Defender en Bruselas una integración estratégica para España
La fusión de Air Europa e Iberia ofrece ventajas objetivas que van más allá de mejorar la competitividad de las aerolíneas y los intereses de sus accionistas
Después de tres años de difíciles negociaciones, la integración de Iberia y Air Europa afronta su última y compleja etapa: el examen de la operación por parte de las autoridades europeas de Competencia. Una vez firmado el acuerdo con Globalia, IAG enfila su segundo intento de obtener el beneplácito de Bruselas sin tener que pagar una factura en remedies (concesiones a los rivales) que reste todo atractivo a la operación, como ocurrió en 2021, cuando Iberia decidió retirar el proyecto de integración por considerar inasumibles esas exigencias. En aquella ocasión, los remedies de Competencia incluían ceder peso en medio centenar de conexiones, entre ellas destinos como Miami, Montevideo, Panamá, Santo Domingo o La Habana.
En un mercado tan reducido y competitivo como el europeo, es previsible que a las dificultades propias del procedimiento se sumen las presiones por parte de compañías rivales o de terceros países, todos ellos interesados en que Bruselas ponga condiciones lo más restrictivas posible a la operación. La estrategia de Iberia, que cuenta ahora con la experiencia del fallido intento de 2021, es defender en Europa, por un lado, las ventajas de la inetgración para el viajero y para el hub de Madrid-Barajas, y por otro, esgrimir como argumento la posición dominante que cada una de las grandes aerolíneas europeas tiene en su hub de origen, como es el caso de Air France en París o KLM en Amsterdam. Aspectos como lograr que la Comisión analice los datos de tráfico de 2022, en lugar de los de 2019, que fueron récord, o que el examen de las rutas incluya también el mapa de conexiones con Latinoamérica y no se focalice únicamente en el hub de Barajas pueden ser factores que rebajen de forma importante las exigencias de Competencia.
La integración de Air Europa e Iberia ofrece ventajas objetivas que van más allá de mejorar la competitividad y el negocio de ambas aerolíneas y las perspectivas de sus accionistas. La unión de las dos compañías fortalecerá el lanzamiento del hub de Madrid-Barajas y permitirá que este pueda competir de tú a tú con los del norte de Europa, especialmente en lo que se refiere al codiciado tráfico que une la UE con el continente asiático. También garantizará que una compañía de valor estratégico, como Air Europa, no pierda su carácter nacional y contribuya a potenciar la competitividad del sector aéreo español. El examen del acuerdo en Bruselas, que no será sencillo, pone en jaque intereses lo suficientemente importantes como para justificar un apoyo institucional por parte del Gobierno en un pulso que va más allá de una operación meramente corporativa.
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