Iberdrola vs. Repsol: ocho horas para dejar vista para sentencia una demanda histórica por publicidad engañosa
El juicio, en el que han comparecido cuatro peritos propuestos por las empresas, se ha celebrado en una sala de la Audiencia de Cantabria ante la alta expectación
El “visto para sentencia” llegaba a las cinco menos cuarto de la tarde de este jueves. Las palabras eran pronunciadas por el magistrado Carlos Martínez de Marigorta Menéndez tras estar casi ocho horas escuchando hablar sobre ecopostuero, o dicho en otras palabras, la “publicidad engañosa” que según Iberdrola ha llevado a cabo Repsol para decir al mercado que es “líder en la transición energética”. Así, el titular del juzgado de lo mercantil número 2 de Santander daba por finalizado el procedimiento que en febrero iniciaba la eléctrica presidida por Ignacio Sánchez Galán, cuando demandó a la compañía de la competencia.
La unión de ambas empresas del Ibex para luchar contra el impuesto a las energéticas no ha servido de tregua en su pugna por ponerse a la cabeza de la transición ecológica. El ecopostureo, el blanqueo ecológico o greenwashing ha servido de excusa para ambas empresas para intentar desprestigiar al otro. Las denuncias en Autocontrol se han presentado desde ambos lados, pero ahora el asunto se ha elevado a los tribunales. Iberdrola aprovechó la última sanción impuesta por el regulador de la industria publicitaria de Reino Unido para iniciar la vía judicial por competencia desleal.
La cita de este jueves no era la primera para los abogados de Iberdrola y Repsol, aunque quizá sí la más importante. En julio, se reunieron con el juez para celebrar una audiencia previa, en la que se acotaron los términos de la vista oral y se determinaron los peritos que este jueves desfilarían. Cuatro meses después tuvo lugar el cara a cara definitivo y desde las nueve en punto de la mañana —y sin parar para comer, ya que solo se hizo un receso de cinco minutos—, se estuvo analizando si tres campañas publicitarias que Repsol lanzó en 2023 y 15 mensajes publicados en su web corporativa han llevado a la confusión a los consumidores.
El juicio tuvo lugar en Santander porque así lo eligió Iberdrola. La Ley de Enjuiciamiento Civil da la opción de interponer la demanda allí donde las empresas denunciadas tiene su sede. En este caso, la demanda va dirigida contra la matriz, que reside en Madrid, pero también contra dos filiales, donde una de ellas (la comercializadora de electricidad y gas, formada por la cartera de clientes que adquirió en 2018 al comprar activos de Viesgo) tiene su sede en la ciudad cántabra. De este modo, la eléctrica ha jugado la baza del tiempo, pues ha logrado que en algo más de ocho meses el caso quede visto para sentencia, lo que hubiese sido prácticamente imposible en los órganos judiciales de la capital, que tienen mayor volumen de trabajo.
“Parece que va a llover”, fue uno de los comentarios que se escuchó en el pasillo de los juzgados, donde abogados (que se han trasladado desde Madrid), periodistas y peritos esperaban antes de entrar a la sala de jurado de la Audiencia Provincial de Cantabria, una sala de madera abohardillada que fue habilitada para celebrar la vista. A partir de las tres de la tarde se escucharon las primeras gotas de lluvia y alguno de los abogados miraron hacia la ventana para comprobar que lo que se vaticinaba horas antes era cierto.
En el estrado de la izquierda se sentó Iberdrola, representado por los abogados del despacho Ontier, encabezado por Pedro Rodero, que han defendido que Repsol no puede vender una imagen de liderazgo en energías verdes si prácticamente todos los beneficios llegan del petróleo. En el lado derecho se situó Repsol, asesorado por el equipo de Dentons, capitaneado por José Antonio Caínzos, que insistió en que la publicidad de su cliente no es engañosa, ya que solo difundió un compromiso con la sostenibilidad. Detrás de ellos, bolsos, mochilas y pertenencias de los letrados, entre las que se encontraba una maleta utilizada para trasladar las togas.
Entre ambas partes, el magistrado Carlos Martínez de Marigorta Menéndez, que durante toda la jornada ha tomado notas que le ayudarán a decantar la balanza. A lo largo de la jornada, el juez pidió contestaciones claras a los cuatro peritos que comparecieron durante más de seis horas y les interrumpió cada vez que consideraba que estaban entrando en “valoraciones jurídicas” que no debían. Asimismo, plasmó en una pantalla las imágenes y documentos que las defensas solicitaban para apoyar sus tesis, una tarea que es habitual que realicen los letrados de la administración de justicia.
Un antes y un después
Se trata del primer juicio por greenwashing en España, al menos entre dos grandes empresas del sector. Además, la sentencia que resulte de este procedimiento supondrá un antes y un después, ya que marcará los primeros pasos de lo que se puede hacer en el campo de la publicidad y marketing. “Es un punto de inflexión en la historia desde el punto de vista medioambiental”, señaló Rodero durante la vista, al tiempo que apuntó que los mensajes en este ámbito es una “herramienta comercial casi irrenunciable”.
De hecho, recordó que la Comisión Europea ya advirtió de “la alarmante proliferación de manifestaciones ambientales”. En este contexto, la defensa de Iberdrola aseguró que Repsol ha llevado conductas de competencia desleal, no solo por la información que envía al consumidor, sino porque “la legal competencia y entorpecen las acciones de las compañías que en verdad son sostenibles”.
El abogado de Repsol negó esta tesis y defendió que no existe ninguna intención de engañar a los ciudadanos. Al respecto, el letrado hizo hincapié en que la compañía es una “multienergética”, ya que invierte en energías renovables, mientras mantienen su posición en el sector de los hidrocarburos. Además, afeó que Iberdrola haya cuestionado que diversas declaraciones del presidente de la petrolera, Antonio Brufau, y el consejero delegado, Josu Jon Imaz, sobre su proyecto energético estén en línea con las políticas europeas.
“No son enemigos de la Unión Europea”, señaló y puntualizó que dichas manifestaciones solo dejaron entrever que el objetivo de descarbonización fijado para 2050 “es difícil” porque el “suministro y la asequibilidad” debe seguir garantizándose mientras se cumplen los compromisos medioambientales.
La sentencia se prevé para finales de este 2025 o principios del año que viene, pero previsiblemente no será el punto y final de esta batalla legal por greenwashing entre Iberdrola y Repsol, ya que contra el fallo cabe recurso ante la instancia superior.