Julius Baer apunta a una futura escasez de cobre y lo identifica como una buena oportunidad
Los expertos de la firma helvética resaltan que el mercado no ha prestado demasiada atención a las disrupciones en la oferta que vuelven a acechar a esta materia prima fundamental para la transición energética
El viejo refrán de “acordarse de Santa Bárbara cuando truena” no necesita demasiadas explicaciones sobre su significado. Algo parecido al sentido del refrán es lo que podría pasar en el mercado de cobre a no mucho tardar, según los expertos de la gestora suiza Julius Baer. En los últimos años, el mercado no ha prestado demasiada atención al lado de la oferta del cobre debido a unos notables aumentos de la producción minera de esta materia prima crucial en la transición energética. Como elemento clave del cambio hacia una economía más verde, su demanda en los mercados globales está llamada a au...
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El viejo refrán de “acordarse de Santa Bárbara cuando truena” no necesita demasiadas explicaciones sobre su significado. Algo parecido al sentido del refrán es lo que podría pasar en el mercado de cobre a no mucho tardar, según los expertos de la gestora suiza Julius Baer. En los últimos años, el mercado no ha prestado demasiada atención al lado de la oferta del cobre debido a unos notables aumentos de la producción minera de esta materia prima crucial en la transición energética. Como elemento clave del cambio hacia una economía más verde, su demanda en los mercados globales está llamada a aumentar a medida que se incrementan los esfuerzos en este sentido, mientras que la hasta ahora desapercibida oferta -por lo bien que ha respondido hasta el momento- amenaza con ser el detonante de esa futura tensión que mencionan los helvéticos.
“Las disrupciones vuelven a estar al alza”, advierten desde Julius Baer, “la reciente orden de cierre que se ha interpuesto sobre Cobre Panamá es un caso paradigmático”, prosiguen. El sólido aumento de la producción que ha llevado a que los mercados se olviden de la oferta de cobre se ha sustentado en una serie de expansiones de proyectos mineros y en la puesta en marcha de otros nuevos de gran tamaño. Uno de estos últimos, Cobre Panamá, ha encallado recientemente en los tribunales. Una disputa sobre la licencia del operador de la mina que se pactó entre la empresa y Gobierno panameño está detrás del revés.
En un primer momento, los royalties y los impuestos fueron el detonante del desacuerdo, poco a poco, los motivos para la falta de entendimiento se expandieron desembocando en protestas con raíces medioambientales, sociales y políticas. A comienzos de esta semana, el Tribunal Supremo de Panamá dictó sentencia en contra de la ley que amparó la firma del acuerdo, dejando así el futuro de la mina en el limbo. Según las últimas informaciones al respecto, la mina, salvo que un arbitraje internacional diga lo contrario, se dirige al cierre.
Pero no es el único golpe que ha recibido la oferta últimamente. Los trabajadores de Las Bambas, una de las mayores explotaciones de cobre de Perú, también esta semana anunciaron una huelga indefinida por los salarios. Esta mina ya tenía un historial de protestas, sobre todo, por parte de habitantes de la zona, quejándose por su elevado impacto medioambiental y por el bajo beneficio financiero que deja en el área.
“Vemos estas disrupciones como el preludio de una ralentización en la producción minera que se hará notar desde 2025 en adelante, lo que debería de empujar al mercado del cobre a una situación estructural de escasez de oferta al combinarse con la fuerte demanda derivada de la transición energética”, apuntan desde Julius Baer. Además, explican que este desajuste no solo es fruto de este tipo de problemática a la que ahora refieren, sino que también se sustentaría sobre un “prolongado periodo de menor inversión de la necesaria” y de una “relativa falta de descubrimientos de nuevos depósitos”.
A pesar de estos problemas en los que reparan los suizos, el mercado no ha reflejado en el precio del cobre estas preocupaciones hasta el momento. Los contratos de futuros de cobre a tres meses en el mercado londinense muestran que, en la actualidad, la tonelada se paga a unos 8.415 dólares, o lo que es lo mismo, a 8,41 dólares el kilo. La cifra es un 21,16% menor a los máximos de 10.674 dólares por tonelada que marcó en 2022, pero un 0,52% superior a los niveles en los que arrancaba 2023. Esto abre una ventana de oportunidad a ojos de los analistas.
“Esta desaceleración de la oferta es la clave de nuestra perspectiva positiva para el cobre en el largo plazo, ya que será el motivo del déficit estructural en el que entrará el mercado durante la próxima década. El mercado no tendrá el suficiente suministro, principalmente por los vehículos eléctricos, que mostrarán una fortaleza suficiente para compensar la titubeante demanda del sector inmobiliario chino. Todavía no ha sido puesto en precio por el mercado, puesto que, los inversores siguen mucho más preocupados por los persistentes problemas de China que por la potencial falta de lustre del suministro mundial”, advierten.
A mediados de noviembre, el Parlamento y el Consejo de la Unión Europea aprobaron la conocida como Critical Raw Materials Act, una normativa dirigida a que el club de los Veintisiete sea menos vulnerable a la hora de suministrarse de 34 materiales catalogados como “estratégicos” o “críticos”. Entre esos materiales que han sido etiquetados como estratégicos, se encuentra el cobre.
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