Limehome se lanza a crecer en apartamentos turísticos de larga estancia por la carestía de los hoteles

La plataforma alemana detecta un fuerte repunte de la demanda en España

Interior de un apartamento de Limehome

Las viviendas para turistas han regresado con fuerza tras dos años de pandemia. Son los propios empresarios hoteleros los que han dado la voz de alarma ante el repunte descontrolado de este tipo de pisos. Pese a ello, los gestores de estos inmuebles advierten que los dos años de la crisis del coronavirus han provocado un cambio de mentalidad entre los clientes a los que se deben ir adaptando poco a poco. Así lo asegura Ricardo Fernández, director general para España y Portugal de Limehome, plataforma alemana de pisos turísticos que cuenta en la actualidad con una cartera de 1.000 viviendas en España y Portugal (sobre todo Barcelona y Madrid), lo que supone un tercio de las 3.300 que tiene en Europa. “Hemos detectado un cambio en los últimos seis meses en el que los clientes reclaman flexibilidad y no se conforman con dormir en un sitio más barato que un hotel, si no que están dispuestos a pagar más dinero y a pasar más tiempo si cuentan con servicios similares a los de un hotel de cuatro estrellas”, asegura en una entrevista con Cinco Días.

Fernández distingue entre Madrid y Barcelona y el resto de ciudades secundarias como Málaga, Valencia o Lisboa. “En el caso de las dos grandes ciudades, la demanda es fundamentalmente viajeros corporativos y aquí operan dos factores. Por un lado, el ahorro, ya que el precio mensual de una habitación de hotel puede llegar a los 3.000 euros mientras que un piso turístico con servicios hoteleros baja a los 2.000 euros. En segundo lugar, la comodidad de que en el precio se incluyan muebles, camas, electrodomésticos, sábanas, luz, agua y gas”. El director general de Limehome señala que esos dos atributos también valen para las ciudades secundarias, pero que lo que está moviendo a los clientes en esos destinos es una mayor calidad de vida. “Generalmente son nómadas digitales o extranjeros con disponibilidad de tiempo”.

El directivo asegura que el crecimiento de este producto de alquiler de larga estancia ha sido muy bien recibido por los propietarios de los inmuebles como de los futuros inversores. “Hay muchos inversores que no invierten en hoteles, porque pese a tener una rentabilidad más alta, también tienen un mayor riesgo. Los apartamentos de media estancia son un producto hiperflexible, que puede ir variando la duración media de la estancia. Ya hemos firmado los primeros contratos con socimis y propietarios, con alquileres que oscilan entre los 10 y los 25 años. No nos vamos a poner objetivos, pero creemos que va a haber más demanda en las grandes ciudades y que va a crecer el número de clientes que quieran quedarse en alquileres de larga estancia.

Apuesta por Barcelona

La gran apuesta de Limehome se centrará en Barcelona, donde firmó hace tres meses su quinto edificio de apartamentos, con una cartera de 125 viviendas gestionadas. Se trata de un bloque de 20 apartamentos turísticos con 13 plazas de aparcamiento, cercano a la estación de Sants y a la Plaza de España, que está operativo desde abril. “Desde Limehome tenemos un ambicioso plan de expansión para los siguientes cinco años. Nuestra intención es seguir creciendo en el área metropolitana de Barcelona hasta alcanzar la cifra de 500 unidades en tres años y también con especial foco en otras ciudades catalanas con componente turístico o corporativo. El crecimiento siempre será de la mano de socios estratégicos, como fondos de Inversión, socimis, patrimonialistas y promotores con los que podamos crecer conjuntamente”, dice Manuel Zorrilla, director de Expansión en Limehome.

Airbnb como exponente de la recuperación

Airbnb, la mayor plataforma que intermedia entre propietarios e inquilinos de pisos turísticos en el mundo, con 7 millones de anuncios antes de la pandemia y más de 6 millones en la actualidad, se ha beneficiado de la recuperación acelerada del turismo y ya ha superado los niveles previos a la crisis de 2019, logrando en 2022 los primeros beneficios anuales de la historia hasta los 1.893 millones de dólares (1.773 millones de euros). 
Un buen ritmo que se repitió en el primer trimestre de 2023, en el que obtuvo un beneficio neto de 117 millones de dólares (105 millones de euros) frente a las pérdidas de 19 millones de dólares del primer trimestre de 2022, siendo la primera vez desde su fundación en la que obtuvo números negros en ese período. Para el segundo trimestre prevé unos ingresos de entre 2.350 y 2.450 millones de dólares, lo que supondrá un aumento de entre el 12% y el 16% respecto a los doce meses anteriores.


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