Miguel Ángel García (Diaphanum): “No hay motivo para estar preocupado en Bolsa; descartamos la recesión”

El experto cree que el pasado lunes negro no cambia la tendencia, pero sí obligará a la Fed a un recorte de tipos más pronunciado

Miguel Ángel García, director de inversiones de DiaphanumJUAN BARBOSA

Miguel Ángel García cuenta con más de 33 años de experiencia en los mercados financieros. Ha sido director general de March AM y director de inversiones en Banca March y Deutsche Bank. Desde su actual puesto como director de inversiones de Diaphanum Valores compone carteras de inversión con compañías de crecimiento como las grandes tecnológicas, mercados emergentes como India, activos alternativos –incluidos los bonos catástrofe que emiten las aseguradoras– y actualmente bonos gubernamentales y corporativos.

Pregunta. ¿Cómo interpretan las caídas del pasado lunes en las Bolsas?...

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Miguel Ángel García cuenta con más de 33 años de experiencia en los mercados financieros. Ha sido director general de March AM y director de inversiones en Banca March y Deutsche Bank. Desde su actual puesto como director de inversiones de Diaphanum Valores compone carteras de inversión con compañías de crecimiento como las grandes tecnológicas, mercados emergentes como India, activos alternativos –incluidos los bonos catástrofe que emiten las aseguradoras– y actualmente bonos gubernamentales y corporativos.

Pregunta. ¿Cómo interpretan las caídas del pasado lunes en las Bolsas?

Respuesta. El mercado ya sabe que el mes de agosto es más ilíquido porque hay menos operadores trabajando y siempre se precipitan los movimientos. El lunes lo que hubo fue una clara venta de las Bolsas, especialmente fuerte en Japón, tras salir un dato de empleo más débil de lo que se esperaba en EE UU, aunque nosotros no lo vemos como algo muy importante. Allí se exageró tras la subida de tipos decidida por el Banco de Japón. También hubo un movimiento fuerte de apreciación del oro. En definitiva, la causa fundamental fue el mercado descontando que la economía estadounidense no va a hacer un aterrizaje suave sino que puede haber recesión.

P. ¿Y usted qué cree?

R. En nuestra opinión, en Estados Unidos sigue habiendo un crecimiento más que razonable y la economía global tampoco está tan tocada como para que se produzca un cambio serio de tendencia. No creemos que nos vayamos a meter en recesión, pero sí que está bajando la actividad y nos podemos encontrar con un aterrizaje menos suave de la economía.

P. ¿Estas caídas en Bolsa pueden tener consecuencias en las decisiones de la Fed?

R. Estos comportamientos del mercado, que han empobrecido al accionista, probablemente vayan a forzar a la Fed a aplicar cambios y posiblemente en septiembre la bajada vaya a ser de 50 puntos básicos en vez de 25. Si no hay un deterioro de los beneficios, que no es nuestro escenario central, y en consecuencia de las valoraciones –que seguimos pensando que, excepto en el caso de las grandes tecnológicas, no son caras en general–, nuestra idea es no variar posiciones. Para aquellos clientes que tengan carteras en construcción, lo vemos más como una oportunidad que como un cambio de tendencia.

P. ¿Qué esperan de los resultados empresariales?

R. En general, en Estados Unidos están siendo mejor de lo esperado y en Europa también. Con lo cual, en el escenario que nosotros planteamos de aterrizaje suave muy probablemente las empresas van a ser capaces de cumplir las previsiones. Si eso lo unimos al inicio del proceso de bajada de tipos de interés y las valoraciones que no son excesivamente exigentes, no hay motivo para estar preocupados en renta variable. Y cuando digo poco exigentes me refiero a que si quitas a los siete magníficos, las valoraciones tanto en Europa como en Estados Unidos están por debajo de la media histórica.

