De docentes a empresarios del agro
La historia de los hermanos Saila y su éxito con Defeder Alcolea
Por la mañana daban clase y por la tarde, en vez de impartir extraescolares, decidieron comprar y vender fertilizantes. Aquello les hizo pensar, porque lo que estaban vendiendo veían que no funcionaba correctamente para el campo. Así que compraron unas naves y empezaron a hacer sus propias mezclas y componer sus fertilizantes. Joaquín y Raúl Saila son dos hermanos oriundos de Alcolea, Huesca. Ambos se han convertido en el alma y la fuerza motriz detrás de Defeder Alcolea, una empresa que ha sabido convertir la pasión por el campo y el emprendimiento en un éxito rotundo.
El viaje hacia la creación de su imperio agrícola comenzó cuando aún desempeñaban su labor como docentes. Durante el día, impartían clases; por las tardes, se sumergían en el mundo de los fertilizantes. Sin embargo, llegó un momento en que aquello era insostenible. La vida de prisas y los viajes apresurados entre Madrid y su hogar en Alcolea, los llevaron a tomar una decisión trascendental: dedicarse de lleno a su empresa.
“Volvíamos de un viaje de Madrid, con el coche un poco más rápido de la cuenta porque teníamos que llegar a nuestros puestos de trabajo. Decidimos que teníamos que tomar una decisión, ¿no? O seguir en el negocio o seguir en nuestra vida pública. Tomamos la decisión de seguir hacia adelante y dejamos nuestros trabajos”, recuerda Raúl Saila.
El sacrificio y el riesgo de abandonar la estabilidad de un empleo público para aventurarse en el mundo empresarial no fueron en vano. Con una visión clara y un enfoque determinado, Joaquín y Raúl se embarcaron en una travesía hacia el éxito. Defeder Alcolea “no solo es una empresa, es un compromiso con la calidad y la sostenibilidad en la agricultura”, cuenta Joaquín. Con dos líneas de negocio bien definidas, los hermanos Saila se dedican a la elaboración de mezclas para piensos y a la fabricación de fertilizantes orgánicos y ecológicos.
Cada uno con su línea de negocio
“Mi línea de negocio es la fabricación de fertilizantes orgánicos, organominerales y productos ecológicos. Va destinado para el agricultor y lo que le echa al campo, porque al final son unidades de nitrógeno, fósforo y potasio y materia orgánica para cuidar la tierra”, explica Joaquín.
La calidad de sus productos ha conquistado mercados internacionales. Desde el norte de África hasta Asia, los fertilizantes de Defeder Alcolea son reconocidos por su eficacia y respeto por el medio ambiente. Pero el espíritu innovador de los hermanos Saila no se detiene ahí. Continúa con el proyecto Fertcafé, porque están explorando nuevas fronteras en la sostenibilidad agrícola. Para ello utilizan los posos de café recogidos de las máquinas de la empresa Eboca, con el fin de crear un fertilizante único y efectivo.
“Una parte de esos posos de café los introducimos dentro de uno de nuestros productos. Lo que estamos observando en nuestros ensayos es que estructura mucho más la tierra, retiene una mayor parte de humedad en el terreno y está previniendo algo de lo que representa el problema de la clorosis”, comenta Joaquín.
El equipo de la empresa
Los dos hermanos tienen muy claro que el éxito de Defeder Alcolea no se limita solo a la calidad de sus productos, sino también a la dedicación y el compromiso de su equipo. “Tenemos un equipo de sesenta personas, con una media de edad de 35 años. Mucha gente joven, mucha gente preparada y con mucha ilusión y muchas ganas de nuevos proyectos. Al final es un trabajo en equipo”, cuenta Raúl.
La historia de Joaquín y Raúl Saila es un testimonio inspirador de cómo la pasión, el compromiso y la determinación pueden convertir una idea en un legado duradero. Los dos hermanos destacan que “no solo es una empresa, es el resultado de un sueño convertido en realidad, un tributo a la tierra y a aquellos que la cuidan con amor y dedicación”.
Juanma Romero www.juanmaromero.com
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