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El conflicto con Aagesen frena a la cadena hotelera Riu en Fuerteventura

Sus tres grandes competidores en la isla (Meliá, Barceló e Iberostar) han renovado sus activos en la isla con inversiones millonarias

La cadena hotelera Riu se encuentra atada de pies y manos para renovar dos de sus cuatro hoteles en Fuerteventura (Oliva Beach y Tres Islas) por el conflicto que mantiene con el Ministerio de Transición Ecológica a cu...

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La cadena hotelera Riu se encuentra atada de pies y manos para renovar dos de sus cuatro hoteles en Fuerteventura (Oliva Beach y Tres Islas) por el conflicto que mantiene con el Ministerio de Transición Ecológica a cuenta de la concesión que aún conserva sobre ambos activos, construidos dentro del Parque Natural de las Dunas de Corralejo. Esta situación anómala se produce en medio de una explosión de inversión hotelera de sus tres directores competidores (Meliá, Barceló e Iberostar), que han gastado fuertes sumas de dinero para renovar sus establecimientos en la isla, enfocándolos hacia el segmento del lujo.

El origen de la entrada de Riu en Fuerteventura se remonta a finales de los 80, fecha en la que la hotelera de la familia Riu adquirió dos hoteles (Oliva Beach y Tres Islas) y el islote de Lobos. Ambos inmuebles se construyeron antes de que entrara en vigor la Ley de Costas de 1988, que deslindó la zona de costa donde estaban y los dejó, por lo tanto, dentro del dominio público marítimo-terrestre. Esa situación excepcional se reguló a través de una disposición transitoria de la Ley de Costas, en la que se le permitía estar 30 años como usufructaria y otros 30 de prórroga si se seguían cumpliendo las condiciones fijadas desde el principio.

La buena sintonía con Transición Ecológica saltó por los aires en febrero de 2024, tras varias denuncias cruzadas entre la hotelera y la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, cuando el secretario de Estado de Medio Ambiente en aquellas fechas, Hugo Morán, firmó una resolución que acordaba declarar la caducidad de la concesión otorgada al hotel Riu Oliva Beach. Riu, apoyada en el gobierno canario, planteó un conflicto de competencias sobre el activo ante el Tribunal Constitucional (TC). La hotelera defendía que era un asunto de Canarias, puesto que las competencias de Costas se transfirieron a la citada autonomía el 1 de enero de 2023, mientras que Transición Ecológica justificaba la negativa a traspasarlas por su carácter extraordinario. “Se han traspasado las funciones relacionadas con las concesiones ordinarias, pero en estos dos casos se trata de concesiones compensatorias que se dan por la pérdida de propiedad al realizar un deslinde. La competencia depende del Estado porque como titular del dominio público es el que debe realizar los deslindes y determinar las posibles compensaciones”. El TC le dio la razón a Transición Ecológica en septiembre de 2024.

Pese a ello, Riu, que cuenta con otros dos activos en la isla, piensa seguir defendiendo en los tribunales y su principal argumento es que la concesión para operar dentro del Parque Natural pasó de compensatoria a ordinaria desde 2016, por lo que las competencias sobre este caso deberían corresponder al Gobierno de Canarias desde el 1 de enero de 2023 y no a Transición Ecológica. Fuentes de la compañía remarcan que pagan desde hace nueve años un canon anual de dos millones de euros.

A la espera de que el conflicto se resuelva, los competidores de Riu han aprovechado el ciclo virtuoso del turismo en estos dos últimos ejercicios para crecer en Fuerteventura, que tocó máximo histórico de viajeros en 2024, con 2,5 millones de viajeros, afianzándose en la cuarta posición como isla más visitada en Canarias y acercándose a los guarismos de Lanzarote, que cerró con 3,2 millones. De hecho ya se ha producido el sorpasso en los primeros siete meses de este año, en los que Fuerteventura recibió 1,15 millones de viajeros y Lanzarote 1,11 millones, según los datos del INE.

Un crecimiento exponencial que ha llamado la atención de las hoteleras para redoblar sus inversiones. La más relevante es la de Meliá, que este verano ha inaugurado el hotel Meliá Paradisus Fuerteventura, tras invertir 32 millones de euros, convirtiéndolo en la primera opción de lujo todo incluido en la isla con la marca Paradisus, ya presente en Gran Canaria y Lanzarote, con tarifas en el entorno de los 300 o 400 euros por noche para una habitación doble. La compañía cuenta con otros dos hoteles y está inmersa en la reforma del hotel Innside para convertirlo en un ZEL, la marca que comparten con el extenista Rafael Nadal.

Por su parte, Barceló cuenta con seis hoteles, de los que el más lujoso es el Fuerteventura Beach Resort, propiedad de HIP, el brazo hotelero de Blackstone, sometido a una reforma de 38 millones en 2022 y que ahora comercializa también con tarifas que superan los 300 euros por noche. Finalmente, Iberostar acaba de reformar el hotel Selection Fuerteventura, de cinco estrellas con 437 habitaciones y unas tarifas que también rondan desde los 300 a los 400 euros.

En el otro lado, las tarifas del Oliva Beach y Tres Lobos, ambos de Riu, en el norte de la isla, no superan los 100 euros. Los otros dos hoteles en Fuerteventura (Jandía y Calypso) están situados en el sur, están reformados, son de la categoría Palace (la más elevada de la cadena) y tienen tarifas más cercanas a las que cobran Meliá, Barceló o Iberostar.

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