Hacienda recaudará 1.100 millones más de la factura de la luz pese al recorte de impuestos
Ingresaría este año por la electricidad de 10.400 millones a 14.300 millones sin contar las medidas
El aparente gran esfuerzo fiscal que el Gobierno está realizando con el recorte de impuestos en la factura de la luz para compensar la escalada de precios en el mercado mayorista no va a resultar tal, ya que, según las previsiones, pese a estas medidas, el Estado ingresaría este año unos 1.100 millones de euros más que en los dos ejercicios previos a la pandemia, en que recaudó unos 10.400 millones anuales.
Y es que el propio encarecimiento de la electricidad se traduce de por sí en un incremento sin precedentes de la recaudación de los tributos que gravan directamente el recibo de la luz, el IVA y el impuesto especial de la electricidad, y otros seis que lo hacen de manera indirecta: el canon hidráulico; el impuestos al carbón; a los residuos nucleares; la tasa de ocupación de la vía pública (TOVP) y los ingresos por las subastas derechos de emisión de CO2. Precisamente, las arcas del Estado se están beneficiando de la importante subida de estos derechos, que, junto con el precio del gas, son los factores que están empujando los precios eléctricos hacia una cima aún desconocida.
Las fuertes presiones que el Ejecutivo de Pedro Sánchez comenzó a recibir a comienzos de verano por los precios del pool, al que esta indexada la factura de los consumidores domésticos, le llevó, en un primer momento, a aprobar un recorte inédito del IVA de la luz del 21% al 10% hasta finales de este año, así como la eliminación hasta el 30 de septiembre del impuesto del 7% a los ingresos por la venta de cualquier tipo de energía. Un tributo que, aunque pagan los productores, lo repercuten como un coste en el precio final. Otro tanto ocurre con los derechos de CO2 que tienen que comprar para producir las plantas que emiten (gas y carbón).
Estas medidas, que tuvieron un efecto inmediato en la factura, no contentaron a los consumidores, que vieron cómo las ventajas fiscales se diluyeron ante los imparables precios del pool. A mediados de agosto, la luz superaba por primera vez los 100 euros/MWh y en apenas un mes trasvasó la barrera de los 175 euros/MWh (el pasado martes). Para hoy cotiza a 165,19 euros/MWh.
Hace una semana el Gobierno optó por otra vuelta de tuerca con nuevas medidas urgentes, que volvían a incluir recortes fiscales: una bajada del impuesto de la electricidad del 5,1% al 0,5%, que recaudan las comunidades autónomas, hasta el 31 de diciembre, y la ampliación hasta esa fecha de la suspensión del 7% a la generación. La decisión sobre el IVA se mantiene igual.
Según escenarios basados en indicadores del sector, a un precio base de 50 euros/MWh las Administraciones públicas recaudan 10.427 millones de euros por los ocho tributos citados (ver cuadro). En 2018 el pool se saldó con una media de 57,29 euros/MWh y 2019, a 47,68 euros/MWh, mientras que el primer año de pandemia, en 2020, se derrumbó a 33,96 euros/MWh.
Con y sin medidas
Sin tener en cuenta ninguna medida tributaria, con los precios registrados hasta hoy y los que marcan los futuros hasta diciembre, el precio del pool cerrará en una media de 95,3 euros/MWh y la recaudación fiscal del Estado en la factura eléctrica se dispararía este año hasta un total de 14.344 millones de euros, según el citado escenario de precios.
Aun con todo, la renuncia del Estado a recaudar una buena parte de los impuestos de la luz no le supondrá una merma de ingresos respecto a los años inmediatos a la pandemia, pues, con medidas recaudaría este año 11.582 millones. En este escenario, el precio es inferior (90,7 euros/MWh) por el efecto de la desaparición del 7% durante seis meses.
Con la fuerte subida de precios eléctricos los ingresos por IVA habrían pasado de algo más de 5.900 millones de euros a más de 6.700 millones. Al bajar este tributo del 21% al 10%, Hacienda renuncia a 1.300 millones y, por el conjunto de medidas, a 2.700 millones. Otra clave está en los ingresos por derechos de emisión, que pasan de 1.700 millones de euros a 3.526 millones. Entre las medidas para aligerar la factura, el Ejecutivo se ha comprometido a destinar 2.000 millones de esta partida a sufragar costes del sistema, 800 millones más que en 2020.
Un exceso de recaudación que vuelve en parte al sistema
Al comenzar el verano, y a la vista de lo que indicaban los mercados de futuros para el conjunto del año, el Gobierno decidió tomar algunas medidas para compensar la subida que se presumía imparable de los precios del mercado mayorista de la electricidad. La vicepresidenta económica, Nadia Calviño, se resistió a un recorte de impuestos porque, aunque la escalada del pool (a mayor precio, mayores ingresos y a mayores ingresos, más recaudación) beneficiaba al Estado y este tenía margen para un recorte fiscal, dicha recaudación venía muy bien a un erario que ha tenido que hacer frente a importantes costes sociales de la pandemia.
Las generadoras vieron con buenos ojos la desaparición temporal del 7% que, aunque es un impuesto que recauda Hacienda, vuelve al sistema eléctrico. Esta medida tenía otra función: el efecto que este tributo tiene en el precio final de la luz, al que las empresas lo trasladan. Aunque el Estado no pierde recaudación, otra cuestión es que la perderá por otras vías: el impuesto de la electricidad debe compensárselo a las comunidades autónomas y ha subido a 2.000 millones la partida que destina al sistema de los ingresos por CO2.