EiDF informa de pérdidas de 32 millones en 2023 y PwC duda de su capacidad de continuar como empresa
La compañía energética notifica unos números rojos casi ocho veces más altos que los del año precedente
Las cuentas anuales de 2023 de EiDF, la empresa de energía fotovoltaica sobre la que Deloitte detectó el año pasado irregularidades en el cálculo de ingresos y posible falseamiento de documentación para inversores y auditores, muestran cómo su negocio se deterioró al atravesar esta crisis. Según el documento auditado por PwC y publicado en BME Growth, EiDF cerró 2023 con unas pérdidas de 31,95 millones de euros, lo que supone casi multiplicar por ocho los números rojos de 4,03 millones de 2022. Estas cifras, a juicio de su auditor, pone en peligro su viabilidad como empresa.
“Llamamos la atención sobre la nota (...) que indica que el grupo presenta unas pérdidas de 31,95 millones de euros. Este hecho, junto con la existencia de pasivos no atendidos a su vencimiento por parte de la sociedad dominante y un plan de tesorería dependiente del éxito de nuevas operaciones de desinversión de activos fotovoltaicos, entre otros, indican la existencia de una incertidumbre material sobre la capacidad del grupo para continuar con su actividad y realizar sus activos y liquidar sus pasivos por los importes y según la clasificación con que figuran en las cuentas anuales consolidadas adjuntas, y, por tanto, para continuar como empresa en funcionamiento”, escribe PwC.
Según las cuentas presentadas, el grupo EiDF tuvo unos ingresos de 190,13 millones de euros, un 36,5% menos que en 2022, y el resultado de explotación de la compañía empeoró hasta los -12,97 millones de euros desde los -2,94 del anterior ejercicio. Tras la presentación de resultados, las acciones de EiDF han caído un 18,77% hasta 6,45 euros.
No es la primera vez que el auditor cuestiona la viabilidad de EiDF. En 2022, PwC ya transmitió sus dudas sobre la capacidad de EiDF para seguir operando como empresa en funcionamiento debido al fondo de maniobra negativo de 20,93 millones de euros que tenía a cierre de ese año la empresa. El fondo de maniobra pone en relación los recursos y las deudas que tiene que afrontar una compañía en el corto plazo. Si es negativo, entonces las obligaciones superan a la capacidad de afrontarlas y peligra la viabilidad del negocio. Pese a las pérdidas, la compañía de energía fotovoltaica sí ha enmendado este punto. Según las cuentas de 2023, EiDF contaba a 31 de diciembre de 2023 con un fondo de maniobra positivo de 9,634 millones de euros, un hito conseguido en gran parte a base de aportaciones del máximo accionista, Fernando Romero, y desinversiones.
Más allá de las dudas sobre la viabilidad, PwC ha vuelto a incluir varias salvedades sobre los resultados, reavivando con ello una polémica que no termina de abandonar a esta compañía desde hace un año.
Si en el análisis forensic que se le encargó a Deloitte cuando comenzó la polémica esta firma identificó “numerosas” incidencias relativas a facturas y pagos por servicios “que podrían no haberse prestado o no estar justificados, así como a la falsificación de documentos” que ponían de relieve “debilidades de control interno”, PwC dice en las cuentas publicadas hoy que siguen “existiendo debilidades significativas en el modelo de control interno del grupo”.
“Debido a la relevancia de las incidencias detectadas a la fecha de nuestra opinión, no nos es posible asegurar totalmente que no pudieran surgir otras cuestiones no identificadas que, en su caso, pudieran suponer otros posibles errores y/o contingencias no recogidas en las cuentas anuales consolidadas adjuntas”, señaló ahora PwC.
Además, el auditor considera que las pérdidas que ha arrojado EiDF deberían ser mayores. PwC advirtió de que el grupo “tiene contabilizados activos por impuesto diferido cuya recuperabilidad depende de los ingresos obtenidos en la venta y/o explotación de las plantas fotovoltaicas propiedad de las sociedades de propósito especial constituidas por el grupo”, dicen los auditores. “Considerando la actual situación del grupo, las pérdidas incurridas en las operaciones de desinversión realizadas en el ejercicio 2023 y la elevada incertidumbre en la estimación de los ingresos futuros, dichos activos no cumplen los requisitos que establece la normativa contable para su activación”, añade PwC, que cree que “los activos por impuestos diferidos están sobrevalorados en 5,8 millones de euros y las pérdidas del ejercicio deben incrementarse por este mismo importe”.
Igualmente, PwC estimó que EiDF “no ha registrado el importe que se deriva de la resolución del 11 de abril de 2024 por la cual el juzgado de primera instancia de León estimó parcialmente la demanda de un cliente, condenando a la sociedad dominante al pago de un importe de aproximadamente 3,6 millones de euros”.
Respuesta de EiDF
En otra comunicación al mercado, la empresa fotovoltaica emite su respuesta a las dudas que ha mostrado PwC. En primer lugar, la compañía pone en valor que durante el ejercicio 2024, “la sociedad ha tomado medidas para la mejora del gobierno corporativo y de los sistemas de control interno” como el nombramiento de consejeros “independientes de contrastada solvencia profesional” y apunta que “seguirá con el camino trazado en la doble línea de mejora del gobierno corporativo y la mejora continua de los sistemas de control y auditoría interna”.
En cuanto a la salvedad por no deterioro de los activos por impuestos diferidos, EiDF dice que está trabajando “en la elaboración de un plan estratégico que presentará en las próximas semanas, que permitirá resolver las dudas sobre la pertinencia de mantener los citados activos”.
En lo referente al litigio no provisionado, EiDF argumenta que está “dentro de los plazos previstos por la ley dentro de un sistema judicial garantista donde prevalecen el poder de la ley y su interpretación dentro de los diferentes procedimientos y estados procesales en cuestión que habilitan a la sociedad en este primer término a la presentación de un primer y entendemos último recurso a la sentencia del juzgado de primera instancia”.
Sobre el futuro de su negocio, EiDF destaca que ha trabajado en los últimos meses como líneas de actuación en las aportaciones de socios formalizadas a través de préstamos participativos convertibles, con la intención de patrimonializar la sociedad; así como en la rotación de activos de autoconsumo con PPA, para monetizar y generar caja recurrente; y en acuerdos con socios financieros para desarrollar proyectos de generación fotovoltaica que permitan acelerar el negocio de la empresa y generar sinergias con las comercializadoras del grupo.
Además, asevera que cuenta con “un gran modelo de negocio consolidado e integrado verticalmente” entre sus tres unidades de negocio. Por un lado, Autoconsumo Industrial y Generación que suponen para el grupo un 71% y Comercialización, que supondría un 29%, teniendo en cuenta porcentajes aproximados y ajustados sobre Ebitda 2023. El grupo presidido por Fernando Romero prevé poner en operación 80 megavatios (MW) y desarrollar nuevos parques hasta un total de 620 MW de generación fotovoltaico.
EiDF apunta que, “con el objetivo de sentar unas bases sólidas en aras del crecimiento que lleva desarrollando los últimos años, se ha optado por una política de máxima prudencia, optimizando aquellas partidas en el balance del grupo para mayor precisión y transparencia”.
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