Euro digital, ‘¿eso se come?’ Solo un 5,6% de los establecimientos cree que será bueno y muchos lo desconocen
Una encuesta realizada por la empresa de gestión del efectivo Prosegur Cash entre más de 500 comercios españoles detecta que solo una minoría lo ve como algo positivo
El euro digital todavía tiene un largo camino por delante. Dos años de estudio dieron paso el 1 de noviembre a la fase de preparación de la que está llamada a ser una forma de dinero crucial en el futuro europeo, pero el desconocimiento y el escepticismo sobre la moneda todavía son muy grandes. Esta es la principal conclusión que se extrae de una encuesta publicada hoy por Prosegur Cash, empresa especializada en gestión del efectivo que ha pulsado el grado de aceptación y conocimiento del euro digital entre más de 500 negocios españoles.
“El sentimiento entre los comerciantes no es mayoritariamente positivo”, comienzan explicando. “En España, apenas un 5,6% de los encuestados consideran que la introducción de esta moneda electrónica será beneficiosa para sus negocios”, profundizan antes de poner de relieve que lo que también hay es un gran desconocimiento sobre el euro digital. En este sentido, 4 de cada 10 responsables, un 39,5% de los encargados, no saben cómo valorar el efecto que tendrá la llegada de este nuevo método de pago.
El 45,3% piensan que no tendrá impacto, ni positivo ni negativo, y un 9,7% opinan que la llegada del euro digital será negativa para su actividad. De esta forma, el estudio impulsado por la empresa de gestión de efectivo, apunta que los encuestados que piensan que va a ser algo malo duplican prácticamente a los que consideran que va a ser algo bueno.
“A través de la encuesta se han analizado establecimientos de diferentes sectores, como farmacias, gasolineras, loterías, estancos, restaurantes y pequeños (hasta 3 empleados) y medianos (entre 3 y 7 empleados) establecimientos de moda y alimentación. Los más optimistas son las estaciones de servicios y gasolineras (10,6%), seguidos de cerca por las farmacias (9,8%), mientras que los pequeños y medianos establecimientos de alimentación (20%) y las Loterías del Estado (14,5%) expresan mayor resistencia, con un porcentaje significativo que anticipa un impacto negativo”, detallan desde Prosegur Cash.
El euro digital es la respuesta del BCE ante la progresiva disminución del uso del efectivo. La máxima autoridad monetaria europea pretende con su creación mantener el statu quo entre dinero generado por el banco central, como es el efectivo, y el generado por entidades privadas, como es el dinero de las cuentas bancarias. Con su creación, las autoridades aspiran a ofrecer una especie de efectivo digital que combine lo mejor de ambos mundos, con la comodidad de pago de un medio electrónico y con la garantía de que es dinero avalado por el banco central.
Según las encuestas del Banco de España sobre uso del efectivo, no hay grandes cambios en su uso si se miran año a año, pero sí que se aprecia cuando se echa la vista atrás. En 2014, el efectivo era la forma de pago preferida para el 86% de la población. Ahora, la última encuesta, publicada el pasado mes de octubre, muestra que es usado a diario por el 65% de los que respondieron. Un bajón considerable en casi una década y que se prevé que continúe a medida que pasa el tiempo, ya que las nuevas generaciones están más abiertas a otros métodos.
En esa misma encuesta del mes de octubre, el Banco de España también preguntaba a ciudadanos y comercios sobre el euro digital. Entonces, en línea con las conclusiones arrojadas hoy por la investigación de Prosegur Cash, solo un 20% de la población general conocía esta nueva forma de dinero, mientras que en los establecimientos, el porcentaje era del 23%.
En el proceso de diseño, las autoridades han tenido que mantener un fino equilibrio para no desestabilizar el sistema financiero en su conjunto. Una de las características que tendrá el euro digital, de ser aprobado finalmente por las autoridades europeas para su despliegue como mínimo en 2025, es la de un límite a la tenencia que los individuos pueden tener en euros digitales. Este límite no afectaría a la usabilidad, ya que la cuenta en euro digital estaría ligada a la bancaria y se podrían hacer pagos incluso que superasen el límite. Esta limitación se ha pensado con el objetivo de evitar fugas de depósito que pudieran desestabilizar a la banca.
Según una reciente entrevista que CincoDías mantuvo con Ignacio Terol, jefe de producto del euro digital en el BCE, los comercios, a diferencia de las personas, tendrían un límite de 0 euros digitales, por lo que, cuando recibieran un pago en esta nueva forma de dinero, automáticamente se convertiría en dinero de cuenta bancaria tradicional.
Que el desconocimiento sea la tónica general respecto al euro digital es comprensible, ya que el euro digital acaba de abandonar la fase de diseño y de entrar en la fase de preparación. No será hasta más adelante cuando se intensificarán las campañas de comunicación al respecto de este nuevo método de pago.
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