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Se prevé designar a expertos independientes

La junta de Eulen termina sin acuerdo sobre la constitución de un nuevo consejo

La junta extraordinaria de accionistas del Grupo Eulen, celebrada hoy en Bilbao, concluyó sin acuerdo entre el presidente y primer accionista de la compañía, David Álvarez, y cinco de sus siete hijos acerca de la constitución de un nuevo consejo de administración con presencia de consejeros externos ajenos a la familia.

Álvarez, apoyado por sus hijos María José y Jesús David, defiende que para sustituir el actual régimen de administración por un consejo se debe producir como "condición precisa" un acuerdo sobre el número de miembros que tendría el órgano y sobre la identidad de los consejeros independientes, de forma que "en todo caso, quede asegurado para el accionista mayoritario el control del consejo".

Por este motivo, tiene previsto designar a expertos independientes que colaboren en la consecución del "objetivo deseable y pretendido", según informó la compañía en un comunicado.

En la junta, el fundador del grupo, con aproximadamente un 51% del capital, y sus hijos María José y Jesús David, que suman en torno a un 14%, rechazaron el complemento de la convocatoria presentado por los cinco hijos 'disidentes' (Juan Carlos, Pablo, Emilio, Marta y Elvira, con una participación del 7% cada uno), por "no ajustarse con la propuesta realizada por el accionista mayoritario".

Dos modelos diferentes

Frente al modelo planteado por el fundador (cuya intención es profesionalizar el órgano con cuatro consejeros independientes y un quinto miembro que sería el propio presidente), los hijos habían propuesto crear un consejo de ocho miembros, con una composición inicial de un 60% de dominicales y un 40% de independientes.

El grupo de servicios se rige desde febrero pasado por el sistema de administración solidaria, después de que en una junta convocada judicialmente se acordase la disolución del órgano de administración -integrado entonces por el fundador, sus siete hijos y un independiente- y la designación de Álvarez y su hija María José como administradores solidarios.

Hasta aquel momento, el presidente no podía hacer valer su mayoría en el capital en el seno del consejo de administración, que estaba controlado por cinco de sus hijos.

La junta extraordinaria se celebró tras una asamblea de carácter ordinario, en la que se aprobaron las cuentas del ejercicio 2009, que arrojan un beneficio de 27 millones de euros, un 23% más que el año anterior, y la concesión de un dividendo, cuya cuantía no ha sido desvelada por el grupo. Asimismo, se acordó ampliar el objeto social para amparar nuevas actividades de servicios desarrolladas por la compañía.

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