Ignacio Terol (BCE): “Sin un euro digital, dependeremos cada vez más de sistemas de pago no europeos”
El jefe de producto del euro digital en el BCE defiende la importancia de ganar autonomía en medios de pago, que la zona euro ahora ‘alquila’ a compañías privadas. Contempla limitar la tenencia del euro digital para evitar fugas bancarias
Ignacio Terol trabaja en el BCE como jefe de producto del euro digital. La Unión Europea impulsa esta nueva versión del dinero que el pasado 1 de noviembre entró en la conocida como “fase de preparación”. Terol cuenta con una dilatada experiencia en el BCE tras 24 años a caballo entre Alemania y España. Antes de que el euro digital empezara en octubre de 2021, Terol ya dirigía el equipo de innovación que ha diseñado el proyecto. Anteri...
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Ignacio Terol trabaja en el BCE como jefe de producto del euro digital. La Unión Europea impulsa esta nueva versión del dinero que el pasado 1 de noviembre entró en la conocida como “fase de preparación”. Terol cuenta con una dilatada experiencia en el BCE tras 24 años a caballo entre Alemania y España. Antes de que el euro digital empezara en octubre de 2021, Terol ya dirigía el equipo de innovación que ha diseñado el proyecto. Anteriormente, fue responsable de la evolución de los servicios del Eurosistema en el área de infraestructuras de mercado y director de evolución de Target Instant Payment Settlement (TIPS), entre otras funciones que ha desempeñado. Ante esta nueva forma de dinero en la que trabaja Terol, la primera pregunta es casi obligada.
Pregunta: ¿Para qué es necesario un euro digital?
Respuesta: Las preferencias de medios de pago de los ciudadanos cambian con el tiempo. Históricamente, las autoridades monetarias siempre han tratado de ajustar la forma que toma el dinero que emiten para que responda a esas preferencias. Dado que el efectivo cada vez se utiliza menos como medio de pago, el Eurosistema considera complementar los billetes con un euro digital que combinaría las características más preciadas del efectivo con las ventajas de los pagos digitales.
P: ¿Qué es el euro digital?
R: El euro digital sería la evolución del dinero que ofrece el Eurosistema, ajustada a un mundo digital donde cada vez más se usa el móvil para pagar. Queremos asegurarnos de que el consumidor que quiera pagar en efectivo pueda hacerlo, pero también facilitar que el que prefiera usar un método electrónico tenga la opción del euro digital. La decisión siempre será del consumidor. En ningún caso se impondrá un método de pago por encima de otro. Ahora mismo la eurozona está fragmentada en cuanto a los medios de pago: algunos sirven para hacer pagos entre personas, pero no necesariamente en comercios y viceversa. Un euro digital ofrecería esta versatilidad y podría usarse en cualquiera de estas situaciones en toda la zona euro.
P: ¿Qué no es?
R: El euro digital no tiene nada que ver con los criptoactivos. Un euro digital es un medio de pago para compras del día a día. En cambio, difícilmente se aceptarían criptoactivos para comprar el pan. A diferencia de los criptoactivos, el euro digital no sería una herramienta de inversión. De hecho, la idea es que los usuarios no puedan acumular gran cantidad de euros digitales.
P: ¿Por qué habrá límite a la tenencia de euros digitales?
R: Para mantener el equilibrio saludable que ha existido durante décadas entre los depósitos bancarios y el dinero que emite el banco central. Este equilibrio se basa en el derecho de la gente de convertir sus depósitos a la vista en efectivo en cualquier momento. Sin embargo, este proceso de conversión no es habitual debido al riesgo de pérdida o robo que conlleva tener grandes cantidades de dinero. En un contexto digital donde la demanda de efectivo disminuye, un límite a la tenencia aseguraría el mantenimiento de ese equilibrio. Todavía falta acordar la cifra límite pero hay consenso en Europa que es necesario establecerla para facilitar el crédito bancario a familias y empresas así como la estabilidad de nuestro sistema financiero.
P: ¿Y no afectará esto a su uso?
R: Un límite de tenencia no implica que los pagos que se puedan hacer estén sujetos a ese límite. Los usuarios tendrán la posibilidad de vincular sus cuentas de euros digitales con sus cuentas corrientes bancarias. Imagina que tengo 50 euros digitales, pero quiero hacer un pago de 100 euros. En ese caso, los 50 euros restantes saldrían automáticamente de la cuenta corriente vinculada.
P: ¿Qué papel jugará la banca?
