Los fondos de Codere buscan un CEO experto en venta de empresas para una salida en dos años

La reestructuración quiere devolverle valor a la compañía y posibilitar una desinversión

Salón de apuestas de Codere. Manuel Casamayón

Codere vuelve a reestructurarse con el objetivo de que, esta vez sí, sea la defintiva y su actividad alcance un cierto grado de viabilidad. El grupo anunció el miércoles la inyección de 100 millones de euros de los fondos propietarios, a través de una nueva emisión de deuda, y el relevo de sus dos consejeros delegados, que han durado apenas nueve meses en el cargo. Todo ello acompañado de una reformulación de su plan de negocio y de un aplazamiento de un año en los vencimientos de sus bonos, de más de 700 millones.

Unos movimientos con los que los bonistas, propietarios del 95% del grupo, y entre los que se encuentran fondos como PGIM, Davidson Kempner o Jupiter, buscan enderezar el rumbo de la compañía, proporcionarle valor y, a medio plazo, abrir su salida de la misma.

Lo pone de manifiesto el hecho de que estos inversores buscan para Codere un CEO con experiencia en empresas que hayan pertenecido a fondos de capital riesgo, y que posteriormente fuesen vendidas con éxito. Así lo indica la propia empresa entre la documentación publicada en los últimos días, relativa a su plan de reestructuración. Ese primer ejecutivo, que la empresa quiere que tome las riendas a partir del verano, debe tener un “sólido perfil alineado con las prioridades de la compañía”.

Entre ellas, un impacto demostrado en situaciones de transformación, como la que enfrenta Codere; pero también en fusiones o en experiencias anteriores en “empresas propiedad de fondos de capital riesgo, exitosamente vendidas a compradores estratégicos”. También, valora un amplio bagaje internacional, sobre todo en Latinoamérica.

Fuentes de Codere explican que una venta inminente de la empresa no está encima de la mesa de sus actuales accionistas, que buscan devolverle el valor perdido con el nuevo plan de negocio. Sin embargo, la naturaleza de estos fondos, en muchos casos oportunistas, implica que la salida se buscará tarde o temprano. En concreto, fuentes consultadas hablan de un plazo de alrededor de dos años para que la empresa pueda haber alcanzado un cierto valor de venta y que los bonistas ejecuten su salida.

Una desinversión que estos trazaron desde el momento en que tomaron el control de la compañía, a finales de 2021. En un amplio documento publicado entonces, en el que se detallaba el acuerdo para convertir la deuda en acciones de la empresa y trasladar el holding a Luxemburgo, estos fondos se daban diversas opciones para una venta.

Una era la vuelta a Bolsa. El consejo de administración de Codere debe valorar la viabilidad de esta opción antes de que acabe 2023. Una opción que ni la situación actual de la empresa, ni de los mercados, hacen factible.

Además, una mayoría simple de los accionistas puede, en cualquier momento, instar al consejo a iniciar un proceso de salida, ya sea por la vía de la cotización; con la fusión con otra sociedad; o con la venta de toda o de una mayoría de los negocios y los activos del grupo.

Por lo pronto, la prioridad de los propietarios y del futuro CEO será hacer viable a la empresa. Algo que pasará por recuperar el negocio pre-Covid y recortar gastos. En el primer punto, la empresa proyecta que el margen de juego, los ingresos una vez descontados los premios a los jugadores, vuelva a las cifras de 2019 en 2025. Ese año, el ebitda ajustado de su actividad física se prevé en 196 millones, un 31% más que el cosechado en 2022.

España, Argentina y México se presentan como los mercados clave. En el mercado doméstico, la empresa apunta adquisiciones de “pequeños y medianos” operadores de máquinas de juego, y a la creación de una marca blanca. Es decir, dotar de una plataforma de juego a terceros que quieran poner su enseña.

En cuanto a costes, la empresa buscará racionalizarlos e introducir un foco de “disciplina” en este ámbito y en el de las inversiones. Para 2023, incluso, habla de ahorros de personal de entre 2 y 30 millones de euros por las “eficiencias operativas” en el negocio de máquinas recreativas y por el cierre de negocios no rentables.

La filial online también ha cambiado de CEO

Relevo. La filial online de Codere, que cotiza en el Nasdaq desde 2021 después de fusionarse con una SPAC, también ha sufrido un relevo en el puesto de primer ejecutivo. El pasado 28 de febrero, la compañía comunicó a la SEC, el supervisor de los mercados en EE UU, sus resultados anuales y el relevo de su CEO, Mo­she Edree, con efectos a partir del 1 de marzo. Este esgrimió razones personales. Sin embargo, Edree continúa ligado a Codere Online como vicepresidente ejecutivo del consejo. Su sustituto es Aviv Sher, hasta entonces responsable de operaciones.

Resultados. Codere Online cerró 2022 con un margen de juego de 123 millones de euros, un 48% más que el año anterior, y con una base de usuarios activos de 113.100, pero con un ebitda ajustado negativo en el entorno de los 60 millones de dólares. Las previsiones de esta filial es alcanzar un margen de juego de entre 140 y 150 millones de euros, y recortar la pérdida operativa a la mitad, en el entorno de los 20 y 30 millones.

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