Movimiento en exitosos ‘spin-off’ de grandes compañías españolas

Amadeus, Cellnex y Allfunds nacieron de Iberia, Abertis y Santander y hoy son brillantes empresas independientes con sede en España en manos extranjeras

Sede de Allfunds.

La oferta lanzada el miércoles por Euronext sobre Allfunds, trae a la actualidad la llamativa historia de varias empresas que nacieron de las tripas de grandes compañías españolas, que se independizaron y con ello ganaron visibilidad y tamaño; se hicieron mayores. Este es el caso de Amadeus, que surgió como spin-off de Iberia, y otras tres compañías aéreas; Cellnex, que nació de la empresa de autopistas Abertis, y Allfunds, que surgió del Banco Santander. Estas dos últimas están inmersas en procesos de cambio.

Los tres casos demuestran cómo las grandes compañías son capaces crear valor generando infraestructuras que son necesarias para realizar su labor ordinaria. La ruptura del cordón umbilical se suele producir en momentos de crisis, cuando la empresa madre necesita hacer caja, para mejorar sus cuentas. La salida de la casa familiar obliga a espabilar, ya que la pérdida de la protección paterna empuja a buscarse la vida y ahí llega la oportunidad de captar nuevos clientes, amparado por la experiencia previa con un cliente exigente, y de demostrar la capacidad de innovar.

Los casos de Amadeus, Cellnex y Allfunds son también una lección para políticos y Gobiernos que en ocasiones se abalanzan con poco criterio contra los que llaman poderosos sin reparar demasiado en los empleos y contribuciones al país. Estas tres empresas tienen su sede en España porque fueron promovidas por grandes compañías españolas, pero hoy sus clientes y accionistas están repartidos por todo el mundo. Sus servicios centrales están aquí porque es donde comenzó la actividad y porque normalmente la cúpula directiva sigue dominada por españoles que quieren mantener esas raíces. Si el criterio para fijar la sede dependiera de dónde están los clientes o los accionistas principales, ya habrían salido de España.

El indudable éxito de estas empresas se evidencia en sus valoraciones. Amadeus supera los 25.000 millones de euros de capitalización bursátil, mientras que IAG, el holding propietario de su fundadora (Iberia) y de British Airways, Aer Lingus, Vueling y Level, cotiza en 9.300 millones de euros. Es más, casi podemos añadir el valor de la alemana Lufthansa (11.600 millones) y de la franco-holandesa Air France-KLM (4.500 millones).

Otro tanto sucede con Cellnex, la compañía de torres de telefonía móvil vale casi 25.500 millones de euros. Su empresa madre dejó de cotizar en mayo de 2018, por la opa de exclusión que lanzaron ACS y la italiana Atlantia, a un precio que valoró la concesionaria de autopistas en 18.180 millones de euros. Otra manera de verlo es que Cellnex vale 3.000 millones más que Telefónica, el buque insignia de las telecos española.

El caso de Allfunds no llega a tanto. La oferta anunciada por Euronext valora la plataforma de comercialización de fondos en 5.500 millones de euros, lo que no llega al 10% de los 59.000 millones que capitaliza el Banco Santander. La valoración de dicha plataforma está un 53% por debajo de su máxima cotización, a primeros de octubre de 2021, y a un 25,5% del precio de salida a Bolsa en abril de aquel año. Por tanto, llegó a valer el doble que ahora y se desinfló a medida que subían las expectativas alcistas de los tipos de interés. Aunque siempre estuvo muy lejos del Santander, su evolución tiene mérito y por eso ha captado el interés de Euronext, otra compañía experta en el cobro de comisiones de intermediación, que es la propietaria de las bolsas de París, Amsterdam y Milán, el gran competidor de la suiza SIX, dueño de la Bolsa de Madrid, entre otras.

Amadeus, por su parte, fue fundada en 1987 por Iberia, Air France, Lufhansa y la escandinava SAS, con una inversión inicial de 300 millones de dólares, con el objetivo de desarrollar un sistema de reservas de billetes de avión con alcance mundial. La sede central se abrió en Madrid, el centro de desarrollo en Niza (Francia) y el de datos en Erding (Alemania). Posteriormente fue expandiendo su actividad a las reservas de hotel, coches, cruceros y hasta la industria de pagos electrónicos. El español José Antonio Tazón, que fue CEO de Amadeus durante 18 años (1990-2008), ha sido una de las personas clave en el desarrollo y crecimiento de la compañía y el que pilotó su salida a Bolsa en 2010. Actualmente, otro español, Luis Maroto, que es el CEO, dirige los destinos de esta gran compañía.

Amadeus, que por su negocio se ha visto muy afectada con la pandemia y sus limitaciones de la movilidad, tenía casi 20.000 empleados en 2019 y empezó el año pasado por debajo de 17.000. Esta compañía, que hoy está considerada una tecnológica ligada al turismo, registró pérdidas de más de 625 millones en los años 2020 y 2021 y volvió a beneficios el año pasado (hoy dará a conocer los datos de cierre del año).

Por lo que se refiere a Cellnex, esta empresa está en un momento clave. A comienzo de año, Tobías Martínez Gimeno, el único CEO que ha tenido esta compañía en su corta vida, anunciaba su dimisión con fecha fija (3 de junio) y desde entonces ha sido objeto de continuos rumores de opa. Esta empresa surgió de las torres de telecomunicaciones de la concesionaria de autopistas Acesa, que tras fusionarse con Áurea en 2002 pasó a llamarse Abertis. Después compró Tradia y Retevisión; y, en mayo de 2015, Cellnex se descuelga de la nave nodriza (Abertis) con su salida a Bolsa. Entonces contaba con 7.500 torres de telecomunicaciones en España, que ahora son más de 138.000 emplazamientos en 12 países. Pese a esta expansión, continúa en Barcelona, donde estaba Acesa y La Caixa, que aún mantiene un 4,8% del capital a través de la instrumental Criteria.

Amadeus, Cellnex y Allfunds tienen en común, además de haber salido del vientre de una gran empresa española, la estructura accionarial. Son los amos del mundo, esos fondos internacionales que manejan el ahorro de millones de colectivos y personas y que buscan valor en cualquier empresa cotizadas del mundo. Son gestoras que no pretenden empatizar con nadie, ni con las empresas, ni con los países, quieren rentabilidad y el día que les parece insuficiente no protestan, venden y adiós.

Aurelio Medel es doctor en Ciencias de la Información. Profesor de la Universidad Complutense

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