Gullón analiza adquisiciones en Europa para acelerar su negocio exterior
El fabricante galletero explora oportunidades en territorio comunitario para apoyar la producción de su fábrica de Palencia
Galletas Gullón contempla adquisiciones para impulsar su negocio exterior, que ya supone el 42% de sus ventas y que se presenta como único motor para que el fabricante galletero continúe creciendo a medio plazo.
Así lo reconoce su consejero delegado y director general, Juan Miguel Martínez Gabaldón. “El mercado nacional ya está muy cubierto. El futuro está fuera, y deberá superar el 50% de las ventas en el futuro, no hay otro camino”, explica en conversación con este periódico.
De ahí que Gullón explore la vía del crecimiento inorgánico. Tras no prosperar hace dos años el interés por Siro para crear un gigante galletero español, la compañía explora compras con la condición de que sea en algún país de la Unión Europea. “Será difícil mantener un crecimiento orgánico solo desde Aguilar de Campoo (Palencia). Prevemos que pueda existir alguna compra en la Unión Europea, por moneda única y otras ventajas que conlleva. Fuera del mercado comunitario nos costaría más”, dice Martínez Gabaldón.
Este no descarta que esa oportunidad aparezca durante este mismo año, a la vista del bajo grado de inversión que se está moviendo en el sector galletero europeo. “Si sigue todo así, puede salir alguna oportunidad, estamos alerta y preparados. Tenemos las condiciones, los equipos y los recursos para dar ese paso”, destaca.
Portugal, Francia e Italia son los mercados comunitarios más importantes para la compañía a nivel de facturación. A ellos se suman, ya fuera de la UE, Reino Unido y EE UU. En total, Gullón vendió 265 millones de euros fuera de España en 2023, el 42% de la facturación total. Son dos puntos más que en 2022. La compañía dice vender a un total de 120 países.
Las ventas totales de la galletera el año pasado ascendieron a 630 millones, un 18% más y un nuevo récord, marcado por las subidas de precios acometidas por el fabricante. Entre 2021 y 2023 Gullón ha elevado un 50% su facturación, lo que se explica en gran parte por esos incrementos con los que ha hecho frente a las alzas de costes, como reconoce el ejecutivo. “Hemos sido muy precavidos al hacerlo, porque no hemos traspasado todas las subidas de costes que se han encarecido”, explica el ejecutivo, con 38 años de trayectoria en la compañía.
Este describe 2022 como “el peor año que he conocido para el sector galletero en la historia”. El motivo, las subidas de costes en tres elementos clave para su fabricación: azúcar, harinas y grasas alimentarias, principalmente el aceite de girasol. Por su parte, 2023 lo define como un ejercicio “más calmado”, aún con subidas en algunas partidas, pero con alivio en otras, y con cierta recuperación de la rentabilidad. “2023 ha sido mejor que 2022″, confirma Martínez Gabaldón, aunque no aporta las cifras concretas de beneficios. La compañía aún no tiene depositadas las cuentas de 2022 en el Registro Mercantil.
Otro factor que explica el crecimiento de Gullón es el bum de la marca blanca, especialmente acentuado en el sector galletero. “El consumidor se ha refugiado en la marca de distribución de productos básicos”, confirma Martínez Gabaldón. Este cifra en un 66% el peso de este segmento en el mix de ventas de Gullón. “A todos los que la hacemos nos pesa de forma muy importante. Es cierto que tienen menos innovación y generan menos márgenes, pero en un mercado que no crece es lo único que sí lo hace. Eso te requiere ser una empresa automatizada, competitiva y fuerte”.
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