La UE adjudica al consorcio de Hispasat el sistema de satélites IRIS², un proyecto de 6.000 millones

La mayor iniciativa europea de telecomunicaciones hará frente a Starlink de Elon Musk y a Kuiper de Amazon

Satélite Amazonas 5, de Hispasat.Hispasat

La Comisión Europea ha adjudicado al consorcio SpaceRISE el diseño, construcción y operativa de conectividad multiórbita mediante satélites de última generación conocido como IRIS² (que responde a las siglas Infraestructura para la Resiliencia, Interconectividad y Seguridad por Satélite). El consorcio SpaceRISE está liderado por los operadores satelitales Eutelsat, la española Hispasat y SES, pero también formarán parte, en calidad de subcontratistas, algunos de los principales actores europeos del espacio y las telecomunicaciones (Thales Alenia Space, OHB, Airbus Defence y Space, Telespazio, Deutsche Telekom, Orange, Hisdesat y Thales SIX).

El objetivo principal de IRIS² es proporcionar a los Estados miembros un acceso garantizado a servicios de conectividad altamente seguros, soberanos y globales que respondan a sus necesidades operativas, como la protección de infraestructuras críticas, la vigilancia y el apoyo a la acción exterior o a la gestión de crisis, así como aplicaciones militares. La seguridad de estas comunicaciones se basará en tecnologías avanzadas de cifrado, como la criptografía cuántica.

El proyecto IRIS², que incluye una red de 290 satélites multiorbitales, sucede a los programas Galileo (de posicionamiento por satélite) y Copérnico (de vigilancia del clima). El proyecto garantizará su autonomía estratégica y permitirá que la industria aeroespacial europea incremente su nivel de innovación y se sitúe a la vanguardia de la tecnología espacial. Se trata de una política estratégica de la Unión que, de esta forma, podrá hacer frente a otras iniciativas similares privadas. En particular, IRIS² deberá competir con dos macroproyectos ya en marcha: Starlink, la red de satélites de comunicación desarrollada por SpaceX, la empresa de cohetes y vehículos espaciales de Elon Musk; y Kuiper, la constelación satelital financiada por Amazon.

IRIS² tiene un coste estimado de 6.000 millones de euros, de los que solo 2.400 millones procederán del presupuesto de la UE y 750 millones de la Agencia Espacial Europea; el resto debería provenir del sector privado. Tras la adjudicación, por un periodo concesional de 12 años, el proyecto entra en su fase final, con la firma prevista antes del 20 de diciembre y la puesta en servicio en 2030, según informó la Comisión Europea. El contrato debía haberse firmado a inicios de 2024, pero las negociaciones se habían estancado, debido sobre todo a las reticencias de Alemania, que estimaba que la licitación estaba “mal concebida” y que dejaba de lado a las pequeñas empresas, sobre todo germanas.

Como señaló Miguel Ángel Panduro, consejero delegado de Hispasat, en una reciente entrevista con EL PAÍS, IRIS² supondrá una revolución en las comunicaciones y en la seguridad europeas, y el hecho de que la empresa española haya resultado adjudicataria reforzará aún más su atractivo para los inversores.

Conectividad segura

Según las bases de la licitación lanzada en marzo de 2023, el objetivo principal de IRIS² es proporcionar a los 27 Estados miembros de la UE “un acceso garantizado a servicios de conectividad altamente seguros, soberanos y globales”. Figuran entre ellos “la protección de infraestructuras críticas, la vigilancia y el apoyo a la acción exterior o a la gestión de crisis, así como aplicaciones militares”. También se propone paliar la falta de conectividad de zonas sin banda ancha en Europa. Se espera que esté operativa a principios de la década de 2030.A diferencia de sus rivales estadounidenses como Kuiper, el proyecto de Iris² es una constelación multiórbita, que combinará los beneficios ofrecidos por los satélites de órbita baja (LEO, por sus siglas en inglés), geoestacionaria (GEO) y de órbita media (MEO).

Uno de los elementos destacados de este proyecto es la colaboración público-privada. La Comisión ha aprendido de la experiencia de proyectos anteriores (Copernicus y Galileo) y lo ha planteado desde la colaboración público-privada para garantizar el retorno financiero y el desarrollo posterior de su industria aeroespacial. Además, nace con la vocación de dinamizar el ecosistema de pymes y el llamado NewSpace para colaborar con las grandes empresas europeas del consorcio en el desarrollo de tecnología innovadora que aporte un elemento diferenciador y de valor añadido al sector europeo.

En cuanto a la contribución de la Unión Europea, dado que la duración del contrato de concesión abarca varias perspectivas financieras, la Comisión Europea procederá en primer lugar a un compromiso presupuestario para el marco financiero plurianual actual. Se podrán conceder importes adicionales después del 31 de diciembre de 2027, siempre que el Parlamento Europeo y el Consejo adopten un programa sucesor y se disponga de los créditos correspondientes. “El contexto geopolítico actual demuestra lo crucial que son los servicios de comunicación soberanos y seguros por satélite en tiempos de crisis. Esta ambición solo puede lograrse combinando la fuerza motriz del sector público y los conocimientos técnicos del sector privado”, señala la Comisión.

IRIS² apoyará una gran variedad de aplicaciones, principalmente en el ámbito de la vigilancia (por ejemplo, control de fronteras), gestión de crisis (misiones humanitarias) y conexión y protección de infraestructuras clave (comunicaciones seguras para embajadas de la UE). El sistema también apoyará aplicaciones de mercados masivos, incluyendo el acceso a internet móvil y fijo por satélite, el enlace troncal por satélite para servicios B2B, el acceso por satélite para servicios de transporte, combinando las comunicaciones por satélite y los servicios basados en la nube.

Los rivales estadounidenses

Aunque las autoridades europeas han eludido hacer referencia a ningún otro proyecto rival, no cabe duda que IRIS² es la alternativa europea a los dos proyectos satelitales de los gigantes tecnológicos estadounidenses. El más avanzado es Starlink, el proyecto de Internet por satélite de Elon Musk, el creador de las empresas Tesla y SpaceX, que pretende dar cobertura mundial en cualquier lugar del planeta mediante el despliegue de hasta 12.000 satélites. No se trata de un proyecto benéfico. Los usuarios, ya sean empresas, hogares u organismos, reciben un kit para montar la antena en casa y pagar una cuota mensual.

La otra alternativa es Project Kuiper, la iniciativa de Amazon para proporcionar internet rápido y asequible a comunidades de todo el mundo que actualmente no cuentan con servicios tradicionales de Internet y comunicaciones. Sus potenciales clientes incluyen escuelas, hospitales, empresas, agencias gubernamentales y otros que operan en lugares sin conectividad confiable. Para lograr este objetivo, Amazon aspira a desplegar una constelación de más de 3.200 satélites en órbita terrestre baja (LEO por sus siglas en inglés) conectados a una red global de antenas, fibra y puntos de conexión a Internet en tierra.


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