La prima de riesgo de Francia empata con la de Grecia ante la inestabilidad política
La presión sobre París arrecia ante la aprobación del presupuesto y ante la inminente revisión del rating por parte de S&P
La deuda de Francia a 10 años ha cotizado al mismo nivel que la deuda griega a este mismo plazo por primera vez en la historia en los primeros compases de la sesión de este jueves, en el entorno del 3,03%, poco más de 10 años desde que Grecia estuvo cerca de dejar el euro a causa de la desconfianza de los inversores en su deuda. Las dificultades del Gobierno de Michel Barnier para aprobar un presupuesto 2025 que ajuste las finanzas públicas galas están provocando un severo castigo del mercado: el diferencial de la deuda francesa contra la alemana está en el nivel más alto desde la crisis del euro en 2012, y la deuda española cotizaba el miércoles 12 puntos más barata que la francesa, lo que implica que el mercado percibe más riesgo al otro lado de los Pirineos.
Con todo, a medida que ha avanzado la sesión los inversores han mitigado el castigo, después de que el ministro de Finanzas, Antoine Armand, asegurara que el Ejecutivo está dispuesto a hacer concesiones en sus planes presupuestarios. Aunque Barnier puede utilizar una vía legal para esquivar el eventual rechazo de las cuentas públicas en la Asamblea Nacional, el Gobierno se expondría entonces al riesgo de una moción de confianza, con el que ha amenazado la formación ultraderechas Agrupamiento Nacional, liderada por Marine Le Pen. Un voto en contra de este partido y, también, de los partidos más a la izquierda del espectro podría tumbar el Gobierno. Así, a media mañana el bono francés baja su rendimiento en 1,8 puntos básicos y se coloca al borde del 3%, mientras la deuda alemana o española se mantienen más estables, lo que implica que la prima gala se estrecha tímidamente. El Cac francés también se recupera hoy con un alza del 0,6% aunque en el año es el peor índice europeo con diferencia. Frente a las alzas de sus Bolsas vecinas, la francesa acumula un retroceso en 2024 superior al 4%, una debilidad que empezó a manifestarse ya con la convocatoria en junio de elecciones legislativas.
El mercado sigue conteniendo la respiración y esperan más volatilidad, pendiente de la postura del partido de Le Pen. El país debe encarrilar unas cuentas públicas que apuntan a cerrar 2024 con un déficit fiscal del 5,6%, por encima del 5,1% previsto y casi el doble del 3% que exige la Unión Europea, y el temor del mercado es que la inestabilidad política impida realizar ajustes y el desequilibrio se acerque al 6% en 2025.
Los analistas de UBS destacan que el ensanchamiento del diferencial de Francia contra Alemania está alcanzando niveles atractivos como para apostar por la deuda francesa, pero aún ven volatilidad. “No nos precipitamos. Esperábamos que el tipo a 10 años de Francia frente al bund testara los 90 puntos básicos ya en octubre, dados los riesgos de eventos y la incertidumbre política y fiscal aún elevada”, indican. Además, el mercado también está pendiente del posible cambio del rating por parte de Standard & Poor’s en su revisión programada para este viernes. UBS espera que la entidad de calificación cambie su perspectiva de estable a negativa, algo que ya han hecho tanto Fitch como Moody’s en el último mes.
La inestabilidad está provcando desconfianza entre los inversores institucionales extranjeros. Según datos de la depositaria BNY citados por Bloomberg, la salida de dinero de la deuda francesa en la última semana ha sido la más abultada en dos años. Los foráneos tienen la mitad de los bonos franceses en circulación, y la agencia de noticias indica que inversores japoneses están moviendo su cartera hacia otros activos dentro de la eurozona.