Bolsa

Wall Street afronta la peor campaña de resultados desde el estallido del Covid

Se espera que el beneficio a marzo caiga un 6,8%, en su segundo trimestre a la baja

Belén Trincado Aznar

Los inversores se enfrentan a una nueva prueba de fuego. A la inquietud por la inflación y la política monetaria se sumará en las próximas jornadas la campaña de resultados. Con las Bolsas intentado recuperarse del susto generado por la banca regional estadounidense, las cuentas de los tres primeros meses pueden ser claves para determinar la tendencia del mercado en las próximas semanas y para medir el impacto en los negocios de meses de un precio del dinero cada vez más alto.

El viernes JP Morgan, Citigroup y Wells Fargo serán las encargadas de dar el pistoletazo de salida. La sacudida bancaria de las últimas semanas ha acelerado el recorte de las estimaciones. Los analistas consultados por Factset esperan que el beneficio neto de las firmas del S&P 500 caiga un 6,8% interanual en el primer trimestre, que será el segundo consecutivo de descensos. Además se trataría del mayor retroceso en beneficios desde el segundo trimestre de 2020, cuando el Gran Confinamiento provocó un desplome de los beneficios del 32%. Como señalan desde Macroyield, los analistas han empezado a incluir en sus modelos una desaceleración económica más acusada y condiciones financieras más restrictivas

La caída de los beneficios cuestiona la continuidad de las subidas de la Bolsa. Los inversores han afrontado grandes desafíos en los últimos meses y ahora llega el turno de ver si los fundamentales sirven para sustentar unas ganancias que en el S&P 500 rozan el 7%. Las valoraciones son muy exigentes. Las firmas del S&P 500 cotizan con un PER a 12 meses de 18 veces, por encima de la media de los últimos 10 años de 17,3 veces.

Junto a la caída de beneficios, el consenso espera una moderación del ritmo de crecimiento de los ingresos. Aunque hasta el momento los consumidores han sido capaces de asimilar el alza de los precios gracias a los ahorros acumulados durante los momentos más duros de la pandemia, los bolsillos empiezan a resentirse. El consenso espera que los ingresos crezcan un 1,8%, el menor aumento desde el tercer trimestre de 2020. La inflación y la menor capacidad de seguir repercutiendo los costes a los clientes complica el margen de maniobra de las empresas para mantener unos márgenes que pese a las condiciones económicas actuales continúan siendo muy elevados.

Los inversores se encomiendan, más que a unas sorpresas positivas que apenas se esperan, a que sencillamente se cumplan las previsiones. “No esperamos grandes sorpresas positivas durante la campaña, ni que estas vayan a tener un gran impacto en las cotizaciones, con los inversores más sensibles y temerosos respecto a las perspectivas económicas futuras”, destacan desde Macroyield.

Pero más que a las cifras en sí que se publiquen, los expertos consideran que serán clave las previsiones que den a conocer las empresas para los próximos meses. Juan José Fernández-Figares, director de análisis de Link Gestión, considera que del mayor o menos optimismo que muestren las cotizadas va a depender en gran medida el comportamiento de las Bolsas. Esto siempre es determinante, pero en un entorno de inestabilidad económica como el actual su trascendencia es aún mayor.

Hasta la fecha las estimaciones de beneficios para el segundo semestre siguen siendo halagüeñas. En lugar de caídas, el consenso de Factset espera de momento un crecimiento de los beneficios del 1,2%, algo que desde Macroyield miran con recelo y califican de exceso de optimismo. “El recorte de las estimaciones para el conjunto del ejercicio ha sido más liviano que los registrados para el primer trimestre. Además, se espera que ya desde el tercer trimestre se registren nuevos récords de beneficios por acción a pesar de las peores perspectivas económicas”, apuntan.

Con la banca en el punto de mira

Bancos. Los inversores analizarán con lupa las cuentas de la gran banca, un sector que se anticipa a los problemas que podrían estar sufriendo las firmas no financieras. Pero más que las grandes entidades, los inversores estarán pendientes de los bancos regionales. Tras la salida de depósitos de las últimas semanas los inversores no han terminado de recuperar la confianza, lo que hace aún más relevantes las cifras que publiquen.
Consumo. Los datos que den a conocer las cotizadas vinculadas al consumo ayudarán a que los inversores se hagan una idea aproximada para saber si las expectativas de inflación han disminuido.
Tecnología. Las expectativas de tipos más bajos han sido un balón de oxígeno para las firmas tecnológicas. Aunque una política monetaria más suave sirve de impulso a estas cotizadas, los inversores estarán pendientes del impacto de los despidos que vienen produciéndose en un sector que creció de manera exponencial durante el confinamiento.


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