Apple y su momento de la verdad
Su futuro está lleno de dudas, pero sigue teniendo una posición privilegiada y un cliente muy fidelizado
Mientras medio mundo está asolado por el verano más tórrido de nuestra historia y las grandes tecnológicas reajustan sus planes después de que la nueva normalidad no esté respondiendo del todo a las expectativas infladas de consumo digital, cada cierre de trimestre se convierte en un nuevo test de estrés de cómo los líderes están afrontando la incertidumbre y de unas previsiones más conservadoras. Apple, como no podía ser menos, es escrutada y analizada hasta el mínimo detalle, con el aliciente de que siempre ha sido una empresa celosa a la hora de compartir sus planes de futuro.
El pas...
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Mientras medio mundo está asolado por el verano más tórrido de nuestra historia y las grandes tecnológicas reajustan sus planes después de que la nueva normalidad no esté respondiendo del todo a las expectativas infladas de consumo digital, cada cierre de trimestre se convierte en un nuevo test de estrés de cómo los líderes están afrontando la incertidumbre y de unas previsiones más conservadoras. Apple, como no podía ser menos, es escrutada y analizada hasta el mínimo detalle, con el aliciente de que siempre ha sido una empresa celosa a la hora de compartir sus planes de futuro.
El pasado día 3, las principales empresas del sector presentaron sus resultados del trimestre, que para el año fiscal de Apple es el tercero. Para esta empresa no han sido malos del todo (por encima de las previsiones del mercado), pero no han impedido que el precio de la acción haya caído en torno a un 8% en los últimos días, lo cual es una señal clara de las dudas que está generando la empresa.
Empezando por los números generales, Apple ha presentado unos ingresos de 81.800 millones de dólares (74.500 millones de euros), lo cual supone un 1% menos que el año pasado. Sin embargo, los analistas apuntaban a una caída del 4%, por lo que está por encima de las previsiones, y Tim Cook ha trasladado además un mensaje positivo respecto a las que tienen para el último trimestre que está por venir.
Si analizamos en detalle los números que ha presentado Apple, hay algunas señales que pueden dar más información. En cuanto a la venta de hardware, destacan pequeñas caídas de los iPhone y los ordenadores, probablemente vinculadas a la contracción del consumo por la inestabilidad económica global, que para una marca prémium tiene un impacto menor que en otros segmentos.
Sin embargo, la venta de iPad ha caído un 20%, que puede deberse a cierto cansancio y falta de novedades reales de los últimos años. Precisamente, uno de los factores clave en la situación de Apple es la falta de visibilidad de la estrategia de innovación y producto.
Por otro lado, la venta de servicios (contenidos, cloud, soporte y entretenimiento) ha crecido un 8%, ayudando a maquillar los resultados globales y consiguiendo los mejores de su historia. Han declarado además haber alcanzado los 1.000 millones de suscriptores, aunque el método de cálculo no permite un análisis detallado de cómo se reparten esos clientes.
Si tenemos en cuenta que hace diez años los servicios suponían un 11,3% de los ingresos de Apple, mientras que en este momento ya son el 25,9%, la tendencia es clara y el futuro de la tecnológica pasará cada vez más por este negocio.
En cuanto al hardware, el hito más importante que está por llegar, ya avanzado hace unas semanas, es el de las gafas de realidad mixta, denominadas Vision Pro. Cuando Meta se lanzó a vender la realidad virtual y el metaverso como una revolución, hace dos años, muchos acusaron a Apple de llegar tarde. Pero es evidente que esa burbuja ha explotado, por lo que la compañía de Cook tiene la oportunidad de entrar en este mercado nuevo con un producto más sólido que el de la competencia, y con una estrategia de contenido más redonda.
Todo apunta a que las Apple Vision Pro, anunciadas a un precio de partida de 3.500 dólares, podrán comprarse desde inicios de 2024. La empresa ha previsto vender un millón de gafas durante el próximo año, pero hay muchas dudas respecto a cómo las aceptará el mercado y, sobre todo, respecto a posibles problemas de logística que limiten la capacidad de producción. Es de esperar que en los próximos años esta línea de negocio no alcance aún la entidad del resto, sobre todo la de los iPhone, que siguen siendo la joya de la corona.
La revolución de la IA
Otra de las dudas que existen respecto al futuro de Apple es cómo se incorporará a la revolución de la inteligencia artificial. El hecho de que hace años decidiera fabricar sus propios chips le obliga a adaptarse a las nuevas tecnologías, pero a la vez le da el control para poder diseñar sus propias arquitecturas. En paralelo, el ecosistema de contenidos y entretenimiento que, como hemos visto, es cada vez más importante, deberá enriquecerse con la incorporación de tecnologías basadas en la inteligencia artificial que mejoren la experiencia de los usuarios.
El futuro de Apple, en definitiva, está lleno de dudas, pero sigue teniendo una posición privilegiada y un cliente tan fidelizado que le da mucho margen de maniobra para navegar la transición del mercado que estamos viviendo en este momento.
Hay incluso quien piensa que el metaverso no será realidad hasta que no lo relance Apple el año que viene, lo cual hará todavía más interesante seguir las noticias de esta empresa en los próximos meses.
Ángel Barbero es director general de Secture y profesor en la EAE Business School
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