El presidente de Abanca asegura que la regulación se come el 20% de sus márgenes

Juan Carlos Escotet sostiene que Europa pierde competitividad y se enfrenta a la fuga de capitales como consecuencia de ello

Juan Carlos Escotet, presidente de Abanca. CEDIDASATRAPA

“Mi máxima prioridad y preocupación para los próximos años es la hiperregulación”, ha reconocido Juan Carlos Escotet, presidente de Abanca en el VII Congreso de Directivos de la APD (Asociación para el Progreso de la Dirección) que se celebra hoy y mañana en Santiago de Compostela. “En nuestro negocio, el 20% del margen generado por intereses y comisiones se consume en costes de regulación, supervisión y ahora con impuestos específicos a la banca. Esto es una rémora que drena capital, drena recursos, drena capacidad de otorgar crédito y claramente hace perder competitividad. Y tiene consecuencias más graves aún: la fuga de capitales de Europa hacia otros bloques económicos de más de 250.000 millones de euros anuales, es decir, el 1,8% del PIB”, ha añadido.

Escotet señala que no sólo es un problema del sector bancario, sino que atañe a todos los demás, tal y como han puesto de manifiesto los informes Letta y Draghi. “Tenemos que revertir la máxima de que Estados Unidos innova, China produce y Europa regula”, ha declarado. Sin embargo, el presidente de Abanca cree que “la integración europea está siendo una quimera porque no somos capaces de tener ni siquiera reglas contables y fiscales comunes que faciliten este proceso de integración”.

El ejecutivo de Abanca ha reconocido que el riesgo geopolítico se ha acentuado en los últimos años. En un mundo donde conviven 50 guerras en la actualidad, cada vez va a ser más difícil de gestionar por parte de las empresas. Además, la victoria de Donald Trump en Estados Unidos ha cambiado el tablero de juego. A juicio de Escotet, la globalización va a continuar, pero de una manera híbrida. “Y sus consecuencias nos tienen que mantener alerta”, ha dicho. Cree que puede haber rebrotes inflacionistas, está preocupado por las diferentes velocidades a las que Estados Unidos, China y Europa afrontan el cambio climático, “que empieza a generar tensiones”, y en el sector financiero considera que “la aproximación que hacen los reguladores con los objetivos que se están estableciendo a la banca en temas de sostenibilidad puede entrar en tensión con el objetivo principal del Banco Central Europeo de mantenernos en entornos de inflación del 2%”.

La queja por la excesiva regulación europea y española ha centrado las intervenciones de los ejecutivos en el congreso, donde los directivos han pedido que se les deje hacer. Es el caso del presidente de la compañía logística Ontime, Alberto Terol: “Hay que decir que existe una hipertrofia regulatoria y legislativa porque si no Europa se va al garete”. En un momento en el que el informe Letta ha señalado que el continente necesita invertir 800.000 millones de euros para ser competitivo, ”el ambiente regulatorio no favorece esta inversión”. De hecho, según Alejandro Beltrán, presidente de McKinsey en España y Portugal, hay inversiones que no se están realizando en España por falta de confianza en el entorno. “Carecemos de seguridad jurídica”, según Elena Pisonero, presidenta de la consultora Taldig.

A nadie se le escapa, además, que las tensiones geopolíticas van a seguir ahí. Y son uno de los grandes riesgos a los que se enfrentan las compañías porque, como ha declarado con humor Mira Milosevich-Juaristi, investigadora principal del Real Instituto Elcano: “La geopolítica ha hecho una opa hostil a la economía”. No en vano, el 85% de las empresas consideran el tablero de juego internacional muy importante para su actividad, según el presidente de Amper, Pedro Morenés.

Laura González-Molero, presidenta de la APD, que ha congregado a 1.800 directivos en el encuentro titulado La nueva empresa global, ha señalado que los directivos son los nuevos referentes de la sociedad. “En nuestro ADN está generar valor, riqueza y trabajo”, ha subrayado.

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