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La pausa del BCE estabiliza las rentabilidades de las letras a 12 meses en el 2%

El Tesoro inaugura noviembre con la venta de 5.028 millones en deuda a corto plazo

Hace meses que las letras dejaron de ser el producto estrella entre los pequeños inversores. A medida que el BCE ha ido profundizando en la rebaja de tipos, las rentabilidades se han alejado de los máximos. Pero la pausa en los recortes de las tasas está ayudando a contener las caídas. Una semana después de que la institución europea acordara mantener sin cambios el precio del dinero, el Tesoro ha inaugurado noviembre con una subasta de letras a seis y 12 meses. El organismo que dirige Paula Conthe ha captado 5.028,4 millones a tipos estables.

La confianza de los inversores en las buenas perspectivas económicas sigue firme. Aunque los rendimientos se han ido moderando, la demanda se mantiene elevada: las peticiones superaron los 8.229 millones de euros.

El grueso de la emisión, unos 3.600 millones, correspondió a las letras a 12 meses. Después de que en octubre las rentabilidades repuntaran al 2% por primera vez en seis meses, en la colocación de este martes el rendimiento cayó dos puntos básicos y se ha anclado en ese nivel. Pese a la moderación, la demanda de los ahorradores continúa sólida, aunque lejos de los niveles de 2023, cuando las colas en el Banco de España acaparaban titulares. Las peticiones no competitivas —en su mayoría de pequeños inversores— alcanzaron los 1.026,17 millones, máximos desde junio.

El resto del importe adjudicado, unos 1.428,4 millones, se correspondió con las letras a seis meses, el tramo más sensible a los cambios de política monetaria. El mercado espera ahora que los bancos centrales ralenticen el ritmo de recortes y entren en un periodo prolongado de tipos estables. Con esa perspectiva, la rentabilidad marginal de la deuda a seis meses se sitúa en el 1,962%, prácticamente sin cambios frente al 1,958% de la puja anterior. Las peticiones de particulares ascendieron a 754,87 millones, por debajo de los 1.043 millones de la subasta de octubre.

A medida que las rentabilidades de las letras se moderan, los pequeños ahorradores han dejado de reinvertir los vencimientos y comienzan a mirar hacia otros productos de ahorro conservador, como los fondos de renta fija. Según datos del Banco de España, a cierre de agosto —último mes con información disponible— las tenencias de letras de las familias se situaban en torno a 20.082 millones, mínimos desde 2022, cuando los bancos centrales abandonaron la política de tipos cero y se adentraron en la subida acelerada de los tipos para frenar una inflación desbocada.

Ahora el escenario es muy distinto. Con una inflación en torno al 2,1% en la zona euro y una economía que ha logrado esquivar la recesión, el BCE no tiene urgencia ni para bajar ni para subir los tipos, lo que contribuirá a estabilizar las rentabilidades. Mientras los inversores ven cómo se reducen las oportunidades de obtener ganancias a corto plazo y bajo riesgo, los emisores públicos y privados respiran algo más aliviados: la pausa de los bancos centrales ayuda a contener el coste de las refinanciaciones.

En este contexto de estabilidad monetaria y crecimiento sostenido, el Tesoro se ha apoyado en la buena marcha de la economía española para ejecutar su programa de financiación. Con más del 90% del plan ya completado, la fortaleza del mercado laboral y las revisiones al alza del PIB han permitido reducir en 5.000 millones de euros la emisión neta de deuda. Las menores necesidades de financiación limitan a tres las operaciones sindicadas, frente a las cuatro a las que tenía acostumbrado al mercado.

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