P. Entonces, ¿no hay que tener a los siete magníficos en cartera porque están sobrevalorados?

R. Hay que tenerlos, aunque quizás no a todos. Hay que estar en tecnológicas porque es donde, verdaderamente, hay crecimiento. Están funcionando con unos multiplicadores muy exigentes, pero como tienen unas posibilidades de crecimiento tan fuertes, tener un porcentaje bastante alto de tu cartera en tecnología tiene sentido. En el largo plazo creemos en la inversión de crecimiento a un precio razonable, así que no nos importa tener empresas a precios altos si tienen un muy buen crecimiento.

P. ¿Ven interesante algún otro ­sector?

R. Ahora mismo está habiendo un proceso de cambio hacia empresas más pequeñas y, también, hacia compañías más cíclicas, debido a que el mercado está ya casi seguro de que se van a producir bajadas de tipos de interés.

P. ¿Cómo estructuran sus carteras de renta variable?

R. El mayor peso lo tenemos en Estados Unidos y, además, de una manera muy poco complicada, que es replicando el índice S&P, así que tenemos tecnología, salud o inmobiliario. Pero otro bloque importante es Europa. Ahí no están las empresas de mayor crecimiento a nivel mundial, pero la Bolsa europea tiene grandes multinacionales que participan del crecimiento mundial. Y, por último, en esa búsqueda de crecimiento tenemos emergentes, con una posición específica en India. Es de las Bolsas más caras que hay en el mundo, pero hay unas expectativas de mejora de resultados muy altas.

P. También tienen activos alternativos. ¿Qué tal están funcionando?

R. Este año nos está dando muy buen resultado el oro. Lleva una revalorización muy importante, apoyado además en que, cotizando en dólares, te da un porcentaje adicional. Y luego tenemos una serie de activos que intentan descorrelacionarse completamente del resto de la cartera, por ejemplo, los bonos catástrofe. Son poco conocidos, pero nosotros los tenemos en las carteras desde hace cuatro años. Si se produce, por ejemplo, un huracán en el golfo de México, es cuando sufren, y si no, están dando una rentabilidad muy buena. Además, el mercado no les afecta para nada: ni los tipos de interés, ni los resultados empresariales, etcétera.

P. En cualquier caso, ustedes actualmente están sobreponderados en renta fija.

R. Sí, tanto en Gobiernos como en corporativos. Los bonos del Gobierno los tenemos con cierta duración, o sea, con sensibilidad a los movimientos de los tipos de interés. En concreto, estamos en bonos periféricos en un fondo de alta duración, de siete años, aunque si los bonos del Gobierno siguen bajando en rentabilidad muy probablemente lo cambiemos a fondos de baja duración, también periféricos, porque esa parte va a ser la que, probablemente, baje más en el medio plazo, con la reducción de los tipos de interés de los bancos centrales. Es decir, tenemos Gobiernos después de muchísimos años en los que no veíamos ningún valor, pero lo cierto es que esperamos bastante más de los bonos corporativos.

P. ¿Cómo se posicionan en corporativos?

R. Tenemos un bloque muy fuerte de fondos conservadores de baja duración que tienen poca volatilidad pero que, en conjunto, con las grandes rentabilidades que ha habido durante estos últimos meses suelen tener un retorno a vencimiento de un 4,5% o un 5%. Y, luego, tenemos en menor medida bonos flexibles y corporativos de grado de inversión y alto rendimiento. Esto lo tenemos no tanto porque apostemos por una mejora de la calidad crediticia como porque tienen un atractivo altísimo desde el punto de vista de su rentabilidad histórica.

P. ¿Y cómo está funcionando esta estrategia en renta fija?

R. La renta fija ha sido muy complicada de manejar en el primer semestre, cuando había quien preveía hasta seis bajadas de tipos, aunque no nosotros. Se supone que esto es un activo que suele ser tranquilo, pero ha habido movimientos tremendamente fuertes. Ahora se ha normalizado un poco y si la inflación tiende a bajar, y también los tipos, esperamos un buen comportamiento.

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