R: Los bancos y proveedores de servicios de pago serían distribuidores necesarios, tanto de efectivo como de euro digital. Mantendrían la relación con sus clientes y validarían sus pagos, como hacen hoy. El Eurosistema emitiría los euros digitales y mantendría el registro, pero no podría ver cuántos euros digitales tiene ninguno de nosotros o quien paga a quien. Sólo el banco o proveedor de pago que elige cada persona tiene la “llave” que identifica quienes son sus clientes en el registro del Eurosistema. La propuesta legislativa de la Comisión Europea prevé que los bancos tengan que ofrecer euros digitales a los clientes que lo soliciten y al mismo tiempo obtengan incentivos adecuados para ofrecerlo.
P: ¿Qué tipo de incentivo?
R: Obtener una compensación equiparable a la que reciben cuando sus clientes pagan con tarjetas de débito, sin tener que pagar a compañías no europeas por usar sus productos de pago. En tanto que un euro digital sería dinero de curso legal, igual que los billetes de euro, el Eurosistema no cobraría a los bancos ninguna tasa. La competencia entre bancos debería trasladar parte de este ahorro a los comercios. De alguna manera, en Europa estamos alquilando, por así decirlo, los medios de pago. Somos mucho más dependientes de compañías de pago extranjeras que otras regiones del mundo como EE UU, China o Japón. De cara a posibles tensiones geopolíticas, nos parece importante que Europa tenga su propio medio de pago digital sin depender de compañías extranjeras.
P: ¿Qué pasará con el efectivo?
R: La oferta de efectivo se mantendrá y la propuesta legislativa de la Comisión Europea favorece que, quien quiera seguir pagando en efectivo, tenga derecho a hacerlo. Un nuevo medio de pago no elimina el anterior. El euro digital no reemplazaría el efectivo, sólo lo complementaría.
P: ¿Cómo podría utilizarse el euro digital de cara a la política monetaria?
R: Igual que los billetes, el Eurosistema no tiene intención de remunerar el euro digital. La demanda de efectivo es una de las variables que se tienen en cuenta al implementar la política monetaria y la demanda de euros digitales sería también tenida en cuenta.
P: ¿Cómo funcionaría la masa monetaria?
El euro digital, sería M0 igual que el efectivo, pero en carácter digital. Como habrá un límite en la tenencia de euros digitales, sería de esperar que el impacto en la masa monetaria fuera limitado. En cualquier caso, los usuarios siempre podrán convertir su dinero, ya sea en efectivo o procedente de una cuenta corriente, a euros digitales y viceversa.
P: ¿Y qué hay de la aplicación del límite en los comercios?
R: Los comercios tendrían en principio un límite 0 de euros digitales. En el momento en que un comerciante recibiera un pago en euros digitales, el importe se transformaría de manera automática en dinero bancario.
P: ¿Se podría pagar en euro digital sin conexión a internet?
R: Se podrían hacer pagos offline con euros digitales. Por ejemplo, podría tener 100 euros digitales almacenados en un chip dentro de mi móvil y hacerte un pago en mitad de la montaña sin que ninguno de los dos tuviéramos conexión. Los pagos irían de chip a chip y no los vería ningún banco, lo que ofrece el mismo grado de privacidad que puede tener el efectivo hoy. Los bancos sólo verían la carga y descarga del chip, al igual que hacen hoy en un cajero automático.
P: Imprimir un billete falso puede ser difícil, ¿pero qué hay de engañar a un chip?
R: Nos aseguraríamos con el proveedor de servicios offline que no pudiera haber ninguna manera de crear un euro digital de forma ilícita.
P: ¿Cuál es el precio de no impulsar el euro digital?
R: El precio es que nos hacemos cada vez más dependientes de grandes empresas extranjeras, ubicadas fuera de la zona euro. En tanto que el uso del efectivo, que es el dinero soberano europeo, disminuye, aumentamos nuestras dependencias sobre proveedores extranjeros para algo tan importante como es el dinero.
P: ¿Cómo piensa el BCE favorecer la adopción del euro digital?
R: Parte de ello serán campañas de información para concienciar sobre las posibilidades que brindaría el euro digital. Por ejemplo, para los ciudadanos ofrecería una opción de pago que ofrece la seguridad de que será aceptado en cualquier tienda (física y online) en toda la zona euro.
P: ¿Podría pagar con mi cuenta de euros digitales en Polonia?
R: El euro digital sería solo para pagos en euros. Tú no puedes pagar en billetes de euro en Polonia salvo que lo acepten en el establecimiento. Para que los polacos tuvieran acceso al euro digital, las autoridades del país tendrían que aprobarlo. No vamos a intentar imponer, por una cuestión de soberanía monetaria, el uso del euro digital en otros países. Dependerá de los acuerdos a lo que se pueda llegar con terceros países. Sería posible, pero en el largo plazo.
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