Rusia intenta tomar el control del mercado de trigo expulsando a los titanes del sector

Cargill y Viterra, dos de los mayores actores en el comercio mundial de la crítica materia prima, han anunciado que dejarán de exportar trigo desde Rusia fruto de la creciente presión desde Moscú

Imagen de archivo de una planta de Cargill.Agencia Getty (SOPA Images/LightRocket via Gett)

La guerra de Ucrania tiene múltiples frentes. Mientras la lucha se enquista en el este del país agredido, en el frente económico, Rusia sigue maniobrando para ganar un mayor control sobre las cadenas mundiales de suministro alimentario con el fin de posteriormente usarlo en su beneficio. El mercado mundial de alimentación pasa por unas pocas manos privadas en eslabones clave de la cadena y, ahora, según detalla Bloomberg, dos de estos actores, Cargill y Viterra, han anunciado que dejarán de comprar trigo en el país para su posterior exportación. La agencia estadounidense informa de que otros de estos titanes también estarían estudiando realizar movimientos similares.

La salida de Cargill y de Viterra implica que Rusia, el mayor exportador de trigo del planeta, tendrá más control sobre sus cargamentos de comida y mayores ingresos gracias a ellos. La posición de dominancia de Rusia en el mercado global de trigo se evidenció con la guerra, con los precios disparados a lo largo del año pasado en medio de interrupciones en las cadenas de suministro. “Archer-Daniels-Midland también estaría sopesando eliminar el grueso de sus operaciones en Rusia, según fuentes cercanas a la situación. Otra empresa que está pensando reducir su presencia en el país es Louis Dreyfus, según reportó Kommersant”, escriben desde Bloomberg.

En 2021, último año del que hay datos de exportación desglosados por países en el Observatory of Economic Complexity, Rusia exportó trigo por valor de 8.920 millones de dólares. En porcentaje sobre el total de exportaciones mundial, el World Economic Forum cifra el peso de Rusia en alrededor del 13,1% de todo el comercio mundial de trigo. En el lado opuesto de la balanza, Egipto es el país más dependiente de las importaciones para alimentar a su población. La ofensiva corporativa deja varias cuestiones en el aire. A continuación, los puntos clave de la situación.

¿Por qué las compañías como Cargill o Viterra salen de Rusia?

Cargill y Viterra han estado bajo presión para abandonar sus activos en Rusia desde al menos el pasado mes de diciembre, cuando una serie de figuras prominentes de este sector dentro del país, incluyendo gobernadores de las principales regiones productoras, pidieron al Kremlin limitar la “influencia extranjera” en el mercado alimenticio ruso.

Intermediarios financiados por el Gobierno de Putin han estado acaparando cada vez más cuota de mercado a medida que el presidente ruso ponía el foco en fomentar la soberanía alimentaria y las exportaciones de trigo se convertían en una herramienta más de poder geopolítico. Mientras facilitaba con una mano la operativa de firmas rusas, con la otra, Moscú ha ido poniendo cada vez más impedimentos a las multinacionales del sector en forma de burocracia, según cuenta a Bloomberg gente conocedora de la situación.

Andrey Sizov, director general de la firma de análisis SovEcon, apunta a que es probable que se haya presionado a las multinacionales a tomar la decisión de salir antes de la nueva temporada exportadora de trigo, que llegará en mayo.

¿Qué implica para la cadena mundial de suministro?

La salida de las multinacionales dejaría en manos de empresas rusas financiadas por el Gobierno la mayoría del mercado, dando acceso a más ingresos para las arcas públicas en un momento en el que Rusia necesita el dinero para financiar su maquinaria de guerra.

Por otro lado, Rusia tendrá más fácil usar el trigo como un arma más. “Damos por sentado que es mucho más sencillo controlar los flujos de exportación usando empresas locales si las autoridades así lo desean”, comenta Sizov. Entre los principales compradores de Rusia están los países de Oriente Medio y África, naciones que han evitado criticar con firmeza la invasión en Ucrania.

“Si el Gobierno ruso asume el control, esto supone más riesgo para el mercado. Hasta que Rusia demuestre que es fiable en este aspecto, es un suministrador bajo sospecha, incluso si todo sigue como hasta ahora”, refiere a la agencia estadounidense Matt Ammermann, un gestor de riesgo en la compraventa de materias primas de la firma StoneX.

¿Qué significa esto para los precios y flujos comerciales?

El ministro de agricultura ruso, Dmitry Patrushev, ha afirmado que estos cambios no tendrán impacto en los niveles de exportación del país, pero los comerciantes de trigo mundiales observan en busca de señales de intentos de influir en los precios o en las condiciones de negociación. Se esperan más acuerdos bilaterales entre Gobiernos.

OZK, una compañía respaldada por el Kremlin, ya ha firmado varios contratos con socios turcos y se comprometió el año pasado a “eliminar completamente el papel de los intermediarios internacionales y trabajar de forma directa con los países importadores”.

Con todo, Viterra y Cargill, las dos únicas firmas que por ahora han anunciado su cese de operaciones, manejaban alrededor del 14% de las exportaciones de trigo de Rusia, con lo que una parte mayoritaria seguirá por el momento como hasta ahora.

¿Quiénes son los principales perdedores?

En su artículo, la agencia estadounidense Bloomberg identifica a los granjeros rusos como los principales perjudicados al perder posibles compradores y la competencia por hacerse con su trigo. No obstante, aunque Bloomberg no lo mencione, estos titanes del comercio mundial también son damnificados al perder acceso al mercado del mayor exportador de trigo mundial.

En el caso de Cargill, lo que la empresa llama “resultados de 2022″ no hace mención alguna a los ingresos, beneficios o exposición del grupo al conflicto, sino que se centra en resaltar la sostenibilidad de la firma. No es así en el supuesto de Viterra, que sí que da más detalles sobre su negocio. En la nota 30 de su resultado anual, Viterra analiza profusamente el impacto del conflicto en su compañía.

“El 24 de febrero de 2022, Rusia invadió Ucrania, iniciando un conflicto que todavía perdura. Viterra tiene operaciones comerciales y activos en ambos países. La dirección sigue atentamente la situación de forma continua. Viterra ha puesto en marcha un plan integral de gestión de riesgos, que prioriza la seguridad de sus empleados en Ucrania”, comienza explicando la empresa.

Durante los 12 meses que finalizaron el 31 de diciembre de 2022, las operaciones de Viterra en Ucrania se vieron afectadas negativamente. Esto resultó en una reducción de los ingresos netos de Viterra de 39 millones de dólares. El año pasado, este gigante tuvo unos ingresos globales por valor de 52.000 millones de dólares y obtuvo un resultado neto de 1.043 millones de dólares. “La continuación del conflicto puede tener efectos adversos adicionales. A 31 de diciembre de 2022, Viterra tenía en Ucrania unos activos totales valorados en 275 millones de dólares (aproximadamente el 1% de los activos globales del Grupo) y un pasivo total de 44 millones de dólares (menos del 1% del pasivo total del Grupo)”.

En cuanto a Rusia, a 31 de diciembre de 2022, Viterra tenía allí activos totales por valor de 495 millones de dólares, incluidos 54 millones de dólares de efectivo y equivalentes de efectivo (aproximadamente el 2% de los activos totales del Grupo) y pasivos totales por valor de 495 millones de dólares (aproximadamente el 2% de los pasivos totales del Grupo).

“Teniendo en cuenta lo anterior, la dirección no cree que la incertidumbre derivada del conflicto afecte a la capacidad de la Sociedad para continuar como empresa en funcionamiento”, concluía Viterra en su informe anual.

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