Telefónica, Masorange y Vodafone compartirán sus redes de fibra en toda España

Las ‘telecos’ utilizan acuerdos bilaterales para evitar que Competencia frene los pactos. Movistar y Masorange negocian la última de estas alianzas

Conexiones de fibra óptica.Matthew Horwood (Getty Images)

El sector de las telecomunicaciones no atraviesa un buen momento. Los tres grandes operadores -Telefónica, Masorange y Vodafone- deben hacer frente a un elevado endeudamiento que no logran paliar con unos ingresos estancados o decrecientes en un mercado muy competitivo. Así que no pueden afrontar en solitario las cuantiosas inversiones que suponen las redes de nueva generación como el 5G móvil o la fibra óptica. Con el fin de aligerar esa factura han decidido c...

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El sector de las telecomunicaciones no atraviesa un buen momento. Los tres grandes operadores -Telefónica, Masorange y Vodafone- deben hacer frente a un elevado endeudamiento que no logran paliar con unos ingresos estancados o decrecientes en un mercado muy competitivo. Así que no pueden afrontar en solitario las cuantiosas inversiones que suponen las redes de nueva generación como el 5G móvil o la fibra óptica. Con el fin de aligerar esa factura han decidido compartir redes e inversiones en fibra óptica. Hasta ahora se han desvelado sendos acuerdos entre Masorange y Vodafone, por un lado, y entre Telefónica y Vodafone, por otro. Y ahora está a punto de firmarse un pacto similar entre Telefónica y Masorange, que las compañías podrían anunciar en sepiembre.

En lugar de llegar a un pacto tripartito como sería lo lógico, los operadores están utilizando la fórmula de pactos bilaterales entre sí –todos con todos pero de dos en dos- para soslayar los impedimentos que les pueda plantear la autoridad de Competencia, según fuentes del sector. Y es que, en la práctica, los tres grandes operadores, los únicos que disponen de una red a nivel nacional, van a compartir todas sus infraestructuras de fibra óptica, aunque troceándola societariamente en tres partes para poder firmar acuerdos por separado con cada uno de los rivales.

A fin de soslayar cualquier acusación de dominio del mercado o de oligopolio, los pactos incluyen la creación de sociedades “independientes” que agrupan estos activos de red, y están abiertas a la entrada en su capital de otros inversores financieros o institucionales (fondos de inversión, de infraestructuras o de pensiones). Esas empresas, denominadas genéricamente FibreCos, serán las que suscriban los acuerdos de uso de red a largo plazo con los dos operadores de telecomunicaciones accionistas asegurándose unos ingresos estables. A su vez, también podrán sellar contratos de alquiler mayorista con otros operadores de telecomunicaciones alternativos.

Los contratos solo han sido anunciados pero están en fase de negociación. Cuando se firmen –está previsto que se hagan efectivos a principios de 2025- deberán pasar por el filtro de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), que puede decidir imponer condiciones para su autorización. Y es que hay que tener en cuenta que Masorange, Telefónica Vodafone suman el 89% de las líneas contratadas de conexión a Internet por fibra óptica y cable, según los datos del informe anual de la CNMC de 2023. En total, hay 15 millones de líneas de fibra óptica contratadas aunque la red desplegada alcanza a 78,7 millones de unidades inmobiliarias (hogares, locales comerciales y oficinas), susceptibles de poder contratarlas.

Anuncios escalonados

Las compañías de telecomunicaciones están escalonando el anuncio de los acuerdos bilaterales para evitar la imagen de concertación. Abrieron el fuego, Masorange y Vodafone que el pasado 24 de julio desvelaban la firma de una carta de intenciones “confidencial” y “no vinculante” para la creación de una sociedad de red de fibra compartida que proporcionará acceso a servicios de fibra óptica sobre 11,5 millones de líneas a Masorange y Vodafone España, y a otras compañías. El preacuerdo contempla que Masorange sea el dueño del 50% de la sociedad, mientras que el otro 50% se lo repartirán entre Vodafone (10%) y un inversor externo (40%). Apenas una semana después, el 30 de julio, Telefónica y Vodafone anunciaban un acuerdo prácticamente calcado del anterior, aunque de menor alcance porque la sociedad conjunta cubrirá aproximadamente solo 3,5 millones de unidades inmobiliarias.

El tercer pacto está a punto de anunciarse. Por el mismo, Masorange se compromete a alquilar a largo plazo (entre 20 y 30 años) la red de Movistar para 3,5 millones de unidades inmobiliarias adicionales a las que ya usa en arrendamiento actualmente, según fuentes conocedoras de la negociación. Además, ambas operadoras invertirán conjuntamente en el despliegue de nueva red de fibra para su uso compartido.

Desde Telefónica han declinado hacer comentarios sobre este pacto. Por su parte, fuentes oficiales de Maorange señalaron a este diario: “No tenemos previsto anunciar ningún acuerdo nuevo con Telefónica”. Una declaración que contrasta con el cambio de postura del consejero delegado de Masorange, Meinrad Spenger. En su primera comparecencia tras hacerse efectiva la fusión entre MásMóvil y Orange, el 3 de abril pasado, anunció que el grupo desplegaría fibra óptica para seis millones de hogares nuevos. Pero en la conferencia con analistas para explicar los resultados del primer semestre el pasado 23 de julio, el directivo austriaco admitió que no tiene planes de nuevos “despliegues significativos” de fibra en España, y que la estrategia se basará en la compartición de redes y la coinversión.

Y es que los tres operadores tienen mucho que ganar con estos acuerdos. Además de ahorrarse la cuantiosa inversión que supondría el despliegue de tres redes por separado, la creación de sociedades FiberCo les permite monetizar sus activos, gracias a la entrada en el capital de terceros inversores. Una inyección de capital que será como un maná para reducir su abultada deuda. A 30 de junio pasado, Telefónica acumulaba una deuda neta de 29.240 millones de euros y la de Masorange ascendía a 14.279 millones. Por su parte, el fondo Zegona, que compró Vodafone España por 5.000 millones de euros pero sin aportar apenas fondos propios, acaba de refinanciar un crédito de 3.400 millones para no asfixiar su balance.

Las tres compañías necesitan ingresos extraordinarios porque su facturación se ha estancado o decrece ante la competencia de operadores alternativos low cost como Digi, los únicos que aumentan su base de clientes y su facturación de forma considerable mes a mes. En el primer semestre de este año, los ingresos de Telefónica España apenas aumentaron un 1% y los de Masorange crecieron un ínfimo 0,11%. Los de Vodafone España aún no han sido publicados, pero la operadora lleva años con ingresos en retroceso. De ahí que el Grupo Vodafone la pusiera en venta. Las alianzas a dos bandas entre los tres operadores aliviarán esa delicada situación financiera que comparten las grandes telecos españolas. Con permiso de la CNMC, eso sí.

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