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En colaboración con el Consorcio Sanitario Garraf y la Universidad Politécnica de Cataluña

Telefónica crea un sensor para el tratamiento del párkinson

Ya se ha probado con éxito en algunos enfermos en España

Una persona se coloca el sensor pegado a su cuerpo.
Una persona se coloca el sensor pegado a su cuerpo.

Telefónica, la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) y el Consorcio Sanitario Garraf presentaron ayer un sistema que monitoriza a distancia y en tiempo real a los enfermos de párkinson y administra la medicación necesaria según los síntomas. El acto coincidió con la celebración del día internacional de esta enfermedad y, según Jordi Rovira, coordinador de innovación del departamento de eHealth de Telefónica, “gracias a las comunicaciones, se le ha dado inteligencia a la bomba subcutánea que utilizan muchos de estos enfermos para recibir medicación”.

El sistema, que ha sido probado en siete pacientes (seis españoles y uno israelí), está formado por un pequeño sensor portátil que se adhiere al cuerpo del enfermo y capta sus movimientos, y una bomba subcutánea que administra la medicación para el control de la enfermedad. El sensor detecta el empeoramiento del paciente e informa al sistema que, a su vez, vía móvil, da instrucciones a la bomba de fármaco para que aumente la dosis y trate los síntomas. Cuando el paciente mejora, la dosis que administra la bomba vuelve a la normalidad.

“De esta forma, el paciente siempre recibe la dosis necesaria en tiempo real”, aseguraron los responsables del proyecto. Estos también explicaron que toda la información del sensor y las reacciones del paciente ante la medicación se envían a un centro de asistencia, que también forma parte del sistema. Desde ese centro, los médicos especialistas pueden controlar los dispositivos a través de internet y ver la evolución de los pacientes que los usan, así como interactuar con ellos e intervenir en caso necesario.

La primera fase del proyecto ha mostrado que en cuatro de los seis pacientes españoles se apreciaron beneficios considerables, añadieron. “Hemos logrado que algunos reduzcan el número de inyecciones de rescate que tenían que utilizar para reducir los síntomas de la enfermedad y otros incrementaron mucho el tiempo sin síntomas”. Según explicaron, hoy no existe ningún tratamiento para estos enfermos que resuelva los síntomas justo cuando se producen y que a menudo les impide caminar o moverse.

Su precio rondará los 500 euros

El sistema, aún en fase de investigación y pendiente de resolver algunos problemas técnicos, podría comercializarse en un plazo de tres años, después de haberse hecho también con él más pruebas con muchos más pacientes. En cuanto al precio del sensor, dependerá de si se hace o no una producción masiva, pero para una primera fase, indicaron los responsables del proyecto, podría rondar los 500 euros. Estos explicaron que las bombas subcutáneas utilizadas hoy por estos pacientes (y que son costeadas por el Estado) cuestan 3.000 euros, así que el precio total del sistema rondaría los 3.500.

Telefónica explicó que el proyecto es europeo y que también participan empresas alemanas, israelíes e italianas. En estos países también se están haciendo pruebas con los pacientes.

El geriatra e investigador del Consorcio Sanitario Garraf, Alejandro Rodríguez, explicó que conforme avanza la enfermedad del párkinson, los efectos de la medicación son menores. “En esos momentos es cuando se hace necesario este dispositivo”, aseguró, al tiempo que aclaró que las dosis que aplicaría la bomba de forma automática (sin la aprobación de un médico) “no serán peligrosas y no conllevarán graves problemas” aunque haya errores en la información recogida.

El investigador de la UPC Joan Cabestany admitió que entre las dificultades que aún se encuentran está el detectar síntomas cuando el paciente no está en movimiento o cuando este viaja en tren, por ejemplo. Sin embargo, tanto Rodríguez como Cabestany insistieron en que se está en el camino de lograr “resultados loables”.

Muestra de ello fueron las palabras de una enferma de Párkinson, Maricruz, que participó en la presentación. Ella ha probado el sistema durante dos semanas y asegura que “el sensor me detectaba cuando me quedaba bloqueada y no podía andar y me subía la dosis de medicamento. Era una pasada, porque enseguida se me pasaban los síntomas”.

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