El jefe del BCE defiende un alivio de la deuda griega aunque avisa al país que debe ser capaz de poner en marcha las medidas

Draghi se enfrenta a Alemania y 'sacude' a Tsipras

La autoridad monetaria eleva en 900 millones a la semana la cantidad que las entidades griegas pueden solicitar Recuerda que la liquidez de emergencia "no es incondicional"

El BCE ha cargado de palabra contra Grecia, por sus dudas en la puesta en marcha de las medidas acordadas, y también contra Alemania, al afirmar que es obvia la necesidad de un alivio de la deuda helena. Pero no solo habló. Draghi aflojó la soga a Alexis Tsipras, al inyectar 900 millones en los bancos griegos. El importe es insuficiente para levantar el corralito.

Mario Draghi se ha puesto el traje del rey Salomón y repartió culpas entre el norte y el sur de la zona euro. El jefe del BCE reiteró que, pese a las continuas amenazas de Alemania y su ínclito ministro de Finanzas Wolfgang Schäuble, nunca ha contado realmente con un Grexit. Es más, mencionó un informe del 22 de junio que defiende la irreversibilidad del euro.

“Las decisiones que tomamos se basan en que Grecia es y seguirá siendo un país de la zona euro”, sentenció. Pero al mismo tiempo que desautorizaba en parte al Gobierno de Angela Merkel lanzó un aviso a navegantes dirigido a Alexis Tsipras. Le avisó de que hay incógnitas sobre “la voluntad y la capacidad” de su Gobierno de poner en marcha las medidas necesarias del tercer rescate y le exigió que despeje toda duda al respecto.

El banquero jugó al palo y la zanahoria con el país rebelde. Yes que, minutos antes de esa llamada de atención, Draghi había asegurado que la situación en Grecia ha cambiado de forma sustancial a mejor. Tanto como para aflojar la soga que aprieta al país desde el 26 de junio, cuando el BCE acordó que no daría ni un euro más a sus bancos.

Comprará deuda a Tsipras

Sin cambios en los tipos, que siguen y seguirán por largo tiempo en el 0,05%, el BCE sí anunció movimientos en otros temas. Tras ponerse una medalla al asegurar que sus medidas son las que han permitido y consolidarán la recuperación –el crecimiento del 0,4% del primer trimestre siguió en el segundo– y tras reiterar que el programa de compra de deuda a razón de 60.000 millones de euros mensuales se mantendrá al menos hasta septiembre del próximo año, Draghi hizo otro guiño a Atenas. Ahora el BCE no compra deuda helena porque no cumple los requisitos, pero podrá hacerlo en el futuro inmediato. Incluso antes de octubre, cuando está previsto que las instituciones revisen la ejecución de los deberes que han impuesto al primer ministro heleno. Grecia necesitará hasta 86.000 millones de rescate en tres años –de los que unos 25.000 se dedicarán a los bancos–, que se suman a los 240.000 millones que ya debe.

El organismo monetario inyectará 900 millones de euros en las arcas del sistema financiero heleno, si bien está claro que esta cantidad será insuficiente para levantar el corralito. Desde hace 18 días, los griegos solo pueden sacar 60 euros en efectivo. La buena noticia es que, al menos, los bancos abrirán el lunes, aunque se mantengan ese límite, según la agencia de noticias griegas ANA.

Draghi explica este cambio respecto al lunes, cuando dejó el candado de la liquidez de emergencia en los 89.000 millones de euros, por la votación del miércoles por la noche en el Parlamento heleno. Tsipras sacó adelante gracias a los votos de la oposición la reforma de las pensiones y la subida del IVA. En Syriza se rebelaron 32 diputados que votaron en contra y otros seis, que se abstuvieron. El siguiente paso que reclama el BCE deberá verse el miércoles 22 con la aprobación de la modernización de la Justicia y la trasposición de la directiva europea de resolución bancaria. Esta norma, que entró en vigor en España hace unos días y con un retraso de seis meses, abre la puerta a que los depositantes con más de 100.000 euros sufran pérdidas. De los 120.000 millones de euros que quedan en los bancos griegos unos 30.000 millones superan ese umbral y pertenecen en su mayoría a pequeñas y medianas empresas. Una quita sería un golpe mortal, otro más, para la economía del país.

Respecto al alivio de la deuda helena, reclamado intensamente en los últimos días por el FMI entre otras instituciones, Draghi fue muy explícito: “No se cuestiona que sea necesario”. Lo que está en duda es cómo se ejecutará, algo que se resolverá a través de un debate entre todos los implicados en las próximas semanas, sentenció Draghi.

El presidente del BCE aseguró que Grecia le devolverá los 3.500 millones que debe reembolsarle el lunes 20 y añadió que también saldará sus deudas, por unos 2.000 millones de euros, con el organismo que preside Christine Lagarde. El Eurogrupo ha dado luz verde al adelanto de 7.000 millones a Grecia para que afronte sus compromisos inminentes.

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