Fainé: “Tengo más de 80 años y sigo estudiando como cuando tenía 13 y empecé a trabajar”
El presidente de Telefónica, Jose María Álvarez Pallete, llama a desregular el sector de las telecomunicaciones para afrontar la revolución tecnológica con la inteligencia artificial
El presidente de la Fundación la Caixa, Isidro Fainé, ha instado a empresarios y directivos, jóvenes y sénior, a poner el foco en la formación para abordar los grandes retos del mundo económico del futuro, en especial la inteligencia artificial. Y él mismo, uno de los directivos más sénior de las grandes empresas españolas, se ha puesto como ejemplo: “Tengo más de 80 años y sigo estudiando como cuando tenía 13 y empecé a trabajar”.
Fainé, que es también presidente de la Fundación CEDE, ha clausurado este jueves la vigésimo tercera edición del Congreso de Directivos que organiza esta fundación. El tema de esta cita —que ha reconocido que se lo sugirió el año pasado la presidenta del BEI, Nadia Calviño— ha sido la inteligencia artificial. El marco, la ciudad de A Coruña, era el idóneo, puesto que la ciudad alberga la Agencia Estatal de Supervisión de la Inteligencia Artificial, y es además la ciudad de la que es oriunda la propia Calviño. La exvicepresidenta reconoció durante su intervención que el año pasado, cuando aún estaba en el Gobierno, fue ella quien sugirió a Fainé la ciudad para esta edición. Una muestra más de la cercanía del mundo Caixa y el Ejecutivo en estos meses.
El presidente de la Fundación la Caixa se refirió, por tanto, a este reto como parte central de su discurso. En este contexto reclamó a los directivos presentes abrazar la innovación, así como invertir en formación y educación de las próximas generaciones. Así, ha propugnado el intercambio de conocimiento entre generaciones, para que sea “una realidad estimulante en nuestras empresas”.
Por lo tanto, Fainé ha reclamado una visión ética del diseño y usos de la inteligencia artificial, con las personas en el centro, así como la importancia de contar con “marcos regulatorios robustos”, que no lastren la competitividad de las empresas españolas y europeas. En ello, ha reclamado controlar los riesgos y las amenazas, pero que no impidan aprovechar las oportunidades.
Igualmente, Fainé ha hecho una defensa del papel de los empresarios y directivos en la sociedad. Ha afirmado que son esenciales para garantizar el progreso. “El verdadero motor de una economía libre y progresista está formado por directivos que sepan llevar a cabo sus proyectos”, ha sostenido.
El acto lo ha clausurado el rey Felipe VI, quien también se ha referido al reto de la inteligencia artificial, para el que ha reclamado “estar muy alerta y reflexionar sobre cómo aprovechar bien y a tiempo” este recurso, además de aprender a aplicar estos cambios en las organizaciones y el uso responsable de la tecnología.
El monarca ha ponderado el papel de los directivos para afrontar este cambio. En primer lugar, por su rol paar identificar dónde y cómo implantar la IA en sus empresas. En segundo lugar, ha puesto el acento en la “mentalidad de aprendizaje continuo” de los empresarios, necesaria aplicar efectivamente esta tecnología. Y finalmente ha pedido un uso responsable de ella.
Pallete y Reynés, ante la inteligencia artificial
Sobre el reto de la inteligencia artificial también han debatido el presidente de Telefónica, Jose María Álvarez-Pallete, y el de Naturgy, Francisco Reynés. Pallete ha urgido a la necesidad de que Europa recupere el tren de la innovación, que perdió en favor de EE UU y China. Para ello, ha argumentado que la regulación actual del sector de las telecomunicaciones “es del siglo pasado”.
“No estoy pidiendo que nos ajusten la regulación, nos tienen que desregular. Yo compito con gente nueva que no está regulada. Europa tiene una oportunidad, pero pasa por desarrollar una política industrial que pase por la industria. Es una nueva revolución industrial, en la que se vuelven a repartir nuevas cartas de juego”, ha sostenido.
En cuanto a cómo afronta el cambio el sector de las telecomunicaciones, ha resaltado el cambio que ha afrontado Telefónica para apagar sus redes antiguas y desplegar otras nuevas que puedan soportar el reto de la inteligencia artificial y esta nueva revolución tecnológica.
Para Reynés, es clave en este sentido el reto de las energéticas para suministrar las elevadas cantidades de energía que reclaman estas innovaciones tecnológicas y ha asegurado que una búsqueda en Google consume 10 veces menos de energía que una en Chat GPT, así como que el 5% de toda la energía que consuma Europa para 2030 atenderá las necesidades de los centros de datos.
Por tanto, el máximo responsable de Naturgy ha identificado como el principal cuello de botella que afronta su sector la generación eléctrica. No solo con la apertura de nuevos parques fotovoltaicos o eólicos, sino que también ha incidido en la necesidad de invertir en redes eléctricas. “Hay que llevar la energía a casa de cada cliente y a cada empresa” ha explicado. Y ha reclamado políticas energéticas que incentiven esas inversiones necesarias en redes, para que estas dupliquen su capacidad en los próximos años.
Con respecto al desarrollo de la inteligencia artificial, Reynés ha puesto el foco en que cada empresa identifique los cuellos de botella a los que puede ayudar esta tecnología. Pero también abordar la cuestión ética y dotar de un marco legal para abordar esta herramienta. “Citaré a un gran pensador del siglo XXI, Spiderman. Dijo que tener un gran poder conllevaba una gran responsabilidad. La inteligencia artificial es un gran poder y eso conlleva una gran responsabilidad”, ha resumido.
También del sector energético ha intervenido en el foro Luis de Valdivia, presidente de Ecoener, quien ha reclamado un marco estable y adecuado, así como seguridad jurídica, para desarrollar el negocio. “Para que la economía europea sea más competitiva y crezca a buen ritmo, tal y como reclama el informe Draghi, se tiene que apoyar en una energía barata y en un alto grado de seguridad jurídica a muy largo plazo; de lo contrario, esos objetivos no se alcanzarán”, ha sostenido.