Iberdrola, Repsol, Endesa y EDP se aseguran casi 800 millones en ayudas al hidrógeno

El Gobierno selecciona siete proyectos, que sumarán más de 650 megavatios de generación con electricidad renovable y que prometen inversiones milmillonarias

Recreación de una planta de hidrógeno verde.

El Gobierno ha anunciado este martes la asignación de 794 millones de euros a siete grandes proyectos de hidrógeno renovable que suman una capacidad potencial de generación de algo más de 652 megavatios (MW) íntegramente alimentados con energía solar, eólica e hidráulica, y que prometen movilizar inversiones superiores a los 6.000 millones a lo largo de su vida útil, 1.141 de ellos “de manera inmediata”. Cuatro compañías recibirán la totalidad de las ayudas directas, con cargo al fondo europeo de recuperación pospandemia: las dos mayores eléctricas de España, Iberdrola y Endesa; la mayor petrolera, Repsol; y la energética portuguesa EDP. Geográficamente, se repartirán entre los valles previamente identificados por la Comisión Europea, en Andalucía, Aragón, Asturias, Castilla-La Mancha, País Vasco y la Región de Murcia.

La mayor receptora de fondos será Repsol, con un total de 315 millones de euros: 160 para su electrolizador en la refinería de Petronor en Muskiz (Bizkaia) y 155 para abastecer de hidrógeno verde su planta de producción de carburantes de Cartagena (Murcia). Iberdrola se embolsará otros 242 millones para la producción de hidrógeno renovable destinado a amoniaco y fertilizantes. EDP, otros 209 millones, repartidos en tres proyectos: en Teruel, en Cádiz y en Asturias, en todos los casos en el entorno de centrales térmicas de carbón, ya cerradas o en vías de extinción. Y Endesa, 28 millones más para su proyecto de 7,2 MW en Magallón (Zaragoza).

El hidrógeno está llamado a ser un vector energético fundamental en la descarbonización de sectores de difícil electrificación, como el transporte aéreo y marítimo o algunas industrias pesadas. Su desarrollo, sin embargo, está siendo notablemente más lento de lo deseable.

Esquinazo al hidrógeno fósil

El primer objetivo de los proyectos de producción de hidrógeno renovable es reemplazar el de origen fósil, que se emplea tanto en el proceso de producción de todo tipo de combustibles (gasolina, gasóleo, queroseno...) como en el de fertilizantes o en algunas industrias, como la del vidrio o la farmacéutica. Hoy, la mayor parte del hidrógeno que se produce sigue teniendo origen en el gas natural, cuya quema contribuye a agravar la crisis climática.

Las autoridades españolas calculan que los proyectos financiados por este tramo de fondos europeos permitirán reemplazar 17.000 toneladas anuales de ese hidrógeno sucio (generado con electricidad renovable) por el de origen limpio.

El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico subraya, además, que cinco de las iniciativas beneficiarias de las ayudas “incluyen la construcción de electrolizadores de alta capacidad (de 100 MW o más) en entornos de gran actividad industrial, como puertos y otros complejos industriales, constituyendo clústeres o valles integrados”. Un atributo que ha permitido su inclusión como proyectos de interés común de la UE, una etiqueta fundamental para la recepción de ayudas europeas. Las dos propuestas restantes, en Aragón, están orientadas a la generación de hidrógeno para producir fertilizantes y otros compuestos químicos.

14 países beneficiarios

Son 14 los países —13 de ellos, de la UE— que han accedido a este segundo tramo de fondos europeos, destinado a proyectos que contribuyan a la descarbonización de procesos industriales: Austria, Bélgica, Dinamarca, Eslovaquia, España, Finlandia, Francia, Grecia, Italia, Países Bajos, Polonia, Portugal, Suecia y Noruega. Pese a no pertenecer a la Unión, este último es receptor gracias a la Asociación Europea de Libre Comercio, de la que también forman parte Suiza, Islandia y Liechtenstein. La suma de todos los proyectos financiados en este tramo, unos 3,5 gigavatios (GW), promete la creación de 26.000 empleos.

Al margen de contribuir a la descarbonización de algunos sectores de la economía —y, particularmente, de la industria—, la meta última de las ayudas europeas es crear un verdadero mercado europeo del hidrógeno verde que asegure la viabilidad futura de los electrolizadores sin muleta pública. Para eso, en cambio, aún quedan años.

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