Ir al contenido

Golpe a Trump: la danesa Orsted celebra el fallo judicial que permite terminar su parque eólico en EE UU con una subida en Bolsa

El efecto contagio lleva a las empresas del sector a escalar a las mayores posiciones

Las acciones de la empresa de energías renovables danesa Orsted se disparan hoy en Bolsa después de que un juez estadounidense dictaminara que se puede continuar con la construcción de un parque eólico casi terminado frente a la costa de Rhode Island, anulando así los esfuerzos de la administración Trump por detener el proyecto. Las acciones de la danesa registran importantes subidas hoy en la Bolsa de Copenhague hasta un 12% y contagian al resto del sector, destacando el fabricante de aerogeneradores Vestas, que avanza un 3% y las españolas Acciona y Acciona Energía que han llegado a subir más del 2%.

Orsted anunció el lunes por la noche que reanudaría las obras tras una sentencia que dictaminaba que el proyecto Revolution Wind podría sufrir “daños irreparables” si no se permitía continuar con la construcción por el momento. Las obras pueden continuar durante el proceso judicial que impugna la orden del Gobierno del 22 de agosto.

La decisión supondrá un alivio para la empresa, que se encuentra en un proceso de recaudación de 9.500 millones de dólares de sus accionistas para reforzar su balance después de que las medidas del presidente Donald Trump contra el sector eólico marino trastocaran su modelo de negocio. Esto ayuda a dar confianza a los inversores de que dos proyectos críticos en construcción en EE UU seguirán adelante, en lugar de enfrentarse a nuevos retrasos costosos o incluso a cancelaciones.

“Orsted obtuvo una importante victoria anoche”, afirmó Jacob Pedersen, director de análisis de renta variable de Sydbank A/S, en una nota recogida por Bloomberg. “Otros riesgos restantes pueden seguir dificultando la vida a Orsted, pero el riesgo de una rebaja de la calificación crediticia a ‘basura’ debería reducirse ligeramente”.

Aun así, la amenaza de una nueva intervención sigue presente. Un portavoz de la Casa Blanca dijo que la sentencia “no será la última palabra sobre el asunto”.

Revolution Wind, copropiedad de Orsted y Global Infrastructure Partners, había alegado que la administración violó su derecho constitucional al debido proceso al bloquear abruptamente la construcción. La empresa también afirmó que la orden de suspensión de las obras violaba la ley federal por ser “arbitraria y caprichosa”, tras años de planificación y coordinación con el Gobierno. El proyecto estaba completado en un 80%.

El juez federal de distrito Royce Lamberth, nombrado por el expresidente Ronald Reagan, dictó una orden judicial preliminar tras concluir que Revolution Wind probablemente ganaría el caso.

En un prospecto publicado la semana pasada, Orsted afirmó que estima que los retrasos en Revolution Wind —destinado a suministrar energía a cientos de miles de hogares en Rhode Island y Connecticut— le cuestan 25 millones de dólares a la semana. Citó gastos adicionales en el proyecto y gastos indirectos en su otra gran empresa en Estados Unidos, el parque eólico Sunrise Wind, frente a las costas de Nueva York.

Los proyectos de Orsted en Estados Unidos representan alrededor del 20% de los 8,1 gigavatios de parques eólicos marinos que la empresa está construyendo actualmente. Una vez completados, esos proyectos generarán hasta 12 000 millones de coronas danesas (1900 millones de dólares) de ingresos al año, según afirmó la empresa en una presentación a principios de este año.

Desde que asumió su segundo mandato en enero, Trump ha dictado una serie de órdenes dirigidas contra la industria eólica marina, entre ellas la suspensión de nuevos arrendamientos de fondos marinos y permisos federales para los arrendamientos existentes. Los ejecutivos de la industria habían dado por sentado que los proyectos que ya contaban con todos los permisos necesarios estarían a salvo de la antipatía de la administración hacia la energía eólica marina.

Iberdrola se adapta a los cambios

La española Iberdrola tiene un gran foco inversor de los últimos años en las energías renovables y los expertos esperan que será muy inferior, siendo su apuesta mucho más selectiva y oportunista. Iberdrola, que mañana celebra su Capital Markerts Day, fue una de las compañías que mejor intuyó en la década pasada, con la Administración de Barack Obama o el Acuerdo de París de lucha contra el cambio climático en 2015, que era el momento de las energías verdes.

El grupo, presidido por Ignacio Sánchez Galán, también parece estar adaptándose a una realidad geopolítica y económica a nivel mundial muy diferente. Las redes son activos mucho más resilientes que las renovables en tiempos de elevados tipos de interés y altas tasas de inflación como las de los últimos años. Nada que ver con la década pasada, donde la deuda era barata y los tipos prácticamente cero. En lo político, las redes son activos mucho menos problemáticos que las renovables entre Gobiernos de corte populista en auge en diversas latitudes. Este es el caso de EE UU.

Más información

Archivado En