Los robos en la propiedad industrial aumentan un 67% desde el fin de la pandemia

A pesar de tratarse de las cifras más bajas en la serie histórica, la tendencia al alza invita a tener especial cuidado cuanto más se acortan las horas de luz

Construcción de viviendas en Madrid.Europa Press

Las obras y proyectos de construcción son víctimas a diario de robos de materiales, herramientas y equipos, todos ellos costosos. A medida que los días se acortan y la visibilidad se vuelve más escasa de día y de noche, el número de robos en las obras vuelve a aumentar. Los datos del Ministerio del Interior hablan de un claro descenso durante los años 2020 y 2021 de las cifras de criminalidad en España, como consecuencia de las condiciones derivadas de la pandemia. Sin embargo, 2022 marcó un acercamiento a las cifras de años anteriores.

Concretamente, los robos producidos en la propiedad industrial han aumentado desde el final del confinamiento un 67% y los robos con fuerza en domicilios, establecimientos y otras instalaciones, en los dos primeros trimestres de 2023 han aumentado un 2,3% respecto al año anterior (de 58.195 a 59.534). Volviendo al dato de 2022, se sustrajeron un total de 1.664.841 de objetos naves, fábricas y almacenes en todo el territorio nacional en 2022 por 2.219.355 € según estima la EUIPO (Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea). La cifra real puede incluso ser mucho mayor, porque no todos los contratistas acuden a la policía.

“Hablamos de dos calibres: la desaparición regular de pequeñas cantidades de material de construcción, ladrillos o paneles aislantes y principalmente herramientas. Y en segundo lugar, la desaparición o robo de maquinaria y piezas de mayor coste o en mayores volúmenes. Normalmente, el daño se compensa con otro pedido de equipos o materiales de construcción, pero la obra puede también sufrir retrasos, y ahí el contratista sí que sufre el daño indirecto. Por lo tanto, casi todos los robos en obras implican retrasos y estos se traducen en pérdida de valor tanto para la empresa constructora como para el cliente”. Habla Ignacio González, director de Bauwatch España. Esta empresa de seguridad cuenta con 13 años de experiencia y más de 40.000 proyectos de construcción vigilados en 10 países europeos.

Para González, el problema real reside en la inacción del empresario: “Un robo siempre es un problema, pero creo que este se agrava y se prolonga cuando no se denuncian ni se toman las medidas preventivas, de vigilancia y disuasorias oportunas. Si un contratista encuentra una solución rápida a un robo pequeño, puede que no se moleste en presentar una denuncia y llamar al seguro, porque eso le cuesta más tiempo y dinero del que le reporta”. Por ello incide en extremar la precaución durante los meses de otoño e invierno.

El aumento de precio de los materiales de construcción desde el comienzo de la invasión rusa en Ucrania ha convertido a las obras en uno de los objetivos favoritos de los ladrones: “En una obra suele haber poca protección física y, cuando termina la jornada laboral es cuando los ladrones hacen su agosto. Los residentes locales o los transeúntes apenas pueden distinguir entre los trabajadores de la obra y los ladrones, que pueden dedicarse fácilmente a sus negocios”.

Entre los materiales más codiciados por los delincuentes, el cobre. En los últimos meses, empresas como el operador ferroviario Adif o Aurubis, el mayor productor de cobre de Europa, han sido protagonistas por las pérdidas millonarias que han sufrido por la sustracción de este metal tan necesario para la transición energética. “Hay bandas y mafias de ladrones profesionales que tienen como objetivo equipos específicos o materiales caros como el cobre, por ejemplo. Ahí es donde el daño directo es mayor, y son esos robos los que más se denuncian”, afirma González.

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