Un mercado de capitales más ágil y atractivo

Entre los grandes retos que afronta la nueva Ley de Mercado de Valores figura facilitar las salidas a Bolsa en España

En contraste con la mayor parte de las leyes, que nacen en principio con vocación de permanencia, la nueva Ley de Mercado de Valores y Servicios de Inversión, que aprobó ayer el Congreso, contempla expresamente en su articulado la previsión de que habrá que modificar “próximamente” el texto para adaptarlo a una realidad en constante y vertiginoso cambio, lo que incluye novedades legislativas que están cociéndose a tiempo real en el horno de Bruselas. El texto tiene como objetivo actualizar la reglas jurídicas bajo las que operan las empresas y los inversores en los mercados financieros, desde simplificar los requisitos actuales para salir a Bolsa o para realizar emisiones hasta establecer los pilares de una regulación de criptoactivos que de momento está casi en pañales, pero que en los próximos meses se verá enriquecida por la aprobación de la normativa europea MiCA.

Entre los grandes retos que afronta la nueva ley, figura hacer más sencillas y atractivas las salidas a Bolsa en España, una forma de financiación que en los últimos años ha ido languideciendo y perdiendo vitalidad, más aún si se compara con la actividad en otros mercados de capitales. Contar con una regulación ágil y dinámica, que facilite una financiación diversificada y sostenible en el mercado, constituye una ventaja competitiva para las empresas, especialmente en una coyuntura de altos tipos de interés y en un país como España, donde se recurre al sector bancario en busca de recursos en mucha mayor medida que en otros países. La experiencia demuestra que las economías cuyos mercados de capitales tienen un peso importante a la hora de financiar al tejido empresarial cuentan compañías más fuertes, más grandes y mejor saneadas, y que su capacidad de reacción frente a las crisis es también mayor. La nueva ley simplifica, en ese sentido, el proceso de admisión a negociación, reduce las tasas y las obligaciones de información, con especial atención a las emisiones de renta fija, y contiene novedades como la de regular por primera vez en España el desarrollo de las SPAC.

En un entorno globalizado y en el que el dinero no tiene fronteras, las economías necesitan aspirar no solo a generar oportunidades de negocio para retener la inversión nacional, sino también para atraer la inversión extranjera. Un mercado de capitales flexible y más simplificado es un paso indispensable para lograrlo.

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