El organismo deja los tipos intactos

Draghi deja la puerta abierta a nuevas medidas en marzo

Tenemos el poder, el deseo y la determinación de actuar. No tenemos límites”. Con estas frases el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, intentó tranquilizar a los inversores y reafirmar el mensaje expansivo que viene caracterizando su mandato. En la primera reunión del año del Consejo de Gobierno, sus miembros decidieron mantener sin cambios la política monetaria. Después de las medidas no convencionales adoptadas en la cita de diciembre, la institución europea acordó mantener los tipos de interés en su mínimo histórico del 0,05% y la facilidad de depósito en el -0,3%.

Como esperaba el consenso del mercado, el BCE cumplió con el guión previsto.Eso sí, para no defraudar a unos mercados muy revueltos dejó la puerta abierta a una revisión de las medidas no convencionales en el mes de marzo, fecha de la próxima reunión en la que los componentes de la institución contarán con las nuevas proyecciones macroeconómicas para los próximos dos años.

Draghi no quiso dar detalles sobre cuáles podrían ser las nuevas medidas. Se limitó a apuntar que existen todavía muchas opciones, aunque en respuesta a los periodistas dejó entrever la posibilidad de incrementar el volumen de las compras mensuales hasta ahora fijado en los 60.000 millones mensuales. El responsable de la política monetaria de la zona euro reconoció que el BCE mantiene su compromiso de cumplir con el mandato y como viene haciendo en los últimos meses reclamó a los Gobiernos que continúen con las reformas estructurales para apuntalar el crecimiento de la eurozona.

La cabeza visible del BCE aprovechó la ocasión para zanjar las dudas que existen sobre la efectividad de los estímulos y la credibilidad de la institución. Draghi resaltó el buen funcionamiento del programa de compras gracias al cual, apuntó, han mejorado las condiciones de financiación –reducción de los costes y mejora de las condiciones crediticias– y esto se traduce en un fortalecimiento de la recuperación a la vez que garantiza la liquidez al sistema.

“Las medidas de diciembre eran adecuadas en base a las circunstancias que existían”, reiteró.De esta forma, Draghi intentó restar responsabilidad a las caídas del mercado en las últimas semanas.

En el análisis macroeconómico, el presidente del BCE constató el repunte de los riesgos a la baja motivado por las dudas que existen sobre el crecimiento de los mercados emergentes (con China en el punto de mira), la volatilidad de las materias primas y los riesgos geopolíticos.

Asimismo,Draghi afirmó que durante el último mes de 2015 el IPC se mantuvo en el 0,2% frente al 0,1% del noviembre debido a la caída del crudo y los bajos precios de los alimentos. De cara a los próximos meses, se espera que la inflación continúe en tasas muy bajas e incluso negativas y que repunte en la segunda mitad de 2016.

En el tercer trimestre el PIB de la eurozona creció un 0,3% respecto al trimestre anterior con el apoyo, principalmente, del consumo privado. Por su parte, la concesión de préstamos continuó la senda de recuperación gradual que mantiene desde principios de 2014. Así, la tasa de variación interanual de los préstamos a las sociedades no financieras aumentó al 0,9% en noviembre de 2015 y los préstamos a los hogar, un el 1,4%.

Rompiendo con la regla de no valorar cuestiones nacionales específicas, Draghi aplaudió las reformas emprendidas por España.

El crudo, arma de doble filo

No podía faltar una mención especial a la evolución que viene registrando el precio del crudo en las últimas semanas. Desde la pasada reunión del BCE el barril de Brent acumula una caída del 33%. Este descenso es visto por el organismo europeo como un arma de doble filo. Por un lado, la caída del oro negro debería apoyar la renta de los hogares, el consumo privado, los resultados de las empresas y la inversión.

Pero por otro, los niveles actuales del petróleo, que a comienzos de enero perdía los 30 dólares por barril, dificultan aún más el objetivo de mantener de mantener la inflación próxima al 2%.

Es precisamente, esto último el principal cometido del BCE. Para conseguirlo, Draghi reiteró que pondrá en marcha las medidas que sean necesarias.El banquero italiano no tiene límites de ningún tipo.

Se desliga de Novo Banco

La banca periférica también tuvo su protagonismo en la intervención del BCE. Su vicepresidente, Vítor Constâncio, afirmó que no han tenido responsabilidad alguna en las pérdidas acarreadas a dueños de bonos por 2.000 millones de euros de Novo Banco por el refuerzo de capital de finales de 2015. La decisión fue exclusivamente del Banco de Portugal, de acuerdo a la normativa sobre resolución bancaria.

El otro foco de atención estuvo puesto en el sistema financiero italiano que en los últimas días se ha visto arrastrado por el temor de los inversores después de que el BCE pidiera información sobre créditos dudosos a determinadas entidades.Draghi descartó que el supervisor vaya a pedir más provisiones por activos problemáticos o exigir más capital. “Para eso se hicieron los test de estrés”, concluyó.

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