Las ‘telecos’ europeas exigen a Bruselas que ponga fin a las 34 normas que les restringen
Un informe de Connect Europe demanda que se deroguen directivas como la de privacidad electrónica y se simplifique el “mosaico” de regulaciones
Connect Europe, la principal asociación de operadores de telecomunicaciones de la UE, ha exigido a la Comisión Europea que derogue o simplifique el “mosaico” de los 34 conjuntos de obligaciones regulatorias que afectan a todo el recorrido de la relación comercial con sus usuarios, desde la adquisición del cliente hasta la prestación del servicio y, en última instancia, la desconexión. Para ello, pide que se el...
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Connect Europe, la principal asociación de operadores de telecomunicaciones de la UE, ha exigido a la Comisión Europea que derogue o simplifique el “mosaico” de los 34 conjuntos de obligaciones regulatorias que afectan a todo el recorrido de la relación comercial con sus usuarios, desde la adquisición del cliente hasta la prestación del servicio y, en última instancia, la desconexión. Para ello, pide que se eliminen directivas como las de la privacidad electrónica, y se armonicen otras como las que se refieren a los derechos de los abonados o la itinerancia de datos. Así consta en el informe Una agenda de simplificación para las telecomunicaciones europeas, realizado en colaboración con la consultora Arthur D. Little y al que ha tenido acceso este diario.
La asociación -conocida hasta 2024 como ETNO y que está integrada por operadores como Telefónica, Deutsche Telekom, Orange, BT o Telecom Italia, entre otros- propone en el informe una agenda clara y viable destinada a simplificar la regulación de las telecomunicaciones, garantizar la igualdad de condiciones y avanzar hacia un mercado europeo de las telecomunicaciones verdaderamente unificado.
De los 34 bloques de regulación, Arthur D. Little identifica al menos 12 obligaciones que se solapan entre las leyes sectoriales y las generales de consumo, y 16 obligaciones se clasifican como especialmente estrictas y específicas del sector de las telecomunicaciones. Esto genera, a su juicio, tres desafíos principales: exceso de regulación, condiciones de competencias desiguales y fragmentación del mercado. “En consecuencia, los clientes experimentan confusión e inconsistencias tanto dentro como entre los mercados nacionales, lo que reduce la satisfacción general con el servicio”, indica el informe.
El estudio resalta que, a pesar de estos desafíos, el sector generó un gran valor: entre 2014 y 2023, los operadores de telecomunicaciones en Europa multiplicaron por diez el uso de datos móviles por ciudadano, a la vez que redujeron el ingreso promedio por gigabyte (GB) en un 85%, lo que permitió un acceso generalizado a una conectividad asequible y de alta calidad.
Esta carga regulatoria afecta significativamente la claridad de las normas para los usuarios finales y dificulta la posibilidad de realizar ofertas transfronterizas debido a las sustanciales divergencias nacionales. También deteriora considerablemente la sostenibilidad financiera del sector. Entre 2014 y 2023, los operadores de telecomunicaciones europeos experimentaron una caída media anual de su capitalización bursátil del 1,8%. En cambio, sus homólogos menos regulados, como las telecomunicaciones de otras regiones como EE UU y las plataformas tecnológicas globales (Google, Facebook, Microsoft, etcétera) experimentaron un crecimiento anual de su capitalización bursátil del 1,1% y el 36%, respectivamente.
Connect Europe cree que el actual mercado de las telecomunicaciones europeo está marcado por la sobrerregulación, en el que las obligaciones horizontales y sectoriales redundantes, obsoletas y superpuestas reducen la transparencia y la claridad para los consumidores, al tiempo que aumentan los costos para los operadores de telecomunicaciones. Al mismo tiempo, se ha creado un campo de juego desigual con las grandes tecnológicas estadounidenses, de forma que servicios funcionalmente equivalentes enfrentan diferentes obligaciones y experiencia en protección del consumidor según quién los preste: operadores de telecomunicaciones o grandes tecnológicas.
El tercer mal es la fragmentación entre países europeos. Las variaciones nacionales de las directivas de la UE dan lugar a derechos y experiencias de los consumidores inconsistentes en los Estados miembros, lo que da lugar a diferentes derechos y niveles de servicio para los consumidores según su ubicación, lo que en última instancia socava el mercado único.
Reforma en tres pasos
Para combatir esas disfuncionalidades y alcanzar los objetivos de la Década Digital de Europa, el informe recomienda una estrategia de reforma de tres pasos: simplificar las normas sustituyendo obligaciones obsoletas y superpuestas por protecciones horizontales simplificadas y favorables para el consumidor; garantizar una competencia justa aplicando de manera uniforme salvaguardas para el consumidor y principios de neutralidad de la red en todos los proveedores de servicios digitales; y crear un verdadero mercado único para evitar que la persistente fragmentación perjudique a clientes y empresas.
En el primer paquete de reformas, la asociación propone agilizar las obligaciones superpuestas apoyándose en normas horizontales de protección del consumidor en lugar de las duplicadas específicas del sector; eliminar las normas de protección de datos específicas del sector derogando la Directiva sobre privacidad electrónica y consolidando el principio de confidencialidad de las comunicaciones, como el único elemento específico del sector; abolir las obligaciones de servicio universal obsoletas y reemplazarlas con apoyo público específico; y excluir en negocio para empresas (B2B) de las obligaciones de protección al consumidor.
El segundo conjunto de medidas va encaminado a garantizar un campo de juego igual entre servicios equivalentes de forma que las plataformas tecnológicas estadounidenses dejen de estar desreguladas. Para ello, las telecos europeas demandan extender obligaciones clave, como los derechos de cambio de compañía o la confidencialidad de las comunicaciones a estos proveedores digitales; aclarar la neutralidad de la red para permitir la innovación; y crear una lista blanca de servicios especializados permitidos para ofrecer seguridad jurídica.
La tercera batería de medidas pretende reducir la fragmentación de los mercados en toda la UE. Con ese objetivo, el informe concluye la necesidad de utilizar un reglamento en lugar de una directiva para garantizar la aplicación coherente de las normas de protección del consumidor en todos los Estados miembros y evitar la sobrerregulación nacional; reforzar la coordinación y el apoyo institucional a nivel de la UE para armonizar las prácticas de aplicación y reducir las divergencias y las obligaciones adicionales de los Estados miembros y para promover servicios transfronterizos eficientes.