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Justicia

El juez del caso Orcel contra el Santander suspende el juicio por contacto con covid

CINCO DÍAS

El juzgado de primera instancia nº 46 de Madrid ha suspendido la vista oral prevista para mañana por la demanda interpuesta por Andrea Orcel contra Banco Santander, tras conocerse que un familiar del juez, con el que convive, ha dado positivo por COVID-19.

Aún no se conoce la fecha en la que se celebrará la vista, en la que está previsto que comparezca la presidenta del Santander, Ana Botín.

La disputa de Orcel y el Santander comenzó en el verano de 2018, cuando el banquero demandó al banco por dar marcha atrás a comienzos de ese año a su contratación como consejero delegado, lo que le llevó a abandonar su puesto de alta dirección en el banco suizo UBS.

Orcel acusa al Santander de incumplir un contrato que el banco, sin embargo, no reconoce al estar condicionado a varios requisitos que, posteriormente, no se cumplieron; además, asegura que el banquero grabó sin consentimiento conversaciones privadas.

El Santander frustró la contratación tras constatar que tendría que asumir los compromisos de pago del salario diferido de Orcel de siete años, un precio "inaceptable" -en palabras de Botín- que no había sido posible anticipar cuando se anunció el fichaje.

El banquero italiano sostiene, en cambio, que el Santander no cumplió con el preacuerdo en el que se le ofrecía una prima de fichaje de 17 millones y un sueldo similar al del actual consejero delegado, unos 10 millones al año.

Con el fin de compensar el "bonus" pendiente en su anterior puesto como ejecutivo del UBS, el Santander estaba dispuesto a entregarle acciones de la propia entidad por un máximo de 35 millones, aunque la idea era que se redujera en la negociación con el banco suizo.

Pero el banquero, señalaba el Santander en su escrito de alegaciones, nunca tuvo intención de que UBS asumiera parte de sus incentivos.

Así, sostenía la entidad española, aunque el italiano les pidió ayuda para redactar una carta instando a UBS a asumir la mitad de la retribución diferida, no consta que ésta se enviara.

De igual modo, el banco presidido por Botín ha venido defendido que Orcel aumentó sus pretensiones y expresó la necesidad de compensar una nueva y supuesta pérdida retributiva por su salida de UBS en concepto de la no percepción de dividendos e intereses, que estimaba en unos 3 millones de euros.

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