Una nueva etapa para el accionista de Telefónica
El anuncio de la compra de un 10% del capital de la teleco por la SEPI es digerida por el valor sin grandes movimientos en el corto plazo
La decisión del Gobierno de ordenar a la SEPI entrar en el capital de Telefónica con un 10% supone un vuelco en el accionariado de la teleco y la vuelta del Estado a una compañía de la que salió definitivamente en 1997, tras la privatización impulsada bajo la presidencia de Juan Villalonga y el Gobierno de José María Aznar.
El Estado pasa así a convertirse en el primer accionista de la compañía, en la que invertirá unos 2.000 millones de euros a través de la SEPI, y se coloca por delante de Saudi Telecom Company (STC), que cuenta ya con un 4,9% de forma directa y un 5% a través de deriv...
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La decisión del Gobierno de ordenar a la SEPI entrar en el capital de Telefónica con un 10% supone un vuelco en el accionariado de la teleco y la vuelta del Estado a una compañía de la que salió definitivamente en 1997, tras la privatización impulsada bajo la presidencia de Juan Villalonga y el Gobierno de José María Aznar.
El Estado pasa así a convertirse en el primer accionista de la compañía, en la que invertirá unos 2.000 millones de euros a través de la SEPI, y se coloca por delante de Saudi Telecom Company (STC), que cuenta ya con un 4,9% de forma directa y un 5% a través de derivados.
El Ejecutivo busca con ello contrarrestar la irrupción del fondo soberano de Arabia Saudí –desvelada a comienzos de septiembre tras meses de ir comprando en el mercado pequeños paquetes de títulos sin llamar la atención– y “dar estabilidad accionarial” ante la caída en Bolsa de la compañía.
La acción, que sube en el año un 4%, acumula una depreciación del 51% en los últimos cinco ejercicios cuando llegó a cotizar por encima de los 7,5% euros –el viernes cerró en 3,58 euros–.
El mercado no espera que la entrada de la SEPI en el capital, que podría extenderse durante entre dos y seis meses –se tarda un mes y medio en mover el 10% del capital de la teleco–, suponga un revulsivo en la evolución de la acción a largo plazo. Algo que sí podría llegar a verse en el corto plazo, según reconocen desde Bestinver.
El objetivo anunciado por la SEPI pasa por “llevar a cabo los trámites y actuaciones que permitan poner en marcha el proceso para, minimizando el impacto en la cotización, completar la adquisición del volumen de acciones necesario”.
Franco Macchiavelli, responsable de análisis de Admirals España, ve riesgos para el accionista, como la estabilidad en su capital, la influencia gubernamental en sus decisiones estratégicas y la volatilidad del mercado. De ahí que visualice “incertidumbre sobre el valor y la dirección futura de sus inversiones, así como la posible afectación de la rentabilidad esperada”.
Por lo pronto, a la subida del 3,2% registrada el miércoles por Telefónica tras conocerse la operación, le han seguido correcciones del 1,52% el jueves y del 1,08% el viernes. En cuanto al volumen negociado, la teleco movió en noviembre, último mes del que hay datos, 1.042 millones de euros, con una media diaria de 47,4 millones de euros. Un día después de conocerse la entrada de la SEPI el volumen cayó a 34,2 millones de euros y el viernes, a 10,4.
El primer paso del Estado pasa por encargar a un banco, o bancos, el inicio de las compras. Una tarea que, explican desde el sector, se repartirá previsiblemente entre todas las entidades que habitualmente colaboran con la SEPI a pro bono, entre las que se encuentran bancos internacionales y nacionales. Serán quienes se repartirán las comisiones por ejecución de las adquisiciones.
El respiro llega por el momento para los bonistas. La deuda senior con vencimiento en agosto de 2027 de la compañía cotiza al 77% del nominal, lejos del 140% que llegó a alcanzar a mediados de octubre.
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