público-privada es absolutamente esencial para superar estos obstáculos y agilizar los pagos transfronterizos mediante la tokenización”, apunta Francisco Maroto, responsable Global de Blockchain y Activos Digitales de BBVA.

A escala europea, el propio BCE está impulsando que el sector financiero realice pruebas con las tecnologías de libro de registro distribuido (DLT), entre las que el blockchain es la más conocida, para la liquidación de transacciones mayoristas, que hasta ahora se ejecutan bajo un sistema centralizado. En la segunda fase de estas pruebas, que finalizará el próximo noviembre, participan CaixaBank, Sabadell, Unicaja, Cecabank, Iberclear (BME) Banco Cooperativo Español y Renta 4. Entre las propuestas, la de Iberclear busca evaluar la integración de los tokens en todas las fases del ciclo de vida de un bono digital.

El marco regulatorio preciso para que esta tecnología llegue a implantarse ya está operativo desde 2023. Por un lado, la aprobación en Europa de la normativa del DLT Pilot Regime ha abierto la puerta a que custodios, plataformas de negociación o Bolsas puedan trabajar con tecnologías de registro distribuido más allá de pequeñas pruebas, aunque aún no se ha concedido ninguna licencia. En el panorama nacional, la modificación de la Ley del Mercado de Valores permite que activos como acciones y bonos simples puedan ser pasar de simples anotaciones en cuenta a security tokens y el sandbox puesto en marcha por el Tesoro y la CNMV para poder desarrollar proyectos.

Entre los proyectos que se están desarrollando está la plataforma STX (Security Tokens Exchange), participada por el exchange de criptoactivos Bit2Me, que busca convertirse en una Bolsa de valores en blockchain. Su cofundador, Javier Tordable, que tras trabajar durante 15 años en Deutsche Börse/Eurex dio el salto al ecosistema emprendedor, aspira a que cuando reciban todas las autorizaciones pertinentes -por parte de la CNMV y la ESMA- “STX sea más eficaz y barata que las Bolsas tradicionales como Euronext, BME o Deutsche Börse”.

Carlos Domingo reconoce que el blockchain aún tiene por delante superar problemas de escalabilidad y de integración en las plataformas de las distintas entidades financieras para lograr una mayor velocidad de implementación. “Internet ha necesitado unos 40 años para estar integrado en la vida de las personas, en sus móviles. En el futuro veremos en un futuro a todo el sistema financiero en blockchain, pero ¿lo veremos mañana?”, se pregunta. En su opinión, la respuesta pasa por el crecimiento de “un sistema financiero paralelo al actual que irá poco a poco creciendo, aunque será un proceso que podría durar entre 10 y 20 años”.

La capacidad de adquirir volumen será fundamental para este mercado. “Es preciso contar con infraestructuras de mercado secundario robustas, que aguanten los momentos complicados en los que convivan las cámaras de compensación, los custodios y las plataformas de emisión”, apunta Palacios.

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