En fondos, todas las decisiones de inversión son activas

Incluso si se opta por suscribir solo productos indexados, deberían elegirse los índices que mejor repliquen la estrategia de inversión

EI Ibex 35, principal selectivo español.Vega Alonso del Val (EFE)

Un fondo indexado ofrece la misma rentabilidad que un índice concreto como el Ibex-35 o el de Bloomberg para renta fija global. Hay más índices que fondos: tres millones de referencias para las carteras de fondos, uno puede volverse loco a la hora de seleccionar. En el extremo opuesto a los indexados estarían los fondos de gestión activa que no se comparan con ningún índice. O los que fijan una referencia, pero su estrategia difiere una barbaridad ¿Desaparecerá la gestión activa? Como escribí en otra de tribuna en estas páginas:

Pregunté a ChatGPT que tipo de fondos eran mejores, si los fondos indexados o los de gestión activa. Esto fue lo que me respondió: “No se puede decir que los fondos indexados sean necesariamente mejores o peores que los de gestión activa. En resumen, es importante que evalúes tus objetivos de inversión, tu perfil de riesgo y tus preferencias personales antes de decidir si un fondo indexado o uno de gestión activa es el mejor producto para ti.”

¿Qué supone invertir en índices y qué convendría tener en cuenta?

Los índices se calculan para medir la variación del valor de un conjunto de acciones o bonos. Inicialmente nacieron como indicadores representativos de la Bolsa de un país, pero su evolución no está tan relacionada con la economía de esa nación como se podría pensar. Si se decide por la inversión indexada es más práctico conocer el tipo de valores que componen ese índice, y vigilar los cambios que se realizan en su composición, que seguir datos macroeconómicos.

La composición y la forma de cálculo difiere notablemente entre índices de un mismo país. Un ejemplo ilustrativo se da con referencias del mayor mercado de valores: la bolsa de Nueva York (NYSE). Uno de sus índices más emblemáticos, el Dow Jones Industrial Average (DJIA), refleja el comportamiento de las 30 compañías “más importantes y representativas de Estados Unidos”. Este índice nació tras la revolución industrial americana, a finales del siglo XIX, y en su inicio, con negocios muy domésticos, sería así. Yo no voy a discrepar sobre si hoy lo componen las empresas más importantes o representativas de Estados Unidos. Lo cierto es que, aunque el DJIA siga teniendo muchos seguidores, a la hora de replicar se utiliza mucho más el S&P 500. Puede ser por la forma de cálculo, que da más peso a las empresas de mayor capitalización en libre negociación y eso tiene sentido por ser representativas del mercado, no necesariamente del país. Por contra se asume el riesgo de retroalimentar tendencias de mercado que favorezcan excesos en las valoraciones o en las correcciones. Esa forma de cálculo es la misma en el Ibex-35 y en el Topix, con un patrimonio indexado muy inferior. Así que yo me inclino a pensar que también ha influido su buen comportamiento desde la eclosión de la gestión pasiva. Otro indicador muy replicado es el Nasdaq 100.

¿Los índices más replicados son los más eficientes para un inversor español?

La respuesta es depende. Depende de lo que entienda por eficiente, de su objetivo, de su plazo, de su fiscalidad, etc.

Permítame una reflexión sobre la composición y el comportamiento de estos índices en los últimos años, por si quiere tenerla en cuenta, antes de decidir en qué medida le puede convenir su réplica. La rentabilidad del S&P 500 y del Nasdaq 100 han estado muy por encima de su media histórica desde 2011. En mi opinión, este exceso de rentabilidad frente a su media y frente a otros índices –algunos también estadounidenses– no se explica tanto por el crecimiento de la economía del país como por el peso de un estilo de compañías que ha crecido apoyándose en desarrollos tecnológicos a precios razonables y con unos bajísimos costes de financiación.

Usted, como inversor, puede pensar que estos índices pueden seguir una evolución similar en el futuro, pero si va a invertir una parte importante de su patrimonio en renta variable podría plantearse diversificar con otro estilo de compañías, por si acaso estas estimaciones no se cumplen

Sobre la divisa. La apreciación del dólar ha sumado una rentabilidad considerable en euros desde 2009 a los partícipes de estos fondos que decidieron no cubrir. Para estimar rentabilidades futuras no deberían suponer que esta circunstancia se repetirá. La evolución del tipo de cambio es impredecible. En el periodo de 1999 al 2009, la moneda que se apreció fue el euro. Una decisión prudente sería cubrir el riesgo dólar, pero esta tiene un coste actualmente que, aunque parece asumible a corto plazo, podría resultar un coste relevante a largo plazo imposible de estimar. Además de cubrir una parte, quizás pueda plantearse diversificar invirtiendo en valores en euros. Algunos inversores no confían en la economía de la eurozona, si es su caso recuerde que puede encontrar compañías cuyo valor no depende del crecimiento del país donde cotizan. Mire el lujo de LVMH. También puede buscar valores que coticen en otras divisas fuertes como el franco suizo. Al diversificar valores y divisas o cubrir el dólar en alguna medida quizás renuncie a maximizar la rentabilidad, pero sería prudente si su objetivo es preservar.

He hablado de replicar índices de renta variable, pero no de renta fija, aunque actualmente sea un activo muy atractivo, ya que algunos bonos ofrecen ahora una destacada rentabilidad. Vuelvo a preguntar a la famosa inteligencia artificial:

¿Qué índices de renta fija son buenos para replicar? Este será ya un tema para otra tribuna; mientras tanto no se olviden de disfrutar.

Marta Díaz-Bajo es Directora de soluciones de inversión de Atl Capital

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