Manuel Arroyo ganó 6,6 millones de dólares en 2023 como director general comercial de Coca-Cola
El consejo propone a la junta renovar a Ana Botín como consejera por otro ejercicio
El español Manuel Arroyo fue el cuarto directivo mejor pagado de Coca-Cola en 2023. Según la información puesta a disposición de los accionistas con motivo de la próxima junta general, la retribución del director general comercial de la multinacional con sede en Atlanta (Georgia) ascendió a 6,65 millones de dólares (6,1 millones de euros al tipo de cambio actual). Esa cifra supone ...
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El español Manuel Arroyo fue el cuarto directivo mejor pagado de Coca-Cola en 2023. Según la información puesta a disposición de los accionistas con motivo de la próxima junta general, la retribución del director general comercial de la multinacional con sede en Atlanta (Georgia) ascendió a 6,65 millones de dólares (6,1 millones de euros al tipo de cambio actual). Esa cifra supone un descenso con respecto a los 7,35 millones de dólares del año anterior. Por su parte, la retribución de Ana Botín como consejera de la compañía fue de 291.670 dólares.
El sueldo de Arroyo es previo a que haya asumido el cargo de vicepresidente ejecutivo de la compañía, efectivo desde el pasado 1 de enero. El ejecutivo recibió un salario de 689.585 dólares, incentivos de 1,8 millones de dólares en acciones y de 1,6 millones en opciones, 1,7 millones de bonus, 276.429 dólares en el capítulo que incluye pensiones y otras retribuciones diferidas, más 587.344 dólares en otras compensaciones. En ese último capítulo, el directivo español recibió sobre todo pagos del programa de retribución por servicio internacional. Arroyo estuvo afincado en Singapur hasta julio de 2023 y luego se trasladó a Estados Unidos en agosto de 2023. En conjunto, el descenso con respecto al sueldo de 2022 se debe a los menores premios en acciones.
Arroyo fue nombrado responsable de marketing global de la multinacional con sede en Atlanta (puesto que ya ocupó durante años el también español Marcos de Quinto) a finales de 2019, con efecto desde enero de 2020. El ejecutivo, que empezó a trabajar en Coca-Cola en 1995 en Madrid, fue antes responsable de las operaciones de las divisiones del grupo en la región de Asia Pacífico. La categoría de vicepresidente ejecutivo que ha asumido este año es un reconocimiento, pero no cambia en lo esencial sus funciones. El español es uno de los tres vicepresidentes ejecutivos del grupo.
Los otros altos ejecutivos de Coca-Cola mejoraron su sueldo. El presidente y consejero delegado, James Quincey, ganó 24,7 millones de dólares, un 8% más que los 22,8 millones del año anterior. Más pronunciada fue la subida del director financiero, John Muphy, número dos de la compañía. Su retribución aumentó el 23%, hasta 11,1 millones de dólares. El tercer ejecutivo mejor pagado del grupo fue Enrique Braun, que dirige el negocio internacional y ganó 6,9 millones de dólares.
Previsiblemente, la retribución de Arroyo aumentará este año con su nuevo cargo. Coca-Cola le adjudicó en febrero 120.996 acciones de la compañía, según comunicó el directivo. Esos títulos estaban valorados en unos 7,2 millones de dólares.
En cuanto a los miembros del consejo, la española Ana Botín, presidenta del Banco Santander, recibió de Coca-Cola 90.000 dólares en dietas en metálico más 200.000 dólares en premios en acciones, a lo que se suman 1.670 dólares en otras retribuciones. Eso suma los 291.670 dólares citados. La banquera española pertenece a la comisión de finanzas y a las de gobierno corporativo y sostenibilidad.
Propuestas a la junta
El consejo ha recomendado a la junta la reelección de Botín como consejera por otro año, igual que la del resto de miembros del consejo. También pide apoyo para la renovación de Ernst & Young como auditor y para la aprobación de nuevos planes de retribución.
En cambio, el consejo pide rechazar las tres propuestas de accionistas que se someten a votación. Una solicita un informe sobre los riesgos que implican los esfuerzos de la empresa en materia de diversidad, equidad e inclusión, dentro de la ofensiva conservadora contra el uso de ese tipo de criterios por parte de las empresas. La propuesta cita la sentencia del Tribunal Supremo del año pasado que prohíbe la discriminación positiva por motivos de raza y alerta de la posibilidad de demandas. El consejo defiende “las repercusiones positivas” de “un enfoque adecuado de la diversidad, la equidad y la inclusión”. “En consonancia con nuestras políticas, prohibimos la discriminación por motivos de raza, color, religión, sexo o género, origen nacional, ascendencia, edad, discapacidad mental o física, condición médica, embarazo, condición militar o de veterano, información genética, estado de ciudadanía, estado civil, orientación sexual, identidad de género y/o expresión de género, o cualquier otro motivo prohibido por la ley”, argumenta.
La segunda propuesta de los accionistas reclama un informe sobre los daños potenciales para la salud asociados al uso de edulcorantes sin azúcar. El consejo también la rechaza: “Es importante que los accionistas comprendan que la empresa tiene una gran confianza en la ciencia que respalda la seguridad de nuestros ingredientes. La Compañía tiene estándares muy altos, y un estándar de calidad en todo el mundo reconocido por las autoridades mundiales de seguridad alimentaria”, indica.
La tercera pide un informe sobre los riesgos provocados por “la disminución de la calidad de la atención médica accesible” para los empleados. La compañía no reconoce esa premisa y considera innecesario el informe.
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