¿Trump vuelve a la Casa Blanca? Lagarde: “Déjeme tomar un café”

La presidenta del BCE evita dar su opinión sobre una hipotética victoria del ex mandatario en las elecciones presidenciales de EE UU de noviembre

Republican presidential candidate and former U.S. President Donald Trump gestures during his Iowa caucus night watch party in Des Moines, Iowa, U.S., January 15, 2024. REUTERS/Evelyn HocksteinEVELYN HOCKSTEIN (REUTERS)

La presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, pudo vivir de cerca la primera presidencia de Donald Trump en Washington, cuando ella dirigía el Fondo Monetario Internacional, y tal vez por eso ha advertido sobre los peligros de un segundo mandato del empresario. Lagarde puede resultar divertida pero también muy seria.

Cuando Bloomberg Television le preguntó en Davos sobre las próximas elecciones estadounidenses, Lagarde hizo reír a la audiencia al levantar rápidamente su taza y decir: “Sí, déjeme tomar un poco de café”.

Pero luego, la presidenta del BCE continuó explicando lo complicado que será para los responsables políticos si Trump regresa al poder en 2025, añadiendo que, por supuesto, depende del pueblo estadounidense decidir quién liderará su país.

“Pero obviamente todos estamos preocupados porque Estados Unidos es la economía más grande, el país con mayor defensa en el mundo y ha sido un faro de democracia, con todas sus ventajas y desventajas”, dijo. “Tenemos que estar extremadamente atentos y anticiparnos, tal como lo hacemos con la inflación”.

Lagarde dijo que es necesario considerar todos los escenarios hipotéticos y que Europa debe mantenerse firme y no asumir que puede depender de presuntos amigos en todo el mundo porque eso puede cambiar. Las encuestas muestran que las elecciones de noviembre en Estados Unidos se perfilan como una revancha entre Trump y el presidente Joe Biden, quien lo derrotó en una reñida contienda de 2020.

La victoria del expresidente en los ‘caucus’ de Iowa lo refuerza como favorito indiscutible a la nominación para las presidenciales. La batalla en las asambleas de vecimos es solo el primer paso en la carrera de las primarias, pero supone un fuerte respaldo para el expresidente, que despeja su liderazgo entre las bases del Partido Republicano.

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