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Justicia

Pedro Sánchez propondrá a Dolores Delgado como Fiscal General del Estado

La exministra de Justicia sustituiría a María José Segarra

Dolores Delgado el pasado domingo acude al Congreso de los Diputados para asistir a la segunda jornada del debate de investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno.
Dolores Delgado el pasado domingo acude al Congreso de los Diputados para asistir a la segunda jornada del debate de investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno. Mariscal (EFE)

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, propondrá el nombramiento de la exministra de Justicia Dolores Delgado como nueva Fiscal General del Estado en sustitución de María José Segarra, según ha podido confirmar Europa Press.

El jefe del Ejecutivo informó el pasado viernes a Delgado que no continuaría al frente de la cartera de Justicia que había asumido en junio de 2018. Este mismo lunes, Juan Carlos Campo tomará su relevo al frente del Ministerio.

Tocada por el 'caso Villarejo', Delgado se definió en su toma de posesión en julio de 2018 como una "fiscal de trinchera" y prometió ser una "ministra de trinchera". Durante el año y medio de mandato apostó por la cooperación internacional y por el avance de la digitalización de la justicia.

Nació en Madrid en 1962 y hasta su entrada en el Ejecutivo la pasada legislatura ejercía de fiscal coordinadora contra el yihadismo en la Audiencia Nacional. Ingresó en dicho órgano en 1993 y desde entonces su labor se centró en la lucha contra el narcotráfico, el crimen organizado y el terrorismo etarra y, posteriormente, yihadista, en el que se especializó tras los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid.

Cuenta con experiencia en el Tribunal Penal Internacional, donde ejerció como fiscal a partir de 2011 y preparó la documentación de la orden de arresto contra el fallecido dictador libio Muamar Gadafi para juzgarle por crímenes contra la Humanidad. Criticó duramente los recortes y práctica desaparición de las causas de este tipo en la Audiencia Nacional a cuenta de las reformas del PSOE de José Luis Rodríguez Zapatero y del PP. 

Durante los últimos meses, el Ministerio que ha dirigido ha realizado numerosos actos para "sacar de la fosa de la desmemoria", como la propia Delgado explicó, al exilio republicano, con motivo de su 80 aniversario. También se ha centrado en la recuperación y reparación de la dignidad de las víctimas del franquismo.

Todo ello en el marco de la Dirección General de la Memoria Histórica, que ha dependido de su departamento y que ahora pasa a estar en manos de la Vicepresidencia de Carmen Calvo bajo el nombre de Memoria Democrática.

Con su creación se ha dado impulso a las iniciativas relacionadas con la Ley de Memoria Histórica de 2007, que marcaba como principal reto exhumar los restos de Francisco Franco del Valle de los Caídos.

Ello finalmente se logró el pasado 24 de octubre, tras ganar la batalla en los tribunales. Delgado tuvo un papel esencial en el momento en el traslado de los restos del dictador desde Cuelgamuros hasta el cementerio de El Pardo-Mingorrubio, pues como ministra de Justicia ha ostentando el cargo de notaria mayor del Reino. 

Audios de VIllarejo

Sus inicios en el Ministerio de Justicia se vieron perjudicados tras la difusión --dos meses después de tomar posesión-- de unas grabaciones de una conversación que tuvo lugar en 2009 en el restaurante Rianxo de Madrid, entre el comisario jubilado José Manuel Villarejo (en prisión provisional desde hace dos años) y Delgado, que acudió al encuentro acompañando al ex juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón para celebrar la medalla al mérito que habían concedido al expolicía.

Delgado aseguró que los audios publicados estaban manipulados, pues eran "trocitos solapados, puestos y pegados" y negó haber mantenido alguna "cita en ningún aspecto profesional" con el excomisario.

Estos hechos se sumaron a la tardanza de la hasta ahora responsable de Justicia en amparar al magistrado del Supremo Pablo Llarena, instructor de la causa del 'procés' en la demanda civil que presentó el expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont contra él ante la justicia belga para que el Congreso y el Senado la reprobaran. 

Una tercera censura llegó por parte de la cámara baja por haber instado a la Abogacía del Estado a descartar la rebelión en la acusación contra los líderes independentista en prisión por el 'procés'. Los servicios jurídicos del Estado acusó de sedición y el Tribunal Supremo les condenó por este delito.

 

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