No todas las mejoras de rating son bienvenidas: Moody’s sigue calificando a SoftBank como basura
El conglomerado japonés ataca a la agencia por considerar que la calificación no tiene base fiable
Una mejora de calificación suele ser motivo de celebración. Entonces, ¿por qué, cuando Moody’s elevó la calificación del conglomerado SoftBank de Japón, la compañía se irritó?
¿Qué sucedió realmente?
En 2020, SoftBank retiró su solicitud de calificación a la agencia Moody’s. A pesar de ello, Moody’s decidió cubrir la deuda de la compañía y lo hizo como una “calificación no solicitada”. La agencia elevó el miércoles la nota del grupo japonés desde Ba3 hasta Ba2. En respuesta, SoftBank atacó la calificación, afirmando que se basaba “únicamente en sus suposiciones e hipótesis subjetivas, sin una base fáctica razonable”.
¿Cuál es el problema?
Si bien la calificación de deuda de Moody’s subió, la deuda de SoftBank seguía siendo calificada como de grado no inversor, a la que en el mundo de los bonos se le denomina con crueldad como “basura”. Taketoshi Tsuchiya, consejero delegado de Fujiwara Capital, afirmó que Moody’s había confirmado la calificación de grado especulativo de SoftBank. Sin embargo, SoftBank, tras haber recuperado la rentabilidad y haber obtenido fondos para amortizar varios tramos de deuda, consideró la calificación como una ofensa. Tsuchiya afirmó que el rating implica que “podría tener problemas para pagar su deuda”, lo que podría inducir a error a los mercados. Este analista considera que esa es la verdadera razón del malestar de SoftBank.
¿Son frecuentes las críticas a las calificaciones?
A veces. Durante la crisis financiera mundial, hubo una reacción negativa contra las agencias de calificación que habían otorgado calificaciones excesivamente generosas a los valores respaldados por hipotecas que luego incumplieron el pago. Durante la crisis de deuda soberana europea, los gobiernos acusaron a las agencias de calificación de agravar la inestabilidad del mercado al rebajar sus calificaciones. Y cuando Moody’s recortó la calificación crediticia de la deuda estadounidense en mayo, Kevin Hassett, director del Consejo Económico Nacional de la Casa Blanca, dijo que la medida era “retrógrada”.
¿Tiene fallos el sistema?
Muchas agencias utilizan un modelo de “el emisor paga”, en el que una empresa o gobierno paga a la agencia de calificación para que evalúe la solvencia de su deuda. Si bien esto le da a la agencia de calificación mayor acceso a la información financiera, genera inquietud sobre posibles conflictos de intereses. Sin embargo, en el caso de SoftBank, la calificación no fue solicitada: la empresa no pagó por ella y se negó a proporcionar información financiera. En consecuencia, es más fácil argumentar que la calificación carece de fundamento. “La estructura del sistema de las agencias de calificación crediticia está plagada de conflictos de intereses”, afirma Zuhair Khan, gestor de cartera de UBP Investments. “Este es un buen ejemplo de por qué es necesario un replanteamiento fundamental del modelo de negocio que define a quién y cómo se pagan las calificaciones”.
Calificaciones y mandatos de inversión
En Japón, muchas regulaciones y mandatos de inversión exigen el grado de inversión para comprar bonos. En Estados Unidos y en otros países, el mercado de bonos de alto rendimiento está mucho más desarrollado y las prácticas globales son diferentes.