Cepsa reduce sus pérdidas a mínimos y vende todo el negocio fósil en Colombia

Las cuentas de la petrolera arrojan unos números rojos de 8 millones entre enero y marzo, frente a los 297 millones del primer trimestre de 2023

La sede de Cepsa, en Madrid.AITOR MARTIN (EFE)

La segunda mayor petrolera española, Cepsa, se anotó unas pérdidas de 8 millones de euros en los tres primeros meses de 2024. Las cifras contrastan con los cuantiosos números rojos del mismo periodo del año anterior, cuando ascendieron a 297 millones. El beneficio bruto de explotación (ebitda) mejoró un 5%, hasta los 583 millones, pero la deuda aumentó un 3%: pasó de 2.270 a 2.344 millones de euros. La compañía, no cotizada, ha aprovechado la presentación de resultados, este viernes, para comunicar la venta de todos sus activos fósiles en Colombia; una operación de la que no aporta cifras financieras pero que enmarca en su paulatina salida del negocio petrolero y gasista para centrarse en los de carácter renovable.

La venta de todos sus activos de exploración y producción en Colombia es, según el consejero delegado de la energética, Maarten Wetselaar, “otro paso importante” para convertir a Cepsa en “referente de la transición energética”. “El siguiente gran paso en la ejecución de nuestra estrategia será la decisión final de inversión sobre nuestro proyecto de hidrógeno verde en el sur de España, en cuanto estén preparados el marco normativo y los incentivos necesarios para impulsar esta nueva energía, crucial para crear una economía verde”, añade en la nota. Su anhelo sigue siendo pasar de lo que ha sido hasta ahora —una petrolera clásica— al “líder europeo en la producción de biocombustibles de segunda generación e hidrógeno verde”.

La generación de caja, una de las métricas en las que más se fijan los analistas para evaluar la salud del negocio de una empresa, creció un 16% interanual hasta alcanzar un flujo operativo de 318 millones de euros. Pese al aumento de la deuda, Cepsa cuenta más de 4.500 millones de liquidez, “un colchón suficiente para cubrir los vencimientos de los próximos años”. A principios de abril, la energética regresó a los mercados de capitales tras cuatro años de ausencia con la mayor emisión de bonos de su historia: 750 millones de euros con vencimiento en 2031.

Ya sin Emiratos

Dos de las tres grandes líneas de negocio de Cepsa cerraron el primer trimestre con mejores cifras operativas que un año atrás. Energía más que duplicó su ebitda, hasta los 477 millones de euros, “gracias a los fuertes márgenes de refino, impulsado por la situación en el mar Rojo, que tensó los mercados mundiales de petróleo reduciendo el suministro tanto de crudo como de productos procedentes de Asia y Oriente Medio, y el aumento de la producción”. Y Química vio aumentar su resultado bruto de explotación de 64 a 70 millones, un comportamiento que la empresa achaca a cuatro factores: “La fuerte recuperación de los volúmenes en Europa, el mayor rendimiento de la acetona, unos precios de la energía más moderados y unos gastos fijos más bajos”.

El reverso lo pone Exploración y Producción, históricamente la mayor división de Cepsa y que se ha visto lastrada por las recientes ventas de activos fósiles. Sobre todo, la ejecutada en Emiratos Árabes Unidos, donde tenía la mitad de su negocio global hasta su salida definitiva en marzo del año pasado, y que ha provocado que el Ebitda pasase de 310 a 73 millones. La compañía, no obstante, pone en valor los precios “bastante estables” del petróleo.

La compañía, coparticipada por Abu Dabi (a través de Mubadala) y por el fondo estadounidense Carlyle, abonó en febrero 122 millones por el primer tramo del impuesto extraordinario a las empresas energéticas en España. El Gobierno lleva meses planteándose cambios en este tributo para preservar las inversiones verdes. Algo que, sin duda, beneficiaría a Cepsa.

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