Codere se queda atrás frente a sus rivales en la recuperación del negocio pre Covid

Cirsa, Orenes, Luckia y Retabet ya han superado los ingresos de 2019 y dan beneficios

Un hombre pasa por delante de una sala de juego de Codere.Manuel Casamayon

La pandemia del Covid-19 provocó un fuerte impacto en el sector del juego en España. Los grandes operadores, que combinan la actividad online con las salas físicas, tuvieron que cerrar estas últimas por las restricciones sanitarias, hundiendo los ingresos y elevando las necesidades de financiación. Prácticamente hasta 2022 el sector no tuvo de una actividad normalizada, lo que se reflejó en una recuperación de las cifras pre Covid.

Al menos, en la mayoría de los principales ...

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La pandemia del Covid-19 provocó un fuerte impacto en el sector del juego en España. Los grandes operadores, que combinan la actividad online con las salas físicas, tuvieron que cerrar estas últimas por las restricciones sanitarias, hundiendo los ingresos y elevando las necesidades de financiación. Prácticamente hasta 2022 el sector no tuvo de una actividad normalizada, lo que se reflejó en una recuperación de las cifras pre Covid.

Al menos, en la mayoría de los principales operadores. De los cinco más grandes del país por volumen de negocio, cuatro de ellos consiguieron cerrar el pasado ejercicio con mayores ingresos y, además, en beneficios: Cirsa, Orenes, Retabet y Luckia. La excepción, tanto en cifra de negocios como en rentabilidad, es Codere, a la que el retraso en la recuperación sigue poniendo en dificultades financieras.

Tampoco en 2023 ha conseguido volver a las cifras que manejaba antes de la pandemia, y según su último plan estratégico, no espera hacerlo hasta 2027. Al cierre del primer semestre, la cifra de negocios rozaba los 685 millones, que aunque supone un crecimiento del 12% frente al año anterior, seguía un 4% por debajo de las cifras que reportó en 2019.

El operador, hoy en manos de sus bonistas, ha acusado su alta exposición al juego físico, el bajo peso de su actividad online, y su presencia en mercados internacionales donde las restricciones se extendieron y cuyas normativas le causan algunos problemas: en su informe del segundo trimestre, la compañía reportó cierres temporales de salas en México y Argentina por “presuntos incumplimientos de ciertas regulaciones”. Codere no ha llegado a tener su red a pleno rendimiento en ningún momento tras la pandemia.

Algo que Cirsa consiguió a mediados del año pasado, lo que condujo a la compañía propiedad de Blackstone a cerrar 2022 con una cifra de negocios de 2.039 millones, un 8% más que en 2019, y un beneficio neto de 56,6, el primero en cinco años. Algo que la firma vinculó a la implantación de planes de productividad, con los que consiguió ahorros por 50 millones, y a su “gestión de márgenes en escenarios inflacionarios”, que le permitió aumentar los ingresos por encima de los costes. Una tendencia que continúa en 2023, con su mejor primer semestre histórico.

Los operadores más enfocados a apuestas deportivas, donde Cirsa participa a través de Sportium, y al juego online, han salido reforzadas. Son los casos de la murciana Orenes y la vasca Retabet, las dos que más han crecido tras la pandemia. La primera rozó los 720 millones de facturación en 2022, un récord, gracias a disparar más de un 53% sus ingresos por apuestas, que generan más del 30% de su cifra de negocios total. Su beneficio fue de 30 millones, un 17% mejor que el de 2019.

Retabet creció un 32% en 2022 hasta 591,4 millones, y es la única de las cinco empresas analizadas que no ha dado pérdidas en ningún ejercicio afectado por el Covid, y la que menor deuda ha acumulado. “El cabo de hornos ya está pasado y tenemos el barco sin daños y toda la tripulación con nosotros”, decía en su informe de gestión de 2020.

La gallega Luckia, por su parte,también cerró 2022 un 1% por encima de los ingresos de 2019, con 587 milones, además de generar un beneficio de casi 11 millones. “Los buenos resultados alcanzados por la división de casinos en Latinoamérica y las apuestas online en España” son las claves señaladas en su último informe de gestión.

A la espera de auditor y de 100 millones de liquidez

Codere inició en verano una nueva etapa con el nombramiento de Gonzaga Higuero como consejero delegado del grupo, quien es ahora el encargado de devolver al grupo a la senda de la rentabilidad. Una tarea nada fácil. Codere sigue precisando de asistencia financiera para poder atender sus obligaciones: en septiembre, sus accionistas aprobaron inyectar otros 100 millones de euros en la compañía,  aunque a finales de octubre el operador comunicó que ese dinero se retrasará, como máximo, hasta marzo. Además, la compañía está a la búsqueda de auditor. Como anunció la semana pasada, EY le ha trasladado su decisión de “declinar presentarse a la reelección como auditor independiente de las cuentas para Codere New Topco [matriz del grupo] y sus filiales”, después de ser su auditor de cuentas en los últimos siete ejercicios.

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