Julio Manero (Alvarez&Marsal): El rescatador al que acuden las empresas cuando tienen problemas

Julio Manero prevé una avalancha de reestructuraciones, pero de naturaleza diferente a las de 2008

Julio Marero, Alvarez & Marsal.Pablo Monge Fernandez

Hacia el final de la película de Pulp Fiction, los personajes interpretados por John Travolta y Samuel L. Jackson acuden a un enigmático personaje, el señor Lobo, para que les ayude a resolver una urgencia sobrevenida, deshacerse de un coche donde han disparado a un hombre. También a veces las empresas necesitan a su propio señor Lobo. Ante cambios en los hábitos de consumo, crisis financieras, elevados endeudamientos, caídas del ebitda o incremento de los costes, necesitan que alguien externo les guíe. Julio Manero (Madrid, 1968), managing director de Alvarez & Marsal, representa ese papel. Es uno de los mayores expertos del mercado español en reestructuraciones, el hombre al que las empresas acuden cuando están en problemas.

A Manero, en cambio, le gusta comparar su trabajo con el de un jugador de fútbol americano. Es un fanático de este deporte, minoritario en España. Llegó a él desde el rugby y ha jugado y dirigido el club Black Demons de Las Rozas. “Es un deporte en el que lo más importante es la planificación de las jugadas. La figura del quarterback es muy parecida a la de un CEO, debe anticipar los próximos movimientos y organizar al equipo. En realidad, es como un ajedrez más violento, donde es muy importante el trabajo en equipo y debes estar preparado para recibir golpes. Tanto las reestructuraciones como el fútbol americano son dos mundos duros, muy intensos y donde debes concentrar muchos esfuerzos en poco tiempo”, explica.

Este ejecutivo conoce el mundo de las reestructuraciones en carne propia. Cuando estalló la crisis inmobiliaria, en 2008, trabajaba en una de las promotoras que estaban en la picota, Riofisa, que fue adquirida por Colonial. Ahí conoció en primera persona lo que era una reestructuración, lo que debe hacer una compañía cuando las cosas se tuercen. Dos años después se fue al otro lado de la mesa y fichó por Alvarez & Marsal. Ahora es el managing director del equipo de reestructuraciones de la firma.

“Cuando trabajamos para una compañía, para los accionistas o para los acreedores, velamos por sus intereses aun sabiendo que las decisiones que tomamos quizás no son las que más convengan a los otros, pero seguramente preservarán valor”. Para ello, Manero cuenta con una lista de recetas. Pasan por buscar la eficiencia, centrándose en productos con buenos márgenes, la búsqueda de eficiencias de costes a la hora de comprar, las ventas de activos no productivos, las políticas de contención de costes, desde la búsqueda de sinergias y centralización de servicios como la atención al cliente, y la búsqueda de soluciones tecnológicas.

“En esas situaciones debemos también saber trabajar con tacto y con dosis del mejor talante. Los equipos deben de estar aleccionados y buscamos siempre intentar generar un ambiente de cordialidad e incluso de buen humor entre todos los implicados para poder llevar estos procesos complejos”, explica Manero, un enamorado de Cádiz y de Tarifa, su cuidad adoptiva, de donde procede su mujer.

Manero tiene una larga lista de credenciales de que este cóctel funciona. Ha trabajado en las principales reestructuraciones como alguna de las primeras de Abengoa, Isolux, Terratest, GES o, más recientemente, Telepizza y Naviera Armas. A nivel internacional, ha trabajado en las operaciones de Eircom en Irlanda y Aveng en Sudáfrica. Pero sobre todas ellas destaca la creación del banco malo, Sareb. Cuando no está ocupado por operaciones como estas confiesa que disfruta de su familia y amigos.

Toda esta experiencia acumulada le otorga una atalaya sobre la que otear el futuro. “Las empresas afrontan una situación compleja. Deben afrontar los incrementos de los costes derivados del aumento de los tipos de interés y la prudencia a la hora de asumir riesgos en compañías sin una clara trayectoria”, explica. En su opinión, son muchas las diferencias de la crisis actual con la de 2008 y también a la del Covid-19.

“La crisis del Covid-19 ya ha pasado y la situación de las empresas es distinta a la que estaba en 2019, con los tipos mucho más altos, el efecto de la inflación y una estructura que no se ha terminado de adaptar tras el shock crediticio. Ante la subida en el coste del dinero, las empresas en la formulación de las cuentas se van a ver afectadas por una generación de caja que va a ser menor”, describe. Y vaticina que esto derivará en los próximos meses en situaciones complicadas, en las que la banca no podrá prestar dinero a todas las empresas que lo necesiten.

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