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Víctor Grifols Roura

Un empresario en el laboratorio

La cosecha de Talecris está dando sus frutos. Gracias a ella, Grifols ha multiplicado sus beneficios semestrales. La empresa es una de las favoritas en Bolsa.

Un empresario en el laboratorio
Un empresario en el laboratorio

En 1940, recién finalizada la guerra civil e iniciada la Segunda Guerra Mundial, José Antonio Grifols, médico hematólogo, creó un laboratorio de análisis clínicos en su casa barcelonesa de la Rambla de Cataluña. Hoy Grifols es el tercer productor mundial de fármacos biológicos derivados del plasma (hemoderivados). El nieto del fundador, Víctor Grifols Roura, lleva en el siglo XXI las riendas de la empresa familiar. Hace casi dos años, sorprendió a los estadounidenses con la compra de Talecris, una compañía de hemoderivados de ese país más grande que la propia Grifols -la operación fue aprobada por las autoridades antimonopolísticas estadounidenses hace un año-. Un éxito. Su adquisición le ha permitido multiplicar su beneficio en el primer semestre hasta los 133,5 millones de euros. Y de paso, darse un festival en Bolsa. Es el valor estrella del Ibex, con una subida de más de un 72,85% en lo que va de año. Más ingresos -el 90% se generan fuera de España- y menos deuda. Con esta fórmula aumentan las posibilidades de que pueda repartir dividendo el año que viene. Grifols enamora a los inversores.

Víctor Grifols tiene su receta para ser líder: "Lo más importante, decidir serlo y pensar menos en la competencia; dejar de copiarla y anticiparse a ella", aseguró en una sesión organizada por Esade Alumni. Es lo que lleva haciendo desde que asumió la gestión de la empresa familiar en 1985. La internacionalización -cuenta con filiales propias en 24 países- y la salida a Bolsa han sido sus dos grandes apuestas. El pasado mes de diciembre, al recibir en Nueva York el premio al Líder Empresarial de 2011 que otorga la Cámara de Comercio España-EE UU, este empresario que, fue uno de los 39 convocados por el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero para colaborar en la salida a la crisis, lanzaba un mensaje: "Nadie nos tiene que dar lecciones". En tiempos de dificultades, se pueden hacer cosas, recordaba aludiendo a los orígenes de Grifols.

En una saga de científicos, Víctor Grifols (Barcelona, 1950) optó por estudiar Ciencias Empresariales. Su bisabuelo era un médico homeópata, popular entre su pacientes, que esperaban su turno en las escaleras de la consulta. El abuelo y fundador de la empresa siguió los pasos de su progenitor, estudió medicina y después hematología en Alemania. El laboratorio creció con la ayuda de sus hijos José Antonio y Víctor -padre del consejero delegado y químico-. En las nuevas instalaciones de la calle Jesús y María (actualmente sede de la Fundación Víctor Grífols i Lucas y del museo), obtuvieron el primer plasma liofilizado y sentaron las bases para abrir el primer banco de sangre privado español en 1945, el Hemobanco. Otro hito fue el desarrolló de la técnica de la plasmaféresis, en 1950. Siguiendo su apuesta con el desarrollo médico, el pasado mes de julio la farmacéutica compró el 40% de la biotecnológica VCN Bioscences. De esta manera, accede a un nuevo campo, la investigación del cáncer, como parte "del compromiso del grupo por promover tecnologías innovadoras que permitan dar respuesta a necesidades médicas por resolver", declaró la empresa tras la compra.

Víctor Grifols se incorporó a la empresa familiar en 1973 y en 1985 sustituyó a su padre como consejero delegado. Primero dirigió una reestructuración que la convirtió en un holding de empresas; después acometió la expansión internacional y con el nuevo milenio debutó en el parqué. Pasados seis años desde su estreno en Bolsa, el máximo responsable del grupo sigue recomendando, a la gran empresa y a la mediana, que busquen financiación en los mercados de capitales mejor que en los bancos.

Víctor y dos de sus hermanos trabajan en el grupo; otro es abogado y un quinto ejerce como médico. Mantener el espíritu familiar es importante. Con esa intención, a finales de 2006 se trasladó a vivir a EE UU. "El 70% del tiempo lo dedico a explicar a los empleados de dónde venimos; me gusta que sepan la historia de la empresa y cómo hemos hecho mucho I+D sin apenas recursos. Estos valores no se deben dejar morir nunca en una empresa familiar, esté en Bolsa o no", explicó en un foro público.

A Grifols la han señalado como ejemplo de lo que debe ser el cambio de modelo económico de España.

Victoria Camps, catedrática de Filosofía Moral de la Universidad Autónoma de Barcelona y presidenta del patronato de la Fundación Víctor Grífols i Lucas, cree que la clave del éxito está en la honradez y la transparencia. La fundación nació en 1998 con la misión de promover la bioética, a través de conferencias, publicaciones o becas.

El líder del grupo sanitario-farmacéutico no es dado a la exposición pública, sin embargo, ha abierto uno de los debates más intensos en el sector de los últimos tiempos. ¿Se deben pagar las donaciones de sangre en España? Su propuesta, cambiar la legislación para permitir a la industria pagar las donaciones. Lo defiende con cifras: los 147 centros de donación de plasma que la empresa tiene en EE UU podrían estar en España y generar hasta 6.000 empleos. Además de suponer un recurso económico complementario para los donantes, Grifols podría pagarles entre 60 y 70 euros por semana.

Ante el dilema moral, plantea si es más ético importar plasma de EE UU, donde sí se remuneran las donaciones. Es el espíritu Grifols.